A las 08.30 horas de ayer el Centro de Mayores de Telde abrió sus puertas como si nada hubiera pasado. A pesar de que las actividades no se han retomado y sólo el primer piso está disponible, algunos jubilados se acercaron durante la mañana para jugar a la baraja o el dominó en sus mesas y sillas de siempre. La concejala accidental de Servicios Sociales, Marta Hernández, se reunió a las 13.00 horas de ayer con los coordinadores de las actividades del colectivo para contarles las nuevas noticias. Así, les informó de que la electricidad sigue siendo un problema y que no podrán utilizar el segundo piso ni realizar ejercicios que requieran servicio eléctrico, lo que supone que, más adelante, tengan que cerrar de nuevo el inmueble para llevar a cabo las obras necesaria que, según asegura Makita Pérez, una de las coordinadoras, "Hernández dice que es tarea del Gobierno de Canarias y depende de ellos".
Con sabor agridulce, Pérez y el resto de representantes de los jubilados dejaron atrás el centro con la seguridad de poder volver durante la semana, pero con la duda de hasta cuándo. Explica la coordinadora que la concejala del área le aseguró que "a finales de esta semana o principios de la otra esperan tener una respuesta del Gobierno sobre la electricidad y la parte alta". De esta manera, tienen otra reunión fijada con Hernández para el próximo lunes 19 de septiembre en la que esperan poner fechas de obras para el trabajo que queda por realizar y que es vital para las actividades a desarrollar.
"Podemos hacer rondalla, gimnasia, juegos de mesa, bailes canarios, yoga y macramé", comenta Pérez algo aliviada. Aún así, no se muestra del todo satisfecha ya que tanto ella como sus compañeros temen que se trate de "una forma de calmar las aguas, porque esperamos que sea en serio y no se rían tanto de los mayores". Además, añade que las actividades de baile de los fines de semana tampoco se podrán realizar, lo que "va a crear aún más revuelo, porque es lo nuestro de los sábados y los domingos y no tenemos dónde ir".
También se preguntan sobre el tiempo que tendrá que permanecer el centro cerrado cuando comiencen con las nuevas obras. "Cerraron supuestamente para sacar las cloacas, pintar y arreglar lo de la electricidad, porque las palancas se bajaban cuando venían orquestas o grupos con maquinaria fuerte, y resulta que pintaron primero y lo de la luz ni lo tocaron", cuenta mientras se sincera al decir que "no hicieron nada y ya está bien".
Aunque las puertas estén abiertas, Pérez explica que no cree que la actividad habitual comience de inmediato porque "hay que hablar con los monitores y demás, por lo que yo creo que empezaremos la semana que viene". Aún así, los juegos de mesa ya dieron comienzo ayer, "algunos estaban dentro sentados, tranquilitos en su sitio", determina con alegría.
Parece que después de cuatro meses y tres días, el inmueble vuelve a estar disponible para los jubilados que han luchado con todas sus fuerzas para recuperar su "segunda casa". Después de asambleas con los responsables del cierre, peticiones al Ayuntamiento, concentraciones en la calle y manifestaciones fijadas para final de mes, algo han conseguido.
"Creo que más asambleas calentarán más el ambiente y que las manifestaciones no hacen nada", comenta Pérez afirmando que "si el lunes no nos dan una solución pediré una reunión con la directora general de Servicios Sociales, Carmen Acosta". "Que se dejen de tapar y nos digan las cosas claras", finaliza.
