A lo largo de su historia, la UD Las Palmas ha realizado un sinfín de fichajes, tanto de las islas como otros venidos allende nuestras fronteras isleñas. Unos dieron un excelente rendimiento a la hora de defender la casaca amarilla. Otros, no tanto. E incluso algunos hasta fueron unos auténticos y sonados fracasos. Y hasta hubo varios jugadores que estuvieron a prueba y finalmente no se quedaron en la entidad.
Desde la llegada del primero de los extranjeros que fichó la entidad amarilla, el francés Jean Luciano en la temporada 1951-52, procedente del Real Madrid, hasta la del último, el croata Alen Halilovic, en el pasado mercado de invierno de este año -aunque la última incorporación de todas en ese mercado de invierno fue la del grancanario Jesé Rodríguez, procedente del París Saint Germain en calidad de cedido-, la suerte a la hora de acertar con los fichajes ha sido dispar en la entidad amarilla.
Haciendo un somero repaso de la historia de esos fichajes, que dan para un largo serial, comencemos por uno que fue sonado en su momento pero, precisamente, por no acabar vistiendo de amarillo después de que buena parte de la prensa de la época diese por hecho, anunciándolo a bombo y platillo, el fichaje del jugador.
Corrían los primeros días del mes de agosto de 1983. La UD Las Palmas había descendido a Segunda División tras una larga trayectoria de diecinueve campañas consecutivas entre los grandes. La goleada encajada en el viejo Estadio Insular (1-5) frente al Athletic de Bilbao dio con la entidad amarilla en la categoría inferior.
El club de Pío XII se había decidido por contratar como técnico al Pichón Héctor Núñez, con el objetivo del retorno a la elite del fútbol español. El hispano-uruguayo, que provenía de la Universidad Autónoma de Guadalajara (México), los populares Tecos, donde estuvo dos temporadas, se encontró a su llegada con un grave problema en la delantera: la UD Las Palmas se había desprendido de dos de sus más incisivos jugadores: Juani Castillo (fichado por el Mallorca) y Julio Suárez (fichado por el Real Madrid) y sólo contaba con los jóvenes subidos del filial Las Palmas Atlético: Narciso y Faustino, aunque el aruquense ya había disputado tres partidos con el primer equipo en la campaña del descenso. Y también hacía sus pinitos un jugador que había llegado del Artesano, con tan sólo 18 años, pero que en principio debía jugar en el filial: Alexis Trujillo, si bien Héctor Núñez contó con él para el primer equipo desde su incorporación.
Además de los traspasos de Juani y Julio, la UD Las Palmas no había prorrogado los contratos de otros jugadores, como fueron los casos de Páez, Estévez, Víctor Celso, Toledo, Martínez y Sergio Fortunato.
En la pretemporada, el Pichón Núñez esperaba que Antonio Betancor regresara de Argentina con algún buen delantero bajo el brazo, como había hecho años anteriores al traer, por ejemplo, al Puma Morete. Pero regresó sin nadie.
El ofrecimiento de Atto Mensah
Ya iniciada la pretemporada por parte de los amarillos, en la capital grancanaria se presenta un jugador africano. Junto a su hermano, Coleman, y de la mano de un entonces joven empresario grancanario que iniciaba en esos momentos su andadura comercial y empresarial en el continente africano, Andrés Martín Ramos, llegaba el ghanés Atto Mensah.
Andrés Martín, que años antes había ejercido incluso el periodismo, defendía que desde las islas se mirara más hacia el continente negro, y no sólo en cuestiones comerciales, sino también en las deportivas, empezando por el fútbol. Y su corazón amarillo le pedía ayudar a la UD en la búsqueda de alguna perla que colaborara con el equipo para retornar entre los grandes y de ahí que postulase a Mensah.
Llegaba el ghanés, que era internacional por Sierra Leona en una treintena de ocasiones, procedente del East End Lions, y se presentaba como goleador y decía que, además, iba bien de cabeza.
Indicaba que en los últimos catorce encuentros con su equipo había anotado doce goles y, además, que en los últimos cuatro partidos internacionales que había disputado, había anotado ocho goles. Esperaba hacer una prueba con la UD Las Palmas a pesar de que, según señalaba a su llegada a la Isla, tenía ofertas del Elche, el Tottenham Hotspur inglés y el Sporting de Lisboa.
Mensah realizó varios entrenamientos a las órdenes de Héctor Núñez aquellos días. Jugó un partidillo formando parte del equipo juvenil frente a la primera plantilla, pero nada pudo hacer ni demostrar. Hasta que, el 14 de agosto, vistió oficiosamente la camisola amarilla por primera vez. Fue en un partido amistoso frente al CD Maspalomas de José Antonio Ruiz Caballero disputado en San Fernando de Maspalomas, donde los amarillos se impusieron 0-3 (goles de Saavedra, Pepe Juan (p) y Farías).
El ghanés no lo hizo del todo mal. Apuntó maneras y generó expectativas, pero no acudió a la cita con el gol. Y los amarillos buscaban desesperadamente un goleador. Sin embargo, decidieron prorrogar las probaturas, darle un voto de confianza, por lo que Atto continuó entrenando bajo la disciplina amarilla y pasaría una nueva prueba en un amistoso en Tenerife, frente a la UD Orotava, en el estadio de Los Cuartos.
Pero ese mismo fin de semana, la entidad amarilla fichaba a Alí, un joven lagunero que había pertenecido, entre otros, al Estrella de La Laguna, y que provenía del Lérida, donde había estado fichado al realizar el servicio militar en la capital ilerdense. Fue otro fiasco, al final.
Llega Maschiarelli
La mañana del día 19 amanece con una sorpresa: llega a la capital grancanaria, procedente de México, el argentino Roberto Maschiarelli. Llegaba para quedarse, y se quedó.
La UD se desplaza a La Orotava y allí vuelve a jugar Atto Mensah de inicio. Pero es sustituido por Alí en el minuto 58, mientras que el recién llegado Maschiarelli juega todo el segundo tiempo. El africano no terminó de convencer, aunque la UD tampoco, logrando imponerse al Orotava sólo en las postrimerías del choque merced a un gol de Alexis Trujillo.
Cartagena: última oportunidad
Los dirigentes amarillos deciden dar otra oportunidad a Atto Mensah y le convocan para acudir, a escasas dos semanas del inicio de la competición oficial, al torneo Ciudad de Cartagena, al que los amarillos habían sido invitados como equipo estrella, y en el que defraudaron por completo.
Tras un viaje donde Mensah fue objeto de algunas bromas por parte de los compañeros de equipo, prueba de la camaradería existente, la UD Las Palmas cayó tanto frente al equipo anfitrión, el Efecé -como denominaban los aficionados locales al Cartagena-, con dos goles del grancanario José Ángel Rivero; como frente al otro participante, el Hércules -también por 2-0, con goles de Torres y Chalo, en un choque en el que Narciso falló un penalti-.
La continuidad de Atto Mensah, que en los días precedentes se daba casi por segura, comenzaba a estar en entredicho, y el ridículo realizado por el cuadro de Héctor Núñez en tierras murcianas fue tal, que las crónicas de la época señalaban que los amarillos habían actuado sin delanteros.
Al regreso a Gran Canaria, tras una larga reunión de la junta directiva -con más de cinco horas de debate-, a la que también acudió Héctor Núñez, entre otros acuerdos se tomó el de no contar con los servicios de Atto Mensah.
Un jugador que, por momentos, estuvo fichado como amarillo pero que, al final, no fichó. Se quedó en la plantilla Roberto Maschiarelli y el 31 de agosto, apenas cuatro días antes del inicio de la Liga se comenzaba a hablar del fichaje de un joven de 23 años que, el mismo día en el que los de Héctor Núñez comenzaban con triunfo en el Colombino (0-1, con gol de Narciso), la Liga 1983-84, estampaba su firma con la UD Las Palmas: el chileno Jorge Koke Contreras. Pero, esa? Ésa ya es otra historia.
