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UD Las Palmas Fichajes para el recuerdo

Otra terna con historia

Hace 59 años, la UD estuvo a punto de fichar a los argentinos Pieruz, Ianizzotto y Puche, con idénticas demarcaciones que Chichizola, Calleri y Hernán Toledo

Una formación de la UD Las Palmas en la temporada 1957-1958, en la que obtuvieron la permanencia. De pie, de izquierrda a derecha: Pepín, Beneyto, Ricardo Costa, Marcial, Mujica, Naranjo y Betancor; agachados: Atienza, Vázquez, Silva, Ricardito y Peña.

La historia tiene secuencias que se repiten a lo largo de la misma. Anécdotas que parecen vivirse repetidamente. Y en la UD Las Palmas se da curiosamente un hecho que ya se vivió, de forma parecida, cincuenta y nueve años atrás.

El fichaje de un portero, un centrodelantero y un extremo de nacionalidad argentina culminado en la presente semana por parte de la entidad que preside Miguel Ángel Ramírez, tiene un precedente y sobre el mismo nos alertaba el infatigable periodista, compañero de esta casa, donde ejerció como redactor jefe, Antonio Cruz Domínguez, siempre atento a rebuscar en su magnífica memoria situaciones concernientes a la UD Las Palmas.

Y es que la llegada de Leandro Chichizola, Jonathan Calleri y Hernán Toledo tiene su parecido con la acaecida en febrero de 1958. Llegaban entonces a la Isla el arquero Luis Antonio Pieruz, el centrodelantero y goleador -aunque también se desempeñaba como interior- Benjamín Ianizzotto; y el extremo Andrés Manuel Puche, todos ellos de apenas veinticuatro años.

Y otra coincidencia. Antaño llegaron aquellos tres argentinos y encontraron a dos compatriotas en las filas amarillas, que habían fichado apenas unos meses antes: El pibe Jorge Larraz y Basilio Padrón. Ahora, los que llegan se encuentran en las filas de la UD Las Palmas a Sergio Araujo y Mateo García, si bien este último acaba de emigar cedido a Osasuna porque debía dejar libre su plaza de extracomunitario a Toledo.

Del 'Canario' de Mendoza

Diario de Las Palmas recogía, en su edición del 10 de febrero de 1958, tres cortas entrevistas con los tres protagonistas argentinos, que se incorporaban a la UD, dirigida entonces por Luis Molowny -que había relevado a Juan Ignacio Urbieta en el banquillo amarillo en la duodécima jornada, siendo jugador-entrenador-, habiendo realizado su primer entrenamiento ese mismo lunes por la mañana.

Llegó la terna argentina a Gran Canaria en la jornada del sábado anterior, por lo que tuvieron ocasión de presenciar en el Estadio Insular el gran triunfo del que iba a ser su nuevo equipo, la UD Las Palmas, sobre el hasta ese mismo instante líder del campeonato de Primera División, el Atlético de Madrid, al que los amarillos vencieron 3-0 con un gol de Alfonso Silva y dos de Felo Batista, en partido que los cronistas deportivos tildaron como el mejor de la UD Las Palmas en muchísimo tiempo.

Y llegaban los tres jugadores procedentes del mismo equipo: el Murialdo de Mendoza (Argentina), un club que desde su fundación -en 1942 de la mano de la congregación de los hermanos josefinos-, llamaban el Canario de Guaymallén, debiendo su apodo por vestir el color amarillo oro como haría la UD Las Palmas -nacida siete años después que el club mendocino-, en todos los equipos de las distintas modalidades deportivas que aglutina la entidad, como baloncesto, atletismo, bochas, tenis, gimnasia, patinaje y, por supuesto, fútbol, entre otras.

La diferencia con el conjunto grancanario estribaba, como el propio Puche señalaba hace 59 años, en que "hay una variación, y es que allí el pantalón es negro".

Partido de presentación

A partir del día siguiente se fueron desgranando informaciones en el Diario de Las Palmas acerca de la actividad de los tres argentinos, que llegaban, en teoría, como refuerzos para una UD que, en el mes de diciembre y hasta la destitución de Urbieta, caminaba proa al marisco y que, desde que tomara las riendas Luis Molowny, enderezara el rumbo por completo hasta conquistar la permanencia, no sin denodados esfuerzos.

Así, en la edición del día 11 se informaba que el jueves, día 13, se haría la presentación de los tres jugadores con ocasión de un partido que el primer equipo amarillo iba a disputar frente a un combinado regional. Partido que, incluso, se anunciaba con una inserción publicitaria en la que se daba cuenta de los precios de las entradas.

El mismo día del encuentro se señalaba que el choque iba a servir para presentar a Pieruz, Ianizzotto y Puche. Se indicaba incluso entonces que Molowny, según viera sus evoluciones, igual podría decidir contar con el concurso de alguno de ellos para el siguiente compromiso de la UD, que iba a ser el domingo posterior en el Santiago Bernabéu frente al Real Madrid.

Aunque, de querer hacerlo, el técnico canario sólo hubiese podido contar con Puche, porque era hijo de español, mientras sus compañeros ocupaban plaza de extranjero y debían esperar, porque éstas las ocupaban Larraz y Padrón.

Incluso había otro problema. Al tener la UD completo, además, el cupo de 25 fichas permitidas por la Federación, debía dejar tres de ellas libres para poder fichar a los argentinos. Unos meses antes, cuando se fichó como refuerzo al pibe Larraz, había sido Currucale -meses después se iría cedido al Sanz de Barcelona junto a Alberto- quien se prestó gustosamente a rescindir su compromiso y liberar una ficha.

Por ello, en esos días previos al partido del Bernabéu, el maestro de periodistas y Premio Canarias, Antonio Lemus, titulaba su Cada día de esta manera: "La primera baja, la mía". Hacía referencia Lemus en su artículo en Diario de Las Palmas a que esas habían sido las palabras dirigidas por Luis Molowny a los dirigentes de la UD Las Palmas cuando estos le indicaron el problema, a fin de comenzar a liberar fichas y poder hacer efectivos los fichajes.

Al mismo tiempo, en esa misma edición del día 14 de febrero, se daba cuenta en su crónica por parte de otro insigne periodista y compañero de esta casa como lo fue Luis García Jiménez, del partido frente al combinado regional. El periodista significaba sobre los tres argentinos que "han jugado, no han convencido -por esta vez-, pero no han defraudado".

El choque finalizó 5-2 para la UD. En el relato de los goles, se puede leer del 1-1: "jugada personal de Rojas a los 30 minutos, con tiro cruzado a media altura, imparable"; mientras que del 1-2 se lee: "jugada por la derecha de Aguirre con centro que remata Rojas raso. Tal vez estuvo Pieruz tardío en la estirada".

El relato del 2-2 indica: "60 minutos. Córner sacado por la derecha y Puche remata a la media vuelta. Un bonito gol"; y del 3-2 se relata: "jugada por la izquierda, a los 62 minutos, Puche-Ianizzotto, con pase a Paquillo que en posición de interior izquierdo tira desde lejos cruzando el balón".La UD formó en ese encuentro así: Pieruz; Campa, Beltrán, Marcial; Villar, Currucale; Paquillo, Padrón, Ricardito (Queralt), Ianizzotto y Puche.

Segundo amistoso

El domingo 16, mientras el primer equipo perdía 2-1 en el Bernabéu (Larraz adelantó a los amarillos y Gento anotó los dos goles de la sufrida remontada blanca), el llamado equipo B de los amarillos jugaba un amistoso frente a otro combinado regional, al que se imponía por 5-3.

Actuaron de nuevo los tres argentinos. El arquero Pieruz, aquejado de unas molestias tras un golpe recibido en un entrenamiento, sólo actuó en la primera parte, en la que apenas si intervino, y luego fue sustituido por Ulacia.

De Puche se indicaba que "agradó más. El muchacho nos decía al final del partido que "si en la Argentina jugase como lo está haciendo en Las Palmas, le tirarían botellas". Quería decir que no estaba contento de su rendimiento".

Mientras, de Ianizzotto se decía que "no estuvo tan acertado como el jueves. Creemos que le sobran unos kilos y de ahí cierta pesadez en sus evoluciones".

Tercer y cuarto partidos

Hasta el viernes 28 de febrero no volvió a hablarse de los argentinos. Ese día, Diario de Las Palmas significaba que el domingo siguiente, en el amistoso que los amarillos iban a disputar frente al Real Unión de Tenerife, Molowny iba a alinear de entrada a cuatro de sus argentinos: Pieruz, Ianizzotto, Puche y el único que vestía de forma oficial la casaca amarilla: El pibe Larraz.

"Ianizzotto marcó los dos goles que forjaron la victoria amarilla", rezaba el titular de la crónica de Antonio Lemus del amistoso frente a los tinerfeños. En su análisis de los tres argentinos, dejando a un lado a Larraz, que fue el más destacado del partido el tiempo que jugó, Lemus señalaba: "Pieruz hizo dos o tres cosas muy buenas, pero mostró vacilación en algunas salidas. Puche, flojo, sin cogerle el aire al puesto y mostrando poca confianza en si mismo. Ianizzotto sigue siendo el que más agrada. Concibe bien el juego, aunque sea un jugador lento. De todos modos, mostró una mejor puesta a punto y da sensación de seguir progresando".

Un nuevo partido, el cuarto para la terna argentina, se disputaría frente al Real Unión, flamante campeón de la Primera Categoría Regional tinerfeña. Esta vez sería en Tenerife, el miércoles 19 de marzo, y servía para ver otra vez en acción a los argentinos. Carmelo Campos, entrenador auxiliar amarillo -que al día siguiente elaboraría un exhaustivo informe tanto para la directiva como para Molowny del encuentro- alineó de entrada a Pieruz, Ianizzotto y Puche (que sería sustituido por Padrón en el transcurso de los noventa minutos). Se impusieron los amarillos (1-2, con goles de Ianizzotto y Alberto).

Goleada al Atlético Ceuta

El quinto partido en el que actuaron los tres argentinos fue el 10 de abril, en un amistoso disputado en el Insular y en el que el rival fue el Atlético Ceuta, al que los amarillos golearon (6-1).

Larraz, tras gran pase de Ianizzotto, abría el marcador para después, a los 36 minutos, anotar el también argentino Basilio Padrón -que recibió una ovación de gala, al ser su primer gol de amarillo-, en saque directo de falta.

Apenas ocho minutos después de la reanudación Larraz, de penalti, subió el tercero al marcador y un minuto después el grancanario Joaquín Peña descontaba para el conjunto caballa con un potente y lejano disparo que sorprendió a Pieruz. Paquillo, Silva y Puche -a pase de Silva cuando fenecía el encuentro- completaron la goleada.

Sin pena ni gloria

Casi un mes después, en la última jornada del campeonato, disputada el 4 de mayo de 1958, la UD Las Palmas de Luis Molowny vencía en el Insular al Real Valladolid (3-1, con dos goles de Silva y uno de Macario) y obtenía la permanencia en Primera División por lo que en la campaña 58-59 afrontaría su quinta temporada consecutiva entre los grandes tras la conquista del segundo ascenso, en la 53-54, de la mano del mallorquín Satur Grech.

Se había acabado la temporada y a los amarillos sólo les restaba la Copa del Generalísimo. En la primera eliminatoria, frente al Sevilla, golearon a los andaluces en el Insular (5-0) y cayeron en el Pizjuán (2-0); mientras que en la segunda, perdieron en el Insular (0-4) y en San Mamés (1-0) frente al Athletic de Bilbao, a la postre campeón de la competición esa campaña tras derrotar en la final al Real Madrid.

Prácticamente dos meses después de su última actuación de amarillo, los argentinos disputaron su último compromiso oficioso con la casaca de la UD Las Palmas. Bueno, sólo dos de ellos, porque Pieruz, el arquero, no jugó. Fue el 5 de junio, en un amistoso frente al Levante, equipo de Segunda División. En la convocatoria de Molowny si entraron Ianizzotto y Puche -los porteros fueron Betancor y Ulacia-. El choque finalizó con triunfo azulgrana (0-1) gracias a un gol de Llona. Los dos argentinos disputaron el encuentro completo.

Fue la última actuación. Tras una estancia de cinco meses en Gran Canaria, el paso de Pieruz, Ianizzotto y Puche por la Isla se saldó sin pena ni gloria. Tal es así que no se volvería a hablar de ellos. Tampoco del resto de la plantilla, bien es cierto. Tan sólo se indicó el mutuo agasajo entre Molowny y plantilla en sendas cenas para celebrar la permanencia, así como el almuerzo que ofreció la directiva al técnico.

Las coincidencias de la historia que, cabe esperar, tengan un mejor final en esta etapa que comienza cincuenta y nueve años después.

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