El episodio protagonizado por el ya ex senador socialista y presidente del cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, podría estar a punto de provocar un serio desencuentro entre la dirección federal del PSOE y los socialistas canarios. Mientras la cúpula de la calle Ferraz apostaba claramente desde el principio por adoptar medidas ejemplarizantes y exigía a Curbelo la renuncia inmediata a su acta de senador, en los distintos niveles del PSC se observaba más cautela, más condescendencia hacia el político gomero y dejando pasar tiempo para ver si el asunto perdía presencia en los medios y se resolvía sin grandes costes para quien es uno de los más destacados barones insulares del partido.

La primera causa de esta diferencia de actitud está en la propia aceptación del relato oficial, el de la Policía Nacional, como versión principal. Así, en Madrid se ha dado por buena la versión difundida por los agentes policiales supuestamente agredidos por Curbelo en la comisaría del distrito de Tetuán (Madrid) donde el entonces senador y su hijo Aday, de 26 años, fueron retenidos más de ocho horas tras los incidentes en la zona de bares de Azca. Por el contrario, en las filas del PSC se ha optado por poner en cuarenta esa versión y no desdeñan la que dio Curbelo en su rueda de prensa del viernes, en la que aseguró que el agredido e insultado fue él.

En todo caso, no hay por el momento versión oficial del PSC, donde, pese a la presión ejercida desde Madrid, se espera a tener confirmación de una apertura de instrucción judicial y, en su caso, de una imputación concreta.

El relato de las reacciones no puede ser en este sentido más dispar. La primera se produjo, aunque muy tibia, en el ámbito del Grupo Socialista en el Senado, que aseguró que "se tomarán medidas si se demuestra que el senador no actuó correctamente". En el ámbito de la dirección federal, el sábado, fue mucho más contundente por parte de la secretaria de Política Internacional de la Ejecutiva federal del partido, Elena Valenciano, que se ha erigido en la principal defensora del castigo ejemplar hacia el dirigente gomero.

El hecho de que Valenciano sea también la coordinadora de la campaña del candidato socialista a las generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, hace pensar que es éste quien realmente está detrás de que la opción del castigo ejemplarizante, que podría ser incluso el de la expulsión de Curbelo de las filas del PSOE.

Valenciano empezó diciendo en su cuenta de twiter que "lo de Curbelo es vergonzoso y debería dimitir", mientras que el propio Rubalcaba afirmaba que "si ha hecho lo que parece que ha hecho, habrá consecuencias". En Canarias, sin embargo, Hernández Spínola quiso reducirlo a un "suceso privado" y le ofreció "el apoyo de todo el partido" mientras Jerónimo Saavedra exculpaba a Curbelo.

El vicesecretario general del partido, ministro de Fomento y ahora portavoz del Gobierno reclamó explicaciones a Curbelo y dijo que si él no las daba, el partido se las pediría y dio por hecho que no sería incluido en las listas electorales de las próximas generales, en las que seguramente él contaba con repetir como senador. Ayer la propia Valenciano daba un paso más y señalaba que la actitud de Curbelo era "absolutamente incompatible con la pertenencia al PSOE".

Del otro lado, el PSC parece tener claro que Curbelo es algo más que un senador y mide los tiempos para ver hasta dónde se verá obligado a pedir explicaciones y responsabilidades al único presidente de cabildo del que dispone. Durante dos días de polémica, nadie en el partido se dio por aludido ni se vio en la obligación de reaccionar a los hechos.