La dirección nacional del PP trata de tranquilizar a CC y al presidente de Canarias, Fernando Clavijo, sobre la posición de los populares canarios en lo que resta de legislatura autonómica. La decisión, primero, de no entrar en el Gobierno, y ayer mismo, de no suscribir un acuerdo de estabilidad parlamentaria, no empaña ni desvirtúa la "firme voluntad" del partido "a todos su niveles" de garantizar la estabilidad del Ejecutivo regional. La cúpula de la calle Génova respalda por completo la decisión del PP canario de dar por concluidas las negociaciones con los nacionalistas para un posible acuerdo de gobierno de coalición y optar ahora por hacer oposición "en libertad", según apuntaba ayer la secretaria general en las Islas, Australia Navarro, al término de la reunión del Comité Ejecutivo Regional, pero insiste en que eso no se va a traducir en ningún caso en una actitud de hostigamiento al Gobierno de Clavijo.
El PP rechaza así alinearse con el resto de las fuerzas políticas en un frente común de oposición frontal en el Parlamento regional, y menos aún participar de operaciones encaminadas a debilitarlo poniendo en riesgo la gobernabilidad de la Comunidad Autónoma. Deja de lado, pues, la postura de sus colegas de enfrentamiento a Santiago Negrín en la dirección del ente público RTVC.
El coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, trató de construir un relato sobre las frustradas negociaciones entre populares y nacionalistas canarios, a medio camino entre el toque de atención a Clavijo, y la llamada al entendimiento mutuo dado que ambos partidos se necesitan. Pero lejos de considerar que el Gobierno central necesita más del único voto de CC en el Congreso, que el Gobierno regional el de los 12 diputados del PP en el Parlamento regional, como creen los nacionalistas, estableció un paralelismo entre ambas situaciones. Y por eso el PP no ve en estos momentos, como pretendían desde CC, la necesidad de firmar un documento global en Madrid que garantice el apoyo popular en las Islas a cambio del de la diputada de CC, Ana Ramas, al Gobierno de Mariano Rajoy en la Cámara baja.
Cheque en blanco
"No somos partidarios de firmar un acuerdo en esos términos", que se parecería más, según Maíllo, a un "cheque en blanco al Gobierno canario que a un acuerdo de estabilidad". El números tres del PP dejó claro que el partido prefiere negociar "día a día acuerdos puntuales" entre ambas formaciones en Canarias, pero consideró que esa fórmula no debe preocupar a Clavijo y a CC porque "se ha demostrado en estos meses que el PP en España y en Canarias tiene vocación de estabilidad".
En ese sentido, Navarro avanzó que su partido seguirá haciendo una oposición "seria y responsable" apoyando los asuntos que sean de interés general para las Islas, como ha ocurrido con el Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan), la Ley del Suelo o la Ley de Crédito Extraordinario. "Si Clavijo que solo cuenta con 18 diputados y hace un esfuerzo por alcanzar un consenso con las fuerzas políticas, saldrán adelante muchas iniciativas. No somos un partido de bloqueo", subrayó la secretaria general de los conservadores en las Islas.
Martínez Maíllo enfatizó ayer, en cualquier caso, que el "liderazgo" y la "voz cantante" de las relaciones con CC corresponde al presidente del PP regional, Asier Antona, y que es su estrategia la que se lleva a cabo con el conocimiento y respaldo de la dirección nacional. Descartaba así que las posteriores conversaciones de Clavijo con el secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, y con el presidente del partido y jefe del Ejecutivo central, Mariano Rajoy, menoscabara su posición. "Quien ha participado en las negociaciones y quien ha valorado que no es el momento de entrar en el Gobierno es Antona y es el PP de Canarias", aseguró el dirigente nacional, quien consideró que una de las causas del fracaso del proceso fueron "las dificultades internas en CC", en referencia al difícil equilibrio territorial en la reordenación de las consejerías.
Maíllo aseguró que "nosotros fuimos con el ánimo de poder llegar a un acuerdo", y que tomada la decisión de dar por concluidas las negociaciones, la intención es garantizar la estabilidad pero obligando a CC a buscar los acuerdos "que sean beneficiosos para Canarias". "
"Nuestra posición es clara, y cuando queda año y medio para las elecciones autonómicas, previsiblemente, salvo que las cosas cambien de manera rotunda, nuestra posición es dar estabilidad al Ejecutivo regional, con acuerdos puntuales, no cheques en blanco, y dando toda la responsabilidad y legitimidad al PP en Canarias", concluyó el dirigente popular. Maíllo reconoció que los presupuestos canarios para el 2018 será uno de los acuerdos puntuales que se tendrán que negociar entre el PP y CC y que a su vez el Gobierno central tendrá que ganarse el apoyo de Oramas para las cuentas estatales de 2018.
En su relato de cómo se sucedieron las negociaciones para cogobernar, Navarro detalló ayer que aunque hubo "algunos avances" iniciales, posteriormente la formación nacionalista "no quiso o no pudo" avanzar, de tal manera que se entró en un "callejón sin salida".
En su opinión, CC "se equivocó" en la forma de negociar porque partía desde una "supuesta superioridad" y encaró el proceso a modo de "contrato de adhesión" donde se "imponían condiciones", sin aceptar ninguna de las propuestas del PP. Navarro criticó, así, la "falta de voluntad" de CC para llegar a acuerdos y aseguró que hubiera sido una "irresponsabilidad" incorporarse al Ejecutivo si no se iban a hacer reformas económicas.