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Willian I, el monarca del éxtasis

Un zarpazo del brasileño tumba al Betis en el 93 y sella la victoria de la UD - Hernán, de central, congela a Rubén Castro

Willian celebra su tanto, en el minuto 93, con la grada de Tribuna, ayer, en el Estadio de Gran Canaria QUIQUE CURBELO

La liberación del monarca. Willian José I, el nuevo rey de pólvora. El delantero brasileño de la UD, que entró en el 82, firmó anoche un agónico triunfo ante el Betis con un zarpazo directo a la escuadra de la meta de Adán. Bendito Willian. Corría el minuto 93, y sobre la bocina, el brasileño bajó un esférico con el pecho del cielo y puso al Gran Canaria en pie para tumbar al ogro bético. La historia de la tercera victoria del campeonato para los de Setién baila en el gesto técnico de un artillero cuestionado, que comienza a justificar su cesión con un ración de uranio. Material atómico y caviar.

Tras una primera parte primorosa, bailando a un Betis despiadado fuera del Villamarín -que solo había caído en el Bernabéu antes de arrodillarse en Siete Palmas-, los de Setién lucieron una falta alarmante de pegada. Araujo, Roque, Dani Castellano y hasta Nauzet Alemán, que entró en el segundo acto, desperdiciaron ocasiones de chocolate. Con un dominio insultante ante el cuadro de Rubén Castro y Jorge Molina, la falta de acierto obligó a recurrir a la épica. Y en el último segundo, Willian I, dinamitó la resistencia de un rival infame, que pasó de puntillas por Gran Canaria y solo tuvo en el Moña a un exponente de riesgo. Una calamidad de propuesta.

La lluvia de bajas quedó en el olvido. Ya nadie se acuerda de los caídos. El éxtasis sepulta las miserias en la retaguardia. Con Aythami Artiles -sancionado- y Pedro Bigas -lesionado- en la grada, Hernán y Garrido dieron una soberana clase de anticipación y contundencia. Sin David García, Ángel López y Wakaso, la UD lució fondo de armario.

Hernán secó a Rubén, que a pesar de todo se fabricó tres remates francos. El Moña encajó la primera derrota con la elástica bética ante la UD y entierra su condición villano. El Gran Canaria respetó a una figura eterna, que entró en acción en la fase final de la gran batalla con sus cabalgadas de fuego. Pero ahí estaba Hernán Santana, bien custodiado por el vasco Garrido en el jardín de Javi Varas.

Con Piccini y Joaquín bajo sospecha, por su falta de rigor físico, la banda izquierda de la UD fue una autopista hacia el cielo. La primera media hora del choque catapultó a Viera a la fama. El mediapunta local hizo lo que le dio la gana. En corto, en largo...Tocó y maravilló con su versión supersónica. En esa misma línea, Tana y Sergio Araujo se aprovecharon del despertar del genio.

Acoso y bombardeo

En esa fase inicial de desconcierto bético, el portero Adán desbarató un remate de Viera en el área pequeña (4'). Con Momo en el costado derecho y con el brazalete de capitán, el alfil de Las Torres completó un gran encuentro. Lideró la ofensiva con clase y maestría. Un bombardeo que tuvo en un disparo de Araujo la segunda gran ocasión. Era el minuto 6, el Chino completó un disparo de fuego que se fue por un centímetro junto al palo. En el 17, de nuevo el punta argentino, acarició el balón y completó un gran remate. No había manera de desnudar al 'pulpo' Adán y el Betis comenzaba a despertar de su letargo.

Ante la inspiración de Viera, llegó el primer acercamiento bético tras un error de Garrido. El disparo de Rubén lo despejó Rubén, que pilló al meta con el pie cambiado. Una parada de mérito en el primer movimiento ofensivo visitante. Piccini, ya en el 36, brindó un gran balón al diabólico Moña, que no acertó en el remate.

Moría el primer tiempo con una lección de estética de la UD. La mejor presentación del curso ante un rival inerte, muerto en actitud. El ex del club amarillo Álvaro Cejudo pasó a la derecha y Joaquín acabó en la zurda. En el minuto 44, Jonathan Viera controló con el pecho y la acción terminó en los guantes de Adán. Lamento eterno en el partenón amarillo. No había manera de liquidar al ogro verde de Pepe Mel.

Cambio de guión

En el segundo acto, la película cambió de forma radical. Petros y Torres se adueñaron del balón. Plantearon batalla al señor partido de Roque y Vicente Gómez. El futbolista del barrio de Schamann completó su mejor actuación de amarillo. Estuvo en todas las esquinas, sacó el esférico con criterio. Jamás se arrugó ante la presión bética. Un recital con escuadra y cartabón para confirmar que hay poetas en la medular.

El balón era amarillo pero Rubén Castro tenía apetito. Un centro desde la derecha lo cabeceó el artillero de La Isleta por encima del travesaño. Luego llegó un remate cruzado que se marchó alto. Con otro registro, sobre todo más atlético, el Betis se subió al camión del partido.

Los cambios eran obligados. La UD precisaba de otro ADN y Setién acertó de pleno. Retiró al capitán Momo y apostó por Nauzet Alemán. Se acabó el exilio para el francotirador de Las Mesas que vuelve a vestirse de corto tras su controvertida ausencia ante el Sporting de Gijón -fue descartado-. Tuvo un gran disparo, que se fue rozando el poste. El '7' amarillo agitó el partido con un amplio abanico de gestos técnicos. Durante varios fotogramas recuperó su estirpe de renacentista. Elegancia para acabar con el tedio. La entrada de Valerón dio otro aire al encuentro. El mito aportó calma y estalló el volcán. Un balón de Viera fue controlado de forma defectuosa por Willian José. Pero se rehizo con maestría para reventar la pelota con un tanto agónico. Un obra de arte que pone a este delantero en el mapa. Su primer tanto en Primera, su primer gesto de amor con la grada. En el minuto 93, con el Betis saboreando el punto, la UD abandonó la UVI. Salir de la tumba con suspense. Hay material pirotécnico para aferrarse al olimpo del balón.

Una victoria poderosa, la tercera del curso y la tercera como local para los de Setién en este curso liguero. Nauzet Alemán recogió el brazalete de Momo y acabó como sargento general. Tras el zarpazo de Willian, llegó el alivio. La liberación de un artillero falto de cariño.

A nivel defensivo, y con Antolína Alcaraz en el banquillo, la UD manipuló a la perfección al segundo mejor visitante de la competición. Tiene mérito triturar a un Betis insaciable, que completó su peor actuación del curso. Mérito amarillo y de un ejército con un físico maravilloso. Generosos en la entrega, Simón se dejó el alma para enterrar los ecos de su lesión en la espalda. Dani Castellano fue un puñal en la banda izquierda y la poesía pudo con el registro más lapidario de la propuesta de Mel. Sin pegada, los verdiblancos dejaron mucho que desear. Todo lo contrario que la UD, combinativa hasta el paraíso y con un nuevo monarca de pólvora.

El tanto de Willian catapulta a la fama a un jugador peculiar con un remate salvaje. Su control con el pecho fue un truco de magia. Y luego llegó la furia. Un gesto de rabia, un misil de caviar para reivindicarse a lo grande. De la forma más hermosa para el delirio. La opción de Borja Bastón -que finalmente se fue al Eibar- ya duele menos. El ex del Zaragoza fue el emperador de un equipo caliente. Posesión y remate. Con El Zhar en el banquillo -de los más brillantes ante el Sporting-, los pupilos de Setién completan su mejor actuación. Maravillar con la lírica. Toque y pólvora. Cuando Araujo no está casado con los dioses, ya late un nuevo héroe.Fue la noche del gigante carioca. Bendito Willian I.

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