El PP de Canarias advirtió ayer del riesgo que supone que "una sola persona quiera apropiarse de todo el poder en Canarias", en referencia al presidente del Gobierno autonómico, Paulino Rivero. En un comunicado, la portavoz del PP en el Parlamento de Canarias, Australia Navarro, afirmó que Rivero "aprovecha la crisis interna de CC y la extrema debilidad del PSOE para actuar como amo y señor" del Archipiélago.

Según Navarro, "Paulino Rivero está utilizando la presidencia del Gobierno para aplicar una estrategia de intervención en todos los órdenes de la vida pública, institucional, económica y mediática de Canarias con el objetivo de controlar el máximo poder posible en su persona", informa Efe.

Es muy preocupante que las grandes decisiones que se adoptan en Canarias estén en manos de una sola persona obsesionada por acaparar poder para perpetuarse como presidente, agregó la representante del PP.

En su opinión, el desempleo, la pobreza y la crisis no se cuentan entre las prioridades del Gobierno regional porque su presidente está ocupado "en protagonizar batallitas constantes dentro y fuera de Canarias. La lucha interna en Coalición Canaria por perpetuar o por reemplazar a Rivero en la presidencia del Gobierno" es "la única prioridad de la política canaria para algunos", continuó.

Según Australia Navarro, es "especialmente triste" el papel del PSOE, que apoya "la estrategia intervencionista" de Rivero en el Gobierno y en el Parlamento a la vez que cuestiona al presidente "en otras instituciones públicas junto a los nacionalistas".

"Ninguna ambición personal puede estar por encima del interés general y el interés general de los canarios no es conocer si Rivero va a ser o no candidato de CC en 2015. Ese no es el problema de los canarios, es el problema de Rivero", concluye el comunicado.

Tras unas semanas de tregua, coincidiendo con el tiempo en que los partidos en el gobierno y el principal de la oposición estuvieron negociando un pacto por Canarias, vuelve a crecer la tensión política en las Islas. En el mismo debate sobre el estado de la nacionalidad celebrado hace unas semanas, unos y otros aseguraron tener todo prácticamente atado y se culparon mutuamente de que finalmente no se rubricara.

Únicamente discreparon en las causas. Para socialistas y nacionalistas la culpa fue de los populares por no querer sacar de ese documento las prospecciones petrolíferas, mientras que el PP basó el obstáculo en disputas entre CC y PSOE y la falta de voluntad para llegar a acuerdos de dichas formaciones.