La detención del senador y presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, no ha suscitado aún críticas en su partido en las Islas, pese a que ya varios miembros de la Ejecutiva federal han pedido su dimisión o han considerado que su comportamiento es "lamentable".

Ni el secretario general del PSC, José Miguel Pérez, ni el secretario de Organización, Julio Cruz, han hecho ni una sola valoración 48 horas después de que Curbelo fuera detenido por la policía al agredir a varios agentes cuando estaba, junto a su hijo, produciendo alteración del orden público en una sauna de la capital de España, según consta en el atestado policial.

Este silencio absoluto de los socialistas canarios, que en un principio aseguraron que se debía a que necesitaban conocer todos los hechos, tanto por boca del propio Curbelo como por lo que se dijera en el atestado de la policía, continúa incluso después de que ambas partes ya han hecho pública su versión de lo ocurrido en la madrugada del jueves, 14 de julio, en Madrid.

Sólo el consejero de Presidencia y vicesecretario general del PSC, Francisco Hernández Spínola, se pronunció el viernes a preguntas de LA PROVINCIA, asegurando que no tiene por qué no creer al dirigente gomero, mostrándole el apoyo del partido. Lo que sí ha pedido Spínola es "transparencia" a la hora de contar a los ciudadanos los pormenores del suceso en el que se vio envuelto el veterano dirigente gomero.