Sorprendidos. La mayoría de los empresarios consultados ayer no salían de su asombro con el proceder, de momento presunto, del empresario José Miguel Suárez Gil con su esposa. Es un hombre que sigue despertando amores y odios en el sector empresarial.

"Nunca le he tenido simpatía. Es una persona sospechosa de muchas cosas. Un indeseable", asegura Óliver Alonso, consejero del grupo Domingo Alonso. "Es una figura muy problemática y menos mal que salió de la Cámara de Comercio de Las Palmas".

Otro empresario que le conoce bien y que durante años trabajó a su lado, pero que prefiere mantener su nombre en el anonimato, le recuerda como "un tío de negocios raros".

"Es un hombre de temperamento fuerte, pero no es una persona violenta. Algo ha tenido que haber pasado para que se le crucen los cables de esa manera", señala Manolo Santana, empresario que forma parte del pleno de la Cámara de Comercio de las Palmas. "Creo que tenía que haberse retirado a tiempo del mundo empresarial, cuando se enfrentó a Ángel Luis Tadeo por la presidencia cameral, pero es verdad que jamás dejó tirados a sus amigos. Además, es una figura dialogante y negociadora, aunque discutía, como hemos discutido todos".

"Es un personaje atípico, con sus luces y sus sombras, que estaba al filo de muchas cosas, pero es inteligente, conoce el mundo empresarial, donde lo ha sido casi todo", señala Roberto Góiriz, secretario general de la Federación de empresarios exportadores hortofrutícolas. "Lamento lo que ha ocurrido en su esfera personal, pero su paso por la presidencia de la Cámara de Comercio, la Confederación Canaria de Empresarios, o Fedalime contó con un respaldo mayoritario y desde luego no fue a punta de pistola".

"Es un emprendedor que salió de la nada. Un visionario, predijo la actual crisis económica, y creo que puede ser aún útil a la sociedad", asegura el empresario Luis Hernández. "Me cuesta creer lo que ha pasado. Para mí es un amigo y un hombre serio".

Sin embargo, otros empresarios que han preferido guardar su anonimato, señalaban que "hay que estar loco" para llegar a portar un arma contra su esposa. Incluso otro llega a cuestionar su papel de empresario y le coloca como "vividor" al calor de las organizaciones empresariales.

En cualquier caso, la figura de José Miguel Suárez Gil no deja a nadie frío y despierta sentimiento encontrados, desde la admiración a la animadversión. Apenas se encuentra alguien con calificativos moderados hacia su persona.

La pérdida de Suárez Gil en las elecciones a la presidencia de la Cámara de Comercio de Las Palmas frente a José Luis Tadeo marcó una especie de declive empresarial que casi coincide con su dimisión de la presidencia de Fedalime.

"Hubo una época en la que Suárez Gil estuvo en todas la mesas de decisión empresarial y eso no se puede negar", concluye Góiriz. "Y contó con el respaldo mayoritario".