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UD Las Palmas Análisis

Willian, el rey de la samba

El pistolero brasileño de la UD, con siete goles en los últimos 55 días, catapulta al cuadro de Setién al paraíso de la permanencia

Willian, el rey de la samba

Éxtasis en el cementerio. Una pica en el infierno para la historia. La UD vengó de forma impecable el traumático episodio del descenso a Segunda en mayo del 2002 en el templo donostiarra, con la primera victoria en el Estadio de Anoeta -inaugurado en 1993-. Tumbar a la Real, que deja a los de Setién con 33 puntos, a falta de ocho jornadas, ilustra el capítulo más épico del curso. Bendita agonía, con una hora despejando balones y dejándose el corazón ante la furia de Jonathas, Pardo y Mikel Ayarzabal. Casi 14 años después de la infamia, llegó la mejor prueba de madurez de un sello camaleónico. Efectividad de acero. Del régimen de poesía a una lección de coraje, con el pistolero Willian José como enviado celestial. Un poeta de pólvora que ha sellado medio billete para el paraíso. Bendito ejecutor.

Es la película del despertar del dragón amarillo. Del caso Chester a la gloria. Tras caer ante el Barça, los de Setién suman cuatro victorias en las últimas cinco jornadas. Y además, se saldan viejas cuentas pendientes. Fue la vendetta perfecta para lograr el tercer triunfo consecutivo lejos de Gran Canaria en la máxima categoría, por primera vez en sus 66 años de historia. Y sin encajar un tanto. Doblegar a Eibar, Villarreal y Real Sociedad -por 0-1- se ha convertido en el estandarte de la nueva era del estratega milagro. Rigor, serenidad, disciplina y pólvora.

La maquinaria de Setién encadena 285 minutos sin recibir un tanto con el traje de Armani de visitante. El último tanto fue de Gameiro, en el Pizjuán, en la derrota (2-0) ante el Sevilla, el pasado 14 de febrero. Se consolida un estilo, que sabe aniquilar al rival sin el balón. Al rigor de la retaguardia -que ayer no pudo contar con Bigas por sanción-, se suma el instinto asesino de Willian José. Solo completó un lanzamiento a la portería de Rulli, y fue el 0-1.

El ejecutor bendecido

Octavo tanto liguero en 1249 minutos, lo que deja una media de un gol cada 156'. El ejecutor de los sueños ha dado 12 puntos a la UD para mantenerse en el Olimpo del balón. En las últimas diez jornadas, ha incendiado el arco rival en siete ocasiones ante Levante (2), Celta (1), Barça (1), Getafe (1), Madrid (1) y Real Sociedad (1). Por segunda ocasión en este curso liguero, ve portería en dos jornadas consecutivas. Está de dulce y marca el camino en la búsqueda del Santo Grial. Hay vida sin Araujo, que se perdido en su laberinto. El argentino, héroe el 21-J, estira su sequía. En 2016, no se ha estrenado. Su última obra de arte se remonta al 30 de diciembre ante el Granada. Willian José es su espejo, estrella humilde, silenciosa, que está en las agendas de los depredadores de la galaxia -Villarreal, Betis y Espanyol-. Huye del glamour y la soberbia porque el gigante brasileño adora la rutina del humilde. "Solo pienso en trabajar", ha reiterado como eslogan. A ritmo de samba, el artillero de Porto Calvo va camino de superar su registro de 10 dianas en el pasado curso con el Real Zaragoza en Segunda División. Eran tantos de plata, los 8 en el campeonato liguero -al que cabe sumar el de Copa del Rey- son en el latifundio de Messi y Cristiano Ronaldo. Valen por 80, son el pasaporte para escapar de las llamas del infierno. A cinco puntos del abismo, el monarca del éxtasis es el nuevo líder espiritual. Amo y señor de la UD.

Del héroe a la batalla táctica. El estratega de oro Setién se decantó por recuperar el triángulo mágico, sacrificando a Montoro -que regresó al banquillo-. Tana, ausente ante Villarreal y Real Madrid, estuvo lejos de su nivel imperial para alinearse de nuevo con Roque y Viera.

Es la quinta entrega del trivote renacentista. Ya formaron juntos ante Sevilla, Barça, Eibar y Getafe. Pero ante la Real Sociedad tocó padecer, no ofrecieron su mejor versión. Tampoco hacía falta. Viera malogró una pena máxima y Roque estuvo muy marcado por Prieto. Pero en las contras, en ese carrusel de vértigo, los tres mosqueteros sí dejaron su impronta brasileña. Toque y toque, al ritmo de samba. Con Willian José a la guitarra, la UD cautivó ante el bombardeo. Se mantuvo firme, con sus ideales tatuados en la piel. Toque, precisión, pegada y agonía.

Nili y Dani, los extremos

Padecer y padecer. La UD dio un recital de entereza en el segundo acto. Nabil y Momo se convirtieron en laterales de urgencia. Había que defender con el alma, un tiro de Oyarzabal fue despejado con una palomita de Javi Varas (49'). En el 55, Lemos vio la amarilla y ya era el tercer amonestado tras David García y Garrido. Los de Eusebio firmaron 13 remates pero no hubo manera. Reclamaron un penalti del capitán David García sobre Zurutuza pero no era una noche para el llanto.

Acabaron Nili -derecha- y Dani Castellano como extremos. Refresco y descaro. Pulmones para la batalla del Cantábrico. El zurdo gozó de una clarísima ocasión con un disparo cruzado, que se marchó rozando el palo de la portería de Rulli. En el 94 llegó el éxtasis, la venganza del descenso de 2002. 14 años después, la UD sepultó el recuerdo macabro de la última jornada de al temporada 2001-02. Una fecha macabra en la que se hundió el Titanic de Fernando Vázquez. Ángel López, que fue titular en aquella fecha negra, vio la histórica victoria en el banquillo de Setién. Va por él y es generación que saltó por los aires.

Hay un dogma de sudor irrenunciable. Las carreras de Momo para recuperar el esférico -la UD solo tuvo un 37,8% de posesión- conforman el nuevo ideario. Los pecados de la UD, como su falta de mordiente, se han esfumado. Aquí respira un imperio de músculo y corazón, que ya gana batallas sin brillo. La samba de Willian José tiene veneno. Carnaval con cianuro. La manera más despiadada de sellar la permanencia. Y rendir viejas cuentas pendientes. El baile de O rei Willi.

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