Los silencios de Setién. El último acto de servicio del estratega de seda en el partenón. El técnico no quiso responder al presidente Miguel Ángel Ramírez [que manifestó que tenía que haber despedido al cántabro el pasado 18 de marzo, al contar con un acuerdo verbal con el Valencia y calificó de "mentiroso" al responsable técnico del club isleño], y centró toda su argumentación en cómo frenar a Messi. "Con unos francotiradores desde la grada", determinó en relación a la fórmula mágica para congelar a la MSN. Aceptará el veredicto de la afición, en su última aparición en el Gran Canaria: "Asumiré la crítica con humildad".

En relación a la guerra civil, y al torrente crítico del presidente Ramírez, fue elegante: "Ya le conocéis. Él es el propietario y los demás poco tenemos que decir a ciertas cosas. Habría que matizar algunas imprecisiones; pero no es momento. Ya habrá una oportunidad para aclararlo. No me he parado ni un segundo a pensar en lo que ha dicho. Es más, a él personalmente ya le he comunicado qué bueno es y qué sano que uno diga de verdad lo que piensa. Se lo trasladé por un wasap".

¿Cómo piensa frenar al mejor jugador del planeta? Todos contra Messi. El plan ya está en marcha. "Con unos francotiradores desde la grada. Cuando estos futbolistas se ponen en su mejor versión: son imparables. Cuando se juntan Messi, Neymar y Suárez multiplican su efectividad y no hay quién lo pare.

El hecho de que el Barça se juegue la corona, en esa cruenta lucha con el Madrid, pasa a un segundo plano. "Sé que se juega la Liga, pero a mí nada me resultaría más satisfactorio que darle una alegría a la afición por encima de todo".