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Jacinto Álamo vuelve con castañas

El comerciante de Jinámar, que sigue la tradición de su abuelo, regresa cinco años después al municipio con el clásico fruto navideño y acompañado de los pirulís "de toda la vida"

Jacinto Álamo vuelve con castañas

Ese olor a carbón que inunda las calles cuando el frío comienza y las luces navideñas adornan cada rincón. Papel para envolverlas y ese recuerdo de siempre de las castañas asándose en el típico caldero ya de color negro por las horas de trabajo para hacer feliz a los transeúntes. Entre compras y paradas en escaparates, detenerse en el puesto de este fruto recién hecho es una tradición que jamás debería faltar, pero en Telde "hacía unos cinco años, si no más", explica Jacinto Álamo, feriante con su puesto de productos de fiesta, que se ausentaba cada Navidad. Así, el propietario de esta empresa familiar que dirige desde hace 21 años, asegura que esta es la primera edición de un largo camino de castañas en el municipio.

Álamo hace memoria y se transporta a esos tiempos en los que acompañaba a sus abuelos y más tarde a sus padres a recorrer los municipios con su puesto ambulante cargado de esos productos capaces de alegrar más que barriguitas. De fiesta en fiesta, desde entonces visita las localidades de la Isla ofreciendo "golosinas, perritos calientes, hamburguesas o calamar asado, entre otros". Siempre apostando por "productos frescos de calidad y buena imagen en cada rincón", asegura.

Hacía años que no estaba tan contento, y es que los regalos de Reyes se han adelantado para él en forma de ese permiso por el que afirma llevar años luchando en Telde. "Tanto para las fiestas de San Gregorio como para la época navideña, he ido de concejalía en concejalía preguntando quién me puede autorizar para poner un puesto de castañas y conseguirlo, pero me decían que no era posible y nadie me explicaba el por qué", relata en base a su experiencia el año pasado. "Creo que aquí es donde único ha pasado esto", añade el vendedor natural de Jinámar. Así, parece que tanta lucha ha merecido la pena, ya que desde lejos se puede apreciar su sonrisa satisfecha desde su puesto cerca de la plaza en Los Llanos.

Con cartuchos hechos de papel de periódico ya preparados y una brasa creada con imaginación, Álamo asa con cariño todas esas castañas que no ha podido repartir en ediciones anteriores. "No utilizo el caldero de siempre porque se enfrían y se pierde mucho tiempo", explica mientras añade que "con esta brasa, ideada por mí, las que se terminan se mantienen calientes a un lado mientras sigo haciendo más por el otro". Todo un artista que demuestra disfrutar con lo que hace. De esta manera, las manzanas de caramelo, las roscas de colores, garapiñadas y los pirulís "de toda la vida", completan una variedad de lo más atractiva. "He incorporado el pirulí de colores, una novedad para los niños y entusiasmo para los padres que me dicen que les recuerda a su infancia", señala satisfecho.

Asimismo, cuenta que el producto estrella capaz de recuperar una tradición llega de la misma ciudad teldense. "Las castañas las recoge una familia de una zona alta, por encima de Cazadores", puntualiza mientras afirma que, tanto en las fiestas patronales del barrio como en este momento y hasta el 10 de enero, es el dueño del único puesto que las vende, "y la gente se muestra muy agradecida", fija ante la aceptación que están teniendo. "Cuando no conseguía el permiso, muchos me dijeron que me apoyaban con una recogida de firmas, porque esto es tradición y me pedían que estuviera aquí", agrega.

Aunque en base a su experiencia "las ventas han disminuido con el tiempo y, aún estando solo con un puesto de este tipo en Telde, se vende poco", garantiza que da para vivir, esperando que con las actividades por estas fechas la clientela aumente y el papel de periódico se agote de tantos cartuchos vendidos, repletos con el fruto recién asado.

Este comerciante de 46 años con ganas de su trabajo y que además emplea parte de su tiempo en participar en actos solidarios, ha recuperado una costumbre añorada en el municipio "que antes llevaba un señor que estuvo durante muchos años por la plaza, según me dice la gente cuando se pasan por mi puesto", determina. Un hábito parte de la historia que la gran mayoría tiene en su memoria. ¿O es que no es fácil asociar el frío del invierno y las luces de fiesta con ese puestito de castañas dejando su rastro con olor a Navidad?

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