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MIREN A VER

Antonio Cacereño

Ángel Víctor Torres ya está aquí

Ángel Víctor Torres, el secretario general del PSOE canario que hoy se convertirá en presidente del Gobierno regional, se estrenó ayer en el Parlamento de Canarias con un discurso de rostro amable y varias réplicas y contrarréplicas a los portavoces de quienes rechazan su investidura en las que dio muestras de que llega sin complejos, sin mochilas y dispuesto a hacer del ataque una buena defensa.

Torres ha sido concejal y alcalde de Arucas, diputado en el Congreso por la provincia de Las Palmas y vicepresidente y consejero del Cabildo de Gran Canaria. Ahora será presidente del Gobierno de Canarias. Por encima de todo eso, ha sabido sobrevivir en su siempre complicado partido. Ha sabido asaltar el poder en el momento justo y, al contrario que sus antecesores, ha sabido guardar el fusil de fusilar al amanecer y ha sabido guardar la navaja de navajear al anochecer.

Lejos de eso, ha conseguido aglutinar a su siempre complicada formación política para convertirla en el partido que ocupa ahora toda la centralidad de la región. Y ha sabido aglutinar, de izquierda a derecha, a todos los grupos políticos del arco parlamentario de la región para desalojar a CC de ciudades e islas y, a partir de hoy mismo, de la autonomía. Pronto lo hará del resto de instituciones, entidades y entes dependientes de ayuntamientos, cabildos, Comunidad Autónoma y Parlamento de Canarias.

Para conseguir tamaña proeza no cabe duda de que ha contado con el apoyo de propios y extraños y de esa capacidad para sobrevivir en mundo tan inhóspito como el que configura el socialismo canario.

Para desarrollar su política de apaciguamiento interno ha contado con la colaboración inestimable de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de la Nación. Sin la inicial pequeña morterada de cargos estatales le hubiera sido más complicado mantener a sus huestes en la relativa tranquilidad con la que pudo abordar la elaboración de las listas electorales. El paso siguiente fue sumar y sumar. Al contrario de los que hicieran otros dirigentes puso en marcha la máxima de que nadie que pudiera traer un voto al PSOE quedara fuera de la carrera electoral por motivos de sectarismo o enemistad. Por último, contó con la fundamental ayuda de rivales políticos, cuyas monumentales torpezas allanaron el camino a una Presidencia de Canarias a la que las urnas le habían acercado, pero sin garantizársela del todo.

El discurso de rostro amable con el que Ángel Víctor Torres se estrenó ayer en el Parlamento de Canarias también tenía rostro humano. Mucho más allá de las habituales referencias de este tipo de intervenciones a autores de postín, un recurso muy manoseado por oradores y escribidores de homilías políticas, pero que el presidente in pectore apenas utilizó. Referencias al uruguayo José Mujica, César Manrique o Barack Obama.

Torres fue mucho más allá al recordar sus orígenes en el barrio de La Goleta. Tuvo palabras para su abuelo "demócrata, republicano y socialista" como otros muchos vecinos que desaparecieron asesinados y cuyos cadáveres fueron ocultados en los tristemente célebres pozos de Arucas. Su abuelo, relató, tuvo relativa suerte ya que, pese a sufrir "persecución, cautiverio y vejaciones" como sus hermanos, al menos pudo envejecer junto a la mujer con la que fundó una familia. Otras familias quedaron quebradas durante la Guerra Civil y la larga y oscura posguerra, la que convirtió a Canarias y a España en un vastísimo campo de prisioneros al aire libre.

En su discurso, se refirió a sus predecesores al frente de la Comunidad Autónoma: Fernando Fernández, Lorenzo Olarte, Manuel Hermoso, Román Rodríguez, Adán Martín, Paulino Rivero y Fernando Clavijo. Y, por supuesto, a Jerónimo Saavedra, el único socialista al frente de la autonomía y que fue presidente antes que Fernando Fernández y entre Lorenzo Olarte y Manuel Hermoso, cuando una moción de censura, hace 26 años, liderada por la entonces recién fundada Coalición Canaria, la que ahora pasa a los banquillos de la oposición, lo desalojó del poder. Fue en aquel tiempo una gran traición, pues una parte de CC sostenía al propio Saavedra. Como bien sabe ICAN, el PSOE siempre cobra sus deudas.

También tuvo un instante de recuerdo para los compañeros que le precedieron a la hora de intentar alcanzar la Presidencia del Gobierno de Canarias: Augusto Brito, Juan Fernando López Aguilar -que fue el más votado y quedó fuera del Ejecutivi-, José Miguel Pérez, Patricia Hernández... Y, claro está, Juan Carlos Alemán, el joven grancanario criado en la calle Colmenares junto al Frontón, educado en el Corazón de María, formado en la Universidad de La Laguna y afincado hasta el fin de sus días en esa ciudad de Tenerife. El hombre de Estado que contribuyó a sostener a los socialistas durante la travesía del desierto con Canarias, siempre, por encima de los conchabos políticos.

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