Los socialistas amenazaron el pasado martes con solicitar la reprobación parlamentaria del vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, en caso de que Paulino Rivero no le revoque su confianza.

En principio, las aritméticas están en contra del PSC, que vería fracasar su pretensión de hacer efectivo un mecanismo que en toda la historia de la autonomía canaria se ha saldado con nueve intentos fallidos de reprobar a consejeros del Gobierno canario. Una única censura de este tipo salió adelante: la de Rafael Pedrero en 1994, cuando era viceconsejero de Vivienda. El resto de iniciativas no prosperaron, aunque en algún caso han dado mucho juego parlamentario y alimentado titulares de prensa.

La reprobación de Pedrero tuvo como fondo el II Plan Canario de Vivienda, y se produjo a consecuencia de sendas mociones presentadas por PP y PSC. En esa misma legislatura, la tercera, ambas formaciones presentaron de nuevo mociones, dirigidas a reprobar al entonces consejero de Trabajo y Función Pública, Francisco Rodríguez Batllori, censurando la política del Gobierno en relación a sus empleados. En este caso la iniciativa no salió adelante.

En la cuarta legislatura (1995-1999) el Parlamento discutió dos proposiciones no de ley reprobatorias, una contra el consejero de Educación, José Mendoza, y otra contra el entonces presidente del Parlamento, José Miguel Bravo de Laguna. Ambas fueron formalizadas por los socialistas y ambas fueron rechazadas. La censura a Bravo tuvo su origen en un sonado altercado que mantuvo con el nacionalista Luis Lorenzo Mata.

Entre 1999 y 2003 se debatió una moción del PSC que pedía la reprobación de los entonces consejeros de Presidencia y Economía y Hacienda, Julio Bonis y Adán Martín respectivamente. Los socialistas pedían que se censurara la gestión de ambos en relación con el trazado de alta tensión que atravesaba el sur de Tenerife. Los votos de CC y PP sortearon fácilmente el escollo. Finalmente, en la primera parte de la pasada legislatura, cuando Adán Martín gobernaba con el PP, la popular Águeda Montelongo se enfrentó también a un intento de reprobación por parte de los socialistas, que superó con los votos del Pacto.

En todo caso, hay que dejar claro que la reprobación no parece expresamente citada en el reglamento del Parlamento canaria, por lo que las peticiones se han formulado por hasta tres vías distintas: la moción, la proposición no de ley y la propuesta de resolución, esta última sólo en caso del Debate del Estado de la Nacionalidad.

La reprobación no lleva implícita el abandono de su responsabilidad ejecutiva del reprobado, pero supone una severa desautorización de su gestión, que suele derivar en el cese o abandono de su cargo. Así, en el caso de Rafael Pedrero, una vez que se constató que la reprobación había salido adelante, el entonces presidente del Gobierno, Manuel Hermoso, procedió a su cese como viceconsejero.

El PSC pidió censurar en 2008 a cuatro consejeros en bloque

La hasta ahora última petición de reprobación votada en el hemiciclo de la santacrucera calle Teobaldo Power tuvo unos tintes especiales, muy propios del momento parlamentario que se vivió en el primer tramo de esta legislatura, con la crispación desatada entre las bancadas del Parlamento autónomo.

Y es que el PSC pedía a finales de marzo pasado, con vistas a ser debatida en el Debate del Estado de la Nacionalidad, la reprobación en bloque de hasta cuatro consejeros del Ejecutivo presidido por Rivero, dada su "nefasta gestión". La moción fue rechazada por el pacto.