¿Estás en pleno fulgor de la juventud y has descubierto que sufres de disfunción eréctil? No te alarmes. Hoy en día es bastante normal ver este problema en personas de todas las edades, es más, muchos hombres la llegan a experimentar mínimo una vez en la vida. Sin embargo, que se esté empezando a tomar como algo “normal” es un poco preocupante, porque el sexo es una actividad natural cuyo eje fundamental es dar placer y diversión, y si esto se pierde, pues estamos ante un grave problema.

Antes de enumerar las causas de la disfunción eréctil, es importante recalcar que aunque la ciencia ha avanzado demasiado en este tema, todavía faltan cosas por descubrir, en especial porque hay casos diversos y contrarios. Por ejemplo, se ha visto que hay hombres con diabetes o hipertensión arterial quienes conducen una vida sexual satisfactoria que personas totalmente sanas no logran, dejando aquí la incógnita: ¿qué es más relevante: el factor físico o el psicológico?

1. Ansiedad de rendimiento

¿Te preocupa que todo salga mal y no consigas satisfacer a tu pareja? Si empiezas así el acto sexual, probablemente las cosas resultarán del peor modo. Tienes que abrazar la idea de que el sexo se hace entre dos, por lo tanto, tú jamás serás el único culpable si no se desarrolla a feliz término. Quítate la ropa sintiendo que te vas a sumergir en el placer, en algo extraordinario: no es una competición ni una carrera. Relájate y disfruta. Baja la velocidad, ¿cuál es la prisa?

Una forma de evitar esta clase de ansiedad es practicar con frecuencia el sexo, así obtendrás una autoestima mayor… pero ten en cuenta no reducir el encuentro únicamente a la penetración.

2. Conflictos en la relación de pareja

Puedes saber si esta es la razón de tu disfunción eréctil si solo se presenta con tu pareja, puesto que muchos hombres logran conseguir erecciones fuertes cuando se masturban, dejando como evidencia que su problema no es interno sino externo. En este caso es muy importante la comunicación e intentar establecer acuerdos cuyo fin sea prevalecer la armonía y el amor de la relación.

Normalmente es bastante complicado llegar a esto porque los dos miembros de la relación tienen una predisposición a salir victoriosos de las discusiones, es decir, a alimentar su ego a costa de todo. Por ello, lo más recomendable es contratar los servicios de un terapeuta quien evaluará la situación objetivamente estableciendo parámetros eficaces para reconstruir la confianza y mejorar tanto la parte anímica como la sexual, ambas vitales en el buen funcionamiento de una relación.

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