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UD Las Palmas Actualidad

De pretemporada con Setién

El entrenador trata de instalar su idea en una jornada maratoniana: "Hasta que no cojamos estos conceptos vais a pasar más horas aquí que la hostia", avisa

Quique Setién trata de cortar el balón a Viera y en presencia de Nauzet en uno de los rondos de la mañana. QUIQUE CURBELO

Dos horas y 20 minutos por la mañana y otras dos horas por la tarde. Es el tiempo que pasaron ayer los jugadores sobre el césped en la primera sesión de trabajo con el nuevo cuerpo técnico. Quique Setién, junto a Eder Sarabia, quiere poner las pilas a sus pupilos desde el primer día y prepararon una jornada maratoniana a la que hay que añadir en torno a una hora de charlas en el vestuario y la comida de grupo. A todo ello se sumará hoy otra doble sesión. No hay respiro en la particular pretemporada de Quique Setién, que encontrará este domingo (15.00 horas) en el Villarreal a su primer examen.

El tiempo apremia y el nuevo entrenador no lo desperdició ayer en Maspalomas, donde inculcó sus primeros automatismos del juego. "Hasta que no cojamos estos conceptos vais a pasar más horas aquí que la hostia", resumió el entrenador con firmeza al término de la sesión matutina, que había comenzado con rondos y diversión como tónica. Se refería Setién, así, a la media hora en la que convirtió el campo de fútbol en una pizarra en movimiento. El trabajo táctico, tanto ofensivo como defensivo en la salida de balón, fue el objetivo.

Para ello dividió al grupo en dos equipos -uno con doce jugadores ya que Antolín Alcaraz, baja para el domingo, fue el único que se ejercitó aparte- con una defensa de cuatro. Vuelve, de esta manera, a dejar claro que en su idea no entra el dibujo que más ha utilizado la UD en este curso. Así, fue dando órdenes posición por posición, a voz en grito, para recitar las premisas de su filosofía de juego.

"Lo importante es que quien tenga el balón cuente con el mayor número de líneas de pase posibles", comenzó. "Muchas veces la colocación de los jugadores no es para recibir, sino para distraer", añadía mientras todos los futbolistas escuchaban atentos. "Sé que no es fácil, que a veces el cuerpo os pedirá hacer otra cosa, pero os pido que tratéis de entenderlo. Si tenemos disciplina y orden todo esto nos va a dar muchas cosas porque tenéis una calidad de la hostia", indicaba.

Un pivote entre centrales

Dentro de esas instrucciones en la salida de balón una de las claves es la presencia de uno de los pivotes entre los centrales, a los que pidió estar abiertos y atreverse a conducir la pelota para dividir a los rivales y generar líneas de pase. Pidió a los laterales que estuvieran también abiertos, como los extremos. De esa manera dejaban espacios por dentro para que tanto el otro mediocentro, el mediapunta y el delantero encuentren espacios entre los rivales para moverse y ofrecerse siempre.

También se detuvo en Sergio Araujo, con quien charló de manera individual al término de la sesión, y le pidió que mientras el equipo tenía el balón se pegara a un central para ofrecerse, bien al pie o bien a la espalda.

En este ejercicio no dio instrucciones solo en el ámbito ofensivo. A la vez pedía al conjunto que estuviera muy junto y a los hombres de banda que bascularan de un lado para otro en función de donde se encontraba el balón. "Cuando no tengamos el balón hay que juntarnos y cuando lo recuperemos nos abrimos enseguida", continuó.

Una cuestión de tiempo

"Esto lo vamos a trabajar toda la semana", comentó Setién, consciente de que llevará tiempo que la UD lo lleve a cabo. Pero si el equipo amarillo consigue perfeccionarlo será un conjunto muy difícil de batir y con argumentos para hacer daño a cualquiera. Es lo que quiere firmar Setién, la idea que plasmó en el Lugo pero con la lógica mejoría por la mayor calidad técnica de los jugadores amarillos. Está por ver el éxito de su planteamiento, pero lo que avanzó en su primer entrenamiento es que tiene las ideas muy claras.

Esa media hora en la que se vislumbró la que quiere que sea su UD Las Palmas llegó después de un entrenamiento en el que trabajó tanto el físico como la técnica de los jugadores. Para empezar dividió al grupo en dos. Unos hacían ejercicios físicos con Rafa Cristóbal mientras otros un rondo innovador en el que el balón no podía tocar el suelo y los dos que estaban en el medio podían recuperar con las manos. Y Quique Setién participó, demostrando que pese a sus 57 años se encuentra en buena forma. El nuevo entrenador sacó las sonrisas a los jugadores antes de exprimirles y anunciarles que tienen mucho trabajo por delante.

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