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Iniciativa parlamentaria | El debate de la marihuana

Canarias quiere abrir la veda al cannabis medicinal

Los expertos recuerdan que ya existen fármacos aprobados con base de THC | El producto tiene al menos 27 usos comerciales

Canarias quiere abrir la veda al cannabis medicinal

El Parlamento de Canarias bramó el pasado 30 septiembre que está a favor de la legalización y regulación del cannabis con fines terapéuticos y medicinales. Con un voto unánime entre todos los grupos parlamentarios, se aprobó una Proposición No de Ley (PNL) auspiciada por el socialista Iñaki Lavandera para instar al Gobierno de Canarias a pedirle al Gobierno estatal que se produzca una reforma de la norma para que la explotación del cannabis con fines terapéuticos tenga un amparo legal. Argumentando no solo sus bondades terapéuticas sino también sus posibilidades económicas para el Archipiélago, los parlamentarios acabaron sucumbiendo a una petición que realizan muchas personas en toda España. Concretamente, según los resultados de la última encuesta del CIS, el 84% de los españoles está a favor del uso médico del cannabis. Sin embargo, los expertos en drogodependencia y médicos consideran que esta PNL, a pesar de lo que dicen sus precursores, tiene un fin último económico y no sanitario, al tiempo que recuerdan que el THC es una sustancia que se puede prescribir y que se prescribe ya en aquellas patologías que lo requieren. Y aunque no se oponen de frente a la PNL aprobada en el seno del Parlamento de Canarias, advierten de que este tipo de decisiones pueden conformar el primer paso “para legalizar otra droga” con prácticamente nula base científica respecto a sus beneficios y con graves perjuicios en la salud pública a largo plazo.

“La regulación dará mayores garantías a una economía que se está desarrollando”

Iñaki Lavandera - Parlamentario del PSOE

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“Ya ha pasado con el alcohol y el tabaco”, recuerda Manuel Isorna, doctor en Psicología y máster en Drogodependencias. Estos dos son ejemplos de cómo una decisión política, tomada en términos económicos y no científicos, acaba ocasionando perjuicios a la salud de la población. “En Canarias hay un gran problema de tabaquismo, pero no se pone coto porque existe un gran lobby detrás y miles de personas que depende del mismo”, explica Isorna, que advierte que “no queremos que la marihuana se legalice para luego tener otro problema similar”. Guillermo Guigou, especialista en drogodependencia, afirma que “no estamos en el momento oportuno” para plantear este debate dado que todos los pasos que se den en términos de salud, ahora mismo, con una pandemia en ciernes, debe ser hacia “la protección de la salud” y no hacia “aumentar riesgos”.

“Ahora no estamos en el momento oportuno para que se abra este debate”

Guillermo Guigou - Experto en drogodependencia

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No es la primera vez que se intenta regular y legalizar este producto en Canarias. En 2017 el Parlamento de Canarias, esta vez auspiciado por el PSOE, CC, Podemos, Nueva Canarias (NC) y Mixto, llevó exactamente la misma petición a los representantes de los grupos políticos. La idea era regular el consumo de cannabis, pero en aquella ocasión también se pretendía amparar bajo un marco legal la actividad de los clubes de cannabis, por lo que acabó sin fraguarse debido al voto en contra del Partido Popular. “Los clubes de cannabis no tienen un amparo real muy claro y son en realidad un tabú, porque aunque el autocultivo no está prohibido, no se ve igual hacerlo de manera colectiva”, explica el socialista Iñaki Lavandera. En otras comunidades, como Cataluña y País Vasco trataron de amparar su actividad, sin embargo, al no ser competentes en este aspecto, todos los proyectos regulación han sido anulados.

“Debemos modernizar la ley para aprovechar la oportunidad económica”

Margarita Pena - Delegada de la Zona Franca

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Un sector económico boyante

La legalización del cannabis como producto sanitario es una petición que no solo viene desde la ciudadanía, también tiene un fuerte apoyo de la vertiente económica en las Islas. De hecho, las oportunidades económicas para las Islas fueron otro de los puntos que se abrieron en el debate parlamentario. “Canarias por sus condiciones climáticas podría impulsar el sector”, afirma Lavandera, algo que ratifica la delegada de la Zona Franca de Santa Cruz de Tenerife, Margarita Pena, que afirma que “es un mercado emergente” que representa una oportunidad única para las Islas. Y es que el Archipiélago, por sus condiciones climáticas, podría beneficiarse de “cinco cosechas al año”, bastante más que el que se consigue con el plátano que se cosecha aproximadamente dos veces al año. Además, es mucho “más barato y sostenible”, como afirma Pena, que recuerda que “requiere menos recursos hídricos” y “enriquece el sustrato”.

“Su consumo acarrea un problema enorme con costes sociales y familiares”

Manuel Isorna - Psicólogo experto en adicciones

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Por ahora, la única parte de la planta que se puede cultivar legalmente es el cáñamo, que históricamente se ha utilizado para la confección textil, pero no está muy extendido en nuestro país. Aparte de eso, en España, hay cinco fábricas de cannabis para producir la planta con fines médicos y científicos autorizadas por la Agencia Española del Medicamento (Aemps). Sin embargo, lo que busca esta PNL es ir más allá para poder aprovechar “todas las partes” del plantón de cannabis, es decir, cáñamo, flor (cogollo) y hojas. “Los extractos de los cannabinoides tienen muchas posibilidades”, explica Pena, que insiste que se pueden sustraer hasta para 27 usos, entre los que podría estar su comercialización como “fertilizantes ecológicos, terapias y cosmética”. Además, supone una “oportunidad” para que Canarias exporte este producto a los países del entorno donde sí está autorizado, como Alemania, Países Bajos o Reino Unido. “Es un valor añadido para Canarias”, insiste. “Crearía un sector económico a su alrededor basado en su procesamiento, industria farmacéutica y exportación”, concluye Lavandera que añade que “no solo generaría empleo, también recaudación para la comunidad autónoma”. Pero las oportunidades no acaban ahí, pues las personas que se posicionan a favor de su consumo aseguran que su regulación podría acabar con el profundo negocio sumergido que se ha formado a su alrededor. “Daría mayores garantías y Canarias se podría beneficiar”, afirma Lavandera. Una circunstancia que esta PNL podría impulsar, según Pena, ya que “es un paso a la regulación por consenso que limitaría las cuestiones negativas alrededor del cannabis” y, además, se lograría una mejor trazabilidad del producto. A este respecto, el experto en drogodependencias, Guillermo Guigou, considera que al menos el mercado negro “hay que regularlo” porque se encuentra en un desierto legal “con mucha producción y pocos controles”.

“Términos como ‘cannabis medicinal’ pueden inducir a pensar que es inocuo”

Toxicología clínica - Grupo de investigación

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Iñaki Lavandera es el principal responsable de esta nueva petición desde el Parlamento canario que en esta ocasión ha sido aprobada por ser “más concreta” y tan solo contemplar su uso medicinal. “Es una demanda reiterada de hace muchos años y muchas personas consideran que se debe dar el paso”, reclama Lavandera, que señala que “hay muchos pacientes que lo usan para tratar sus patologías, pero ahora mismo no está controlado ni tiene garantías”. En la propuesta aprobada por unanimidad se busca instar al Gobierno central a llevar “a cabo las modificaciones legales oportunas a fin de regular y facilitar el acceso a los tratamientos terapéuticos con cannabis y derivados de éste, bajo estricta indicación y supervisión médica, para aquellas patologías en las que haya demostrado eficacia o el facultativo lo considere indicado”.

La primera parte de esta petición ya está implantada. “Para las enfermedades o situaciones clínicas donde está probada su eficacia, basada en estudios científicos serios e independientes de la industria, si está regulado y aprobadas sus presentaciones farmacéuticas, sus indicaciones clínicas y su prescripción”, explica el Grupo de Investigación en Toxicología Clínica de Canarias. En todo el mundo hay varios compuestos en base a tetrahidrocannabinol (THC) comercializados en todo el mundo que se utilizan como segunda línea de tratamiento en enfermedades crónicas como la Esclerosis Múltiple. Ejemplo de ello es el Sativex, aprobado el 15 de julio de 2010 por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). En estos compuestos, los profesionales pueden dirimir cuánta cantidad de esta sustancia están recetando a sus pacientes. No obstante, como señala la delegada de la Zona Franca, esta PNL podría impulsar que se garantizara su uso en más pretextos clínicos dado que “ahora solo está indicado para uso compasivo y siempre bajo la prescripción médica”. Tampoco está incluido dentro de la cartera de servicios del Servicio Canario de la Salud (SCS) y por tanto, queda sujeta a la prescripción hospitalaria.

Las luces del cannabis


  • Tratamiento - Para algunos pacientes: Según los últimos estudios científicos, los derivados de este producto muestran una efectividad “moderada” en la epilepsia infantil intratable, el dolor crónico y los espasmos musculares en los pacientes con esclerosis múltiple.
  • Productos - Fertilizante ecológico: La planta del cannabis se puede utilizar por completo, existiendo por el momento 27 usos registrados. Y es que, en esta planta se puede aprovechar desde el cáñamo, para fabricar ropa, hasta la hoja y la flor -que es lo que se conoce como cogollo-. Se pueden fabricar fertilizantes ecológicos, terapias médicas y cosmética. 
  • Cultivo - Cinco cosechas al año: El cultivo de cannabis es mucho más barato que el de plátano, pues requiere menos recursos hídricos y tiene propiedades que ayudan a enriquecer el sustrato. En Canarias, dadas sus condiciones climatológicas, se estima que se podría llegar a cosechar hasta cinco veces al año, más que con el plátano. 
  • Industria - Una oportunidad: Para Canarias, el cultivo de cannabis podría resultar en una nueva industria que es boyante en otros países. La situación del Archipiélago como conducto tricontinental, y su cercanía a mercados donde su consumo es legal, haría de las Islas un lugar estratégico para establecer una nueva salida económica. 

Sin embargo, y como recuerdan los expertos, no hay ninguna evidencia científica que demuestre que los cannabinoides puedan curar una enfermedad. Para Iñaki Lavandera, la razón de que la ciencia no haya encontrado el milagro del cannabis tiene que ver justamente con su ilegalización. “Si se regulara incentivaría la investigación porque se crearía un entorno económico a su alrededor”, afirma el parlamentario. Sin embargo, los especialistas discrepan. “Hay muchos estudios que se han realizado y siguen sin hallar evidencias”, explican. De hecho, en todo el mundo se han llevado a cabo o se están llevando a cabo alrededor de 2.300 ensayos clínicos con cannabis, de los que siete se han realizado en España. Por lo pronto se ha concluido que “puede paliar los síntomas” en algunos pacientes concretos de patologías específicas. El Centro Europeo de Monitorización de Drogas y Adicciones, en un documento titulado Medical use of cannabis and cannabinoids, realiza un resumen de la evidencia que existe sobre el uso medicinal del cannabis para distintos síntomas y llega a la conclusión de que tan solo tiene una “evidencia moderada” para la epilepsia infantil intratable, el dolor crónico y los espasmos musculares en los pacientes con esclerosis múltiple. En el resto de síntomas para los que se ha teorizado su uso, como las náuseas o los vómitos asociados a la quimioterapia, la estimulación del apetito en pacientes con SIDA, de forma paliativa para el cáncer o como tratamiento para la ansiedad, la evidencia es “débil o insuficiente” como para considerarlas mejores que los tratamientos actuales o que el placebo.

Siempre con base científica

En todo caso, los investigadores no se cierran a la posibilidad de recetarlo si al final se demuestran sus bondades, siempre y cuando se sigan los cauces científicos. Como recuerda el equipo de investigación canario, “hasta que no se acaba un ensayo, no se puede dar por bueno solo por haber planteado una hipótesis, sin saber sus resultados y conclusiones. Así es el método científico”. Lo que sí han demostrado las investigaciones es que “no es inocuo”, como señala el grupo de investigación. Su consumo a largo plazo y en según de qué patología se hable puede ser hasta contraproducente. El consumo de cannabis tiene efectos secundarios, especialmente a largo plazo, como el desarrollo de psicosis, trastornos de aprendizaje en jóvenes, el aumento del riesgo cardiovascular o la hiperemesis cannabinoide (el efecto contrario a la reducción de las náuseas y los vómitos). “El cannabis es un perturbador del sistema nervioso central, lo que significa que distorsiona la percepción de la realidad”, añade, por su parte, Guigou que insiste en que también se ha comprobado que puede generar ansiedad, “al contrario de lo que se suele pensar y por lo que muchos lo consumen”. “Denominaciones como la de cannabis medicinal están provocando que las personas que lo consumen y desarrollan una patología, tarden más en llegar al sistema sanitario porque la marihuana adormece los síntomas y en ese periodo se desarrolla una enfermedad más grave”, insiste Isorna.

Esto ocurre, entre otras cosas, porque cuando una persona consume THC a través de la cannabis “no sabe en qué cantidad lo está haciendo”. Y es que la planta de marihuana contiene ahora cuatro veces más de THC que hace 20 años. En otras palabras, “fumarse un porro ahora es equivalente a fumarse cuatro antes de 1996”, afirma Isorna que advierte que esta característica está provocando una mayor dependencia y adicción.

Respecto a la última parte de la petición parlamentaria, en la que insta a que sea el facultativo quien realice esa prescripción “cuando lo considera necesario”, los expertos remarcan rotundamente que “eso no puede ser”. “El médico solo debe recetar fármacos que estén científicamente probados, y aprobados por la Agencia Española del Medicamento (Aemps)”, reclama Isorna. Es decir, “como cualquier otro fármaco”, debe seguir el mismo proceso de autorización.

Las sombras del consumo

  • Patologías - Peor salud mental: El consumo abusivo y habitual del cannabis suele presentar clínicas muy diversas. No obstante, está relacionado con el empeoramiento de la salud mental. Se ha comprobado que estos pacientes desarrollan psicosis, trastornos de aprendizaje en los más jóvenes, un aumento del riesgo cardiovascular o hiperemesis cannabinoide, que es el efecto contrario a la reducción de náuseas y vómitos. 
  • Dependencia - Cuatro veces más: Los expertos sugieren que el contenido en tetrahidrocannabinol de las plantas que están actualmente en el mercado es cuatro veces superior al que existía antes del año 1996. 
  • Efecto - Un coste a la salud: El coste a la salud pública a futuro es probablemente el mayor problema que puede acarrear y que es imposible de medir. Los expertos concluyen que la legalización solo agravaría un abuso del consumo que ya se está viendo. 
  • Investigación - Sin certezas científicas: En todo el mundo se han llevado a cabo o se están llevando a cabo alrededor de 2.300 ensayos clínicos con cannabis, de los que 7 se han realizado en España. Por lo pronto se ha concluido que “puede paliar los síntomas” en algunos pacientes concretos de patologías específicas. Para todo lo demás, solo hay teorías que no han sido reforzadas con evidencia científica. 

Pero la Aemps no va a autorizar una sustancia que no esté avalada científicamente, como tampoco hizo con la homeopatía. “Además, existen múltiples variedades de plantas de cannabis, con diferente concentración y potencia del THC que contienen, lo cual lo hace arriesgada su prescripción sin un control sobre el producto”, insiste el grupo de investigación en toxicología clínica. Tanto el equipo como Manuel Isorna, consideran que, de producirse este escenario, “llevaría a regular su producción y venta, lo que podría equivaler a su legalización de facto”. De hecho, este es el discurso que ha calado en sociedades como la canadiense, israelita, uruguaya y de algunas zonas de Estados Unidos, en las que se ha legalizado su consumo.

Sin embargo, tanto Lavandera como la delegada de la Zona Franca, niegan que el fin último de la PNL sea su regulación como sustancia recreativa. “La regulación dará mayores garantías a una economía que se está desarrollando”, explica Lavandera. El socialista insiste en que son conscientes de “es una droga con efectos nocivos”, pero afirma que existen algunos beneficios en su uso medicinal y nuestro objetivo es normalizarlo”. “El debate está entre si se debe regular o prohibir”, indica Lavandera, pues, como concluye, “regular evita que se forme un mercado negro en el que existen blanqueo de capitales”. “Debemos modernizar la ley y adaptarla a la situación actual para aprovechar la oportunidad económica”, insiste, por su parte Pena, que resalta que la ley que rige el uso del cannabis data de 1967: “es franquista”. De hecho, lo que solicita el colectivo es que produzca una regulación legislativa que permita ir más allá de lo que autoriza la Aemps. “Necesitamos un marco jurídico moderno”, ratifica Pena.

El abuso del cannabis tiene relación con el desarrollo de patologías mentales

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No obstante, esta clara bondad a priori para las arcas de la comunidad, se difumina cuando se concibe la regulación en términos de salud a largo plazo. “El tabaco ya es la droga que más mata en el país, y lleva aparejado un gran coste social y económico”, señala Manuel Isorna, que afirma que con el cannabis podría ocurrir exactamente lo mismo. El especialista considera que esta decisión se ha tomado para “empujar a España a que legalice, y luego se cree un efecto dominó”. “Hay un mercado detrás que mueve millones de euros y que ahora mismo está asentado en Holanda, Israel y Suiza”, reclamó Isorna. “Los intereses políticos no corresponden con el interés social”, insiste el experto que considera que el objetivo debería ser “que los adolescentes y los adultos no consuman y que los pacientes crónicos pudieran acceder a los mejores tratamientos para su patología”.

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