Las esquelas son una pieza fundamental de la prensa más local. Aunque hayan perdido peso comparado con el que tenían hace unas décadas, siguen siendo importante para enterarse de los fallecimientos de personas de la zona. 

Los obituarios, además de su función puramente informativa, también tienen en ocasiones un toque irónico o cachondo. Cada uno decide despedirse de sus seres queridos a su manera. 

Y así fue como lo hizo Jesús Goikoetxea Aldanondo, el cual fallecido recientemente, su esquela publicado en El Diario Vasco, está dando mucho de qué hablar.

El mensaje con el que acompañaron la esquela no tiene desperdicio: “Recibió ayer la llamada de su jefe Lucifer para cuidar las calderas. Ruega a sus familiares y allegados se tomen una copa de cava o lo que sea menester en su memoria”.

En los últimos meses, varios epitafios con un toque más humorísticos han aparecido en diversos periódicos locales o regionales de toda España.