Hay pocas cosas más injustas que llamar vago a alguien que no solo no lo es sino que llega a ser todo lo contrario. Un usuario de Lanzarote publicó una reseña en Tripadvisor titulada "Cuando no se quiere trabajar uno busca cualquier excusa", en la que califica a un restaurante del sur de la isla como 'pésimo'.

"Llamamos con antelación de un día para reservar cena para 2 personas, pero nos indican que llamemos al día siguiente. Lo hacemos así, empezamos a llamar a partir de las 17h (pues el local abre a las 19:30h)", afirma. No parece muy normal llamar a un lugar que está cerrado, pero cada persona es un mundo...

"Nos cogen el teléfono a las 18:30h y nos dicen que no es posible, que si queremos cenar ya, o como máximo a las 19h. Le comentamos que llamamos la noche anterior y lo que nos dijeron...se disculpa y cuelga. Desde luego que nosotros no vamos a volver a intentarlo, tenemos la mala costumbre de acudir a sitios en los que nos traten bien. No nos gusta perder el tiempo, ni hacérselo perder a nadie". Así concluye una crítica de unos clientes que nunca llegaron a serlo.

La propietaria del restaurante quiso responder ante todo lo escrito. "A nosotros también nos gusta que venga gente que nos trate bien y me niego a coger en mi hogar aquellos que me traten mal a mi o a mi equipo...Hay que vivir la vida plena y feliz...". Tajante e inspirada.

"Lamento muchísimo no poder coger a toda la gente que nos llama, somos un sitio que tenemos 12 mesitas y hacemos lo posible para que todo aquel que entre con nosotros lo disfrute a tope y eso no es cogiendo más y más (para ello tenemos que reducir el tiempo de los turnos para cena), sino lo justo para que nuestro equipo esté cómodo y feliz para hacer lo que nos gusta...".

"También hay que vivir"

"Lamentamos muchísimo no poder contestar al teléfono 24/7, pero tenemos que atender a nuestra vida personal también...contestamos correos electrónicos, Facebook, Instagram y las palomas mensajeras...toooodos los días varias veces (abrimos por las tardes y no tenemos acceso al teléfono fijo) y lo intentamos hacer con humor y con ganas". Parece algo absolutamente normal y sano.

"Y finalmente, la que me colgó el teléfono fue Ud., toda enfurruñada que fíjate tú que no hay sitio para mi y no me quieren!", concluye la dueña del local lanzaroteño.