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El próximo reto del 'lobby' de las RUP

Las regiones ultraperiféricas, lideradas por Canarias, refuerzan su unidad y su posición en la UE ante la inminente negociación del presupuesto para 2020-2027

El próximo reto del 'lobby' de las RUP

A 8.000 kilómetros de distancia, al otro lado de África, la pequeña isla de Mayotte se ha convertido en la última gran aliada de Canarias. Situada entre Mozambique y Madagascar, este pequeño territorio francés intenta salir adelante en medio de su casi ignorado drama con la inmigración. Decenas de miles de personas se han dejado la vida en el océano Índico en los últimos años procedentes de las vecinas e independientes Islas Comoras, una crisis de varias décadas que salpica a la Unión Europea 'solo' desde enero de 2014.

La paradisiaca Mayotte, de unas dimensiones similares a La Gomera, fue en 2015 protagonista de un litigio silencioso que ha servido para reforzar la situación de Canarias en la Unión. En diciembre de ese año el Tribunal Superior de la UE dio la razón al Consejo Europeo al avalar el artículo 349 del Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE) que recoge las singularidades de las regiones ultraperiféricas (RUP), club en el que Mayotte es el último socio. En esa batalla legal el Tribunal rechazó unos recursos promovidos por la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, que no estaban por la labor de tener otra región ultraperiférica a la que proveer con más fondos especiales y se mostraban en contra de modificar su estatus jurídico.

Esta victoria en los tribunales sirvió como impulso para la última que han conseguido las RUP en Bruselas, la que protagonizó el miércoles Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, cuando el Comité de las Regiones aprobó por unanimidad el dictamen Hacia una completa aplicación de la estrategia de la Unión Europea a favor de las RUP. La resolución, que contó con el apoyo en la sesión del eurodiputado Younous Omarjee, de la Isla Reunión, y de Vasco Cordeiro, presidente de las Azores, tiene como principal objetivo dar una voz de privilegio a las RUP en todas las futuras negociaciones europeas y habilitar mecanismos de relaciones directas con la UE sin que sea necesaria la intervención del Estado de pertenencia. Y para ello cuenta como gran valedor con ese artículo 349, reforzado gracias a la disputa librada en defensa de Mayotte.

Nueve regiones, una voz

Pero todas estas batallas no son nada comparadas con la que se viene: la macronegociación de los presupuestos para el período 2020-2027, en el que las RUP quieren al menos conservar los 13.000 millones de euros que recibieron para el período 2014-2020. Y de esa cifra 3.800 millones de euros son los fondos destinados a Canarias, una cantidad que es fundamental para el futuro del Archipiélago. En esas conversaciones, que nacen condicionadas por la pérdida de la valiosa contribución del Reino Unido, las RUP -Canarias, las portuguesas Madeira y Azores y las francesas Guadalupe, Guayana, Martinica, Mayotte, Reunión y San Martín- no quieren ser un convidado de piedra y por eso han fortalecido en los últimos meses sus tareas como lobby.

En este grupo, históricamente condenado a entenderse, hay una premisa: meter presión continua y recordar constantemente sus necesidades extraordinarias en el seno de la Unión Europea, pero sin pasarse de la raya. Al fin y al cabo ya la UE tiene suficientes problemas sobre la mesa. "Debemos recalcar la importancia que tiene para la RUP disponer de la misma cantidad de dinero y de cofinanciación", señala Vasco Cordeiro en declaraciones a este medio. "Entre las RUP hay una unidad independientemente de las afiliaciones políticas. En el Parlamento Europeo hay un lobby RUP que atraviesa todo el hemiciclo", añade Younous Omarjee, eurodiputado de Reunión. "Hay que estar continuamente haciendo una labor pedagógica y reivindicativa. Y ese trabajo como lobby las RUP lo hemos hecho tradicionalmente bien, y lo vamos a volver a hacer", destaca Fernando Clavijo.

Esa labor de lobby se ve reflejada en los últimos meses no solo en la Sentencia Mayotte y en el dictamen aprobado esta semana sino también en la Conferencia de las RUP en Guayana en octubre -con la presencia del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la comisaria de Política Regional Corina Cretu y presidente de Francia Emmanuel Macron y los dirigentes de todas las RUP- o en la reunión con los ministros de Agricultura de los tres países con RUP que tuvo lugar en Tenerife en el pasado mes de enero. Y la batalla de los gestos tiene como siguiente reto juntar al propio Macron con Antonio Costa, primer ministro de Portugal, dos figuras ascendentes en el panorama europeo, y a Mariano Rajoy para una foto que serviría también de estímulo y aportaría una imagen de fortaleza y unidad.

Por todo ello hay optimismo de cara a que se respete esa partida presupuestaria, pero un optimismo moderado. "Las señales son prometedoras, pero no está garantizado. Tenemos que hacer que la UE reconozca la importancia y la necesidad que tienen las RUP de mantener este apoyo", explica Cordeiro. "Hay una convergencia de visiones entre el Comité de las Regiones y el Parlamento sobre el futuro marco financiero, pero no es una batalla ganada. Es muy difícil, así que seguimos teniendo nuestras preocupaciones", coincide Omarjee.

Esa incertidumbre se debe a los últimos avisos de Jean-Claude Juncker a los Veintisiete. La política de cohesión y la política agraria común (PAC) suponen tres cuartas partes del actual presupuesto y son las que más benefician a las regiones más desfavorecidas como las RUP, pero las pistas ofrecidas hasta ahora dejan entrever que este porcentaje se reducirá ya que el próximo presupuesto estará mucho más diversificado. Juncker insiste en que las políticas de cohesión y la PAC deben ser simplificadas y modernizadas, a la vez que se muestra contrario "a recortes drásticos".

Y es que la UE pretende potenciar áreas como la seguridad interna y externa, la transición a una economía verde, las políticas de empleo, especialmente para los jóvenes, la migración y la nueva política de defensa. Günther Oettinger, comisario de Presupuesto y Recursos Humanos, ha añadido que "futuro, juventud e innovación" serán las únicas áreas blindadas en el nuevo presupuesto, lo que deja vulnerables los fondos para cohesión y política agrícola. Para intentar satisfacer a todos, una misión casi imposible, Juncker ha pedido que la contribución de los Estados miembros se incremente. Actualmente todos aportan el 1% de su Producto Nacional Bruto (PIB) y el deseo de la UE es que se suba al 1,2%, un objetivo de la Comisión que no será nada fácil. El empeño de Juncker por no pasar a la historia como el presidente con el que se perdió al Reino Unido y hacer una UE más fuerte juega a favor de las regiones ultraperiféricas.

A estos nuevos retos se quieren subir las RUP, que se esmeran en presentarse como una oportunidad más que como un problema, tanto en las áreas históricas de su relación - aduanas, comercio, agricultura y pesca- como en los nuevos desafíos. "Queremos transformar las singularidades de nuestras RUP en activos", explica Corina Cretu. A la vez que marca el camino de la futura relación, la rumana detalla que para mantener las mismas ayudas de estos años, las RUP deben "probar que los actuales fondos son usados de manera efectiva". La Comisión, que es quien manda, le pone deberes a las RUP, pero el lobby sabe que su voz no es una cualquiera. Tiene un arma muy valiosa: el precedente del artículo 349. Y con esa bandera, levantada por la pequeña Mayotte, pelearán por los 13.000 millones de euros.

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