El demoledor salto de categoría de Las Palmas Atlético viene con premio. El lateral Borja Herrera y el extremo zurdo Benito Ramírez [que ha completado dos partidos con la UD en Primera] se han ganado el pasaporte dorado. Lideran la nómina de activos del vivero que estarán en el primer equipo. De Tafalla -donde batieron al Peña Sport para abrir la puerta de la Segunda B- al cielo del mundo profesional.
Los Márquez Boys, que aterrizaron en la pasada madrugada a la Isla, escenifican el tercer ascenso a la categoría de bronce en la 'era Ramírez'. ¿Qué pasó en las anteriores hazañas de la vela chica? ¿Qué rostros abrieron la puerta de la fama?
El 15 de junio de 2008, el filial de la UD se impuso (2-3) al Ciempozuelos con tantos de Randy (2) y Dailos. Dirigidos por Juani Castillo, de los 14 jugadores que dejaron su ADN bendito en ese playoff, tres dieron luego el salto al primer equipo. Aythami Álvarez (46 duelos con la UD), Armiche Ortega (29) y Randy (11) aprovecharon aquella plataforma en un curso agitado.
La apisonadora de Afonso
El 2 de junio de 2013, en el Anexo de Siete Palmas, el filial de Víctor Afonso trituró al Tuilla (2-0). David Simón (que luego completaría 94 partidos con la UD), Jesús (6), José Artiles (12), Asdrúbal Padrón (67), Tana (90) y Héctor Figueroa (20) fueron protagonistas.
En la siguiente campaña 2013-14, el filial alcanzó la excelencia y completó el curso de su historia. Con Roque como jefe de operaciones, disputaron el playoff de ascenso a la categoría de plata. Un hito.
Y cuatro años después, los Márquez Boys repiten esta dinámica triunfal. Del infierno de Tercera a la de liga caviar. Benito y Erik Expósito ya se han estrenado con Quique Setién, y la situación de Borja Herrera cambiará de forma radical. El lateral zurdo asciende al vestuario profesional, de forma merecida, y se perfila como el recambio de un decepcionante Hélder Lopes -al que le resta un año de contrato-.
En referencia al aldeano Benito Ramírez -que coincidió con Víctor Afonso y Mingo Oramas en Segunda B-, se trata de una apuesta a fuego lento. Cumple 22 años el próximo julio y su temporada es para enmarcar. Igual que la de Carlos González, un artista del balón.