La Provincia - Diario de Las Palmas

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La 'ciudad flotante' despliega su potencial

El portaaviones 'Juan Carlos I' alberga a 1.200 militares para las maniobras Gruflex 2018

La capitana Fabiola Fernández Martínez, jefa de Sanidad, ayer. JUAN CASTRO

Una ciudad flotante de 230 metros de eslora navega en aguas canarias mientras despliega todo su potencial. El buque Juan Carlos I mece en sus entrañas a 1.200 efectivos militares al compás del oleaje. La cubierta, los pasillos y los compartimentos están inundados de las idas y venidas del personal a bordo. La actividad es frenética. La mayor embarcación de guerra construida en España mide su capacidad de acción en la ejecución de las maniobras Gruflex 2018.

El portaaviones de la Armada tiene capacidad para albergar a 1.500 personas y cuenta con un desplazamiento a plena carga de 27.563 toneladas y una autonomía logística máxima de 9.000 millas náuticas a 15 nudos (27,78 kilómetros por hora), lo que da la posibilidad al buque de desplazarse hasta Australia a esa velocidad sin necesidad de realizar parada alguna. No es para menos. Sus depósitos pueden llegar a contener 2,7 millones de litros de combustible, lo suficiente para llenar el tanque de unos 54.000 coches.

A cuatro millas de la playa de Las Canteras, a algo más de 6 kilómetros, un cordón militar inspeccionó ayer concienzudamente la cubierta de despegue de las aeronaves para evitar que cualquier piedra o tornillo fuera tragado por las turbinas de los aparatos. Desde el control de mando se seguía con detenimiento las maniobras. También por parte de los medios de comunicación y las autoridades que, como la delegada del Gobierno en Canarias, Elena Máñez; el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo; o el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan José Cardona, subieron a bordo para seguir de cerca los ejercicios.

Todo está bajo control y previsto. Y "el que no sepa rezar, que vaya por esos mares y verá qué pronto lo aprende sin enseñárselo nadie". Una frase muy repetida entre los marineros y que también 'cuelga' en el puente de mando del buque.

La embarcación está capacitada para activarse como buque de asalto anfibio, como plataforma para el traslado de fuerzas a un "teatro de operaciones", como portaaviones y como buque de ayuda humanitaria. Una versatilidad que lo convierte, como apuntaron los propios marines, como una "magnífica herramienta de acción exterior". En sus dos garajes, de hecho, pueden dar cobijo a 29 carros de combate y vehículos o a 67 contenedores de carga de 16 toneladas. El hangar, por su parte, tiene espacio para alojar a nueve aviones Harrier y ocho helicópteros.

Pero el Juan Carlos I es mucho más que eso. También es un hospital flotante dirigido por la capitana Fabiola Fernández Martínez, jefa de Sanidad. El centro médico a bordo cuenta con dos quirófanos, con una unidad de cuidados intensivos (UCI) de ocho camas, con una zona hospitalaria de 14 camas y hasta con un laboratorio, una farmacia y una área de clasificación de heridos. Fernández Martínez explicó, además, que la telemedicina permite monotorizar a los pacientes desde el Hospital Central de Defensa.

La colaboración con fuerzas de Portugal, EEUU e Italia tampoco pasa inadvertida. Rafael Roldán Tudela, general de Brigada de Infantería de Marina, aseguró que la Armada española está acostumbrada a trabajar con otros ejércitos, por lo que la creación de una fuerza europea -tal y como han propuesto Angela Merkel y Emmanuel Macron- sería "la puesta en práctica de lo que realmente ya es" porque están acostumbrados "a trabajar con fuerzas aliadas".

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