El portavoz nacionalista en el Parlamento de Canarias, José Miguel Barragán, cargó contra “el peor Gobierno” que ha tenido el Archipiélago y que ha llegado “en el peor momento”. Su mensaje caló en el presidente Ángel Víctor Torres, que hasta en tres ocasiones se rebeló contra una crítica que consideró desmesurada para un Ejecutivo que ha tenido que lidiar con una pandemia global. A pesar de la aspereza Coalición ofreció su apoyo al Gobierno para superar la crisis.
Barragán precisamente criticó la paralización que, en su opinión, padecen las Islas por tener un Gobierno “incapaz” de abordar cuantas cuestiones se apartan de la lucha contra el coronavirus. Como ejemplo más evidente de ello, mencionó “la sumisión a Madrid” a la hora de solventar el problema migratorio.
El portavoz de la bancada de Coalición Canaria afeó a Torres que se encontrara el pasado verano con el presidente de España, Pedro Sánchez, en Lanzarote para “regalarle un timple. Eso no es ser presidente de Canarias, es hacer el mayor de los ridículos”, afirmó y ante el anuncio de la próxima llegada de varios ministros del Ejecutivo estatal, recomendó “convocar una agenda de trabajo” y no limitarse a “sonreír a las cámaras”.
Aparte del presidente, otros tres miembros del Ejecutivo autonómico recibieron los dardos nacionalistas. El consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, por falta de actuación ejecutiva cuando tiene todo a favor para reimpulsar las energías renovable; la responsable de las políticas sociales, Noemí Santana, por “ni distinguir cuáles son sus competencias”, y la de Economía, Elena Máñez, por su “autocomplacencia” y el gusto por las “palabras huecas”.
José Miguel Barragán sugirió al presidente de Canarias un cambio en este último departamento, por el que pasan buena parte de las ayudas –“las que llegan tarde no son ayudas”, señaló– a los sectores más afectados por la pandemia, además de tener las competencias en materia de empleo. “¿No cree que necesita a otro equipo para hacer esta tarea? ¿No ve que esta área estratégica necesita que ponga a los mejores que tenga en su equipo?”, demandó el portavoz de los nacionalistas en la Cámara.
En el final de ese discurso aguardaba el cese de la viceconsejera de Economía, Almudena Estévez, para hacer sitio a Blas Acosta, el dimitido presidente de Fuerteventura que pujó por la plaza de senador autonómico y generó a Torres un problema en el PSOE canario. Estévez “era de las pocas personas con valía en ese departamento”, lamentó Barragán; “ya podría usted haberlo dicho antes”, contestó Torres.
El pacto con otras tres formaciones –Nueva Canarias (NC), Podemos y Agrupación Socialista Gomera (ASG)– para contar con una mayoría parlamentaria ha convertido al Gobierno en “rehén”, según el primero de los intervinientes de la oposición.
Para Noemí Santana (Podemos), Barragán guardó la bala de recordar a Torres que cuando los socialistas estaban en la oposición no dejaban de “repetir que sabían cómo se tenían que hacer las cosas, tenían una varita mágica que, lamentablemente, perdió sus poderes” al llegar al Gobierno. A Yaiza Castilla (ASG) –ni a ella ni a Santa las nombró– la acusó de acumular iniciativas frustradas.
El enfrentamiento se suavizó en las posteriores intervenciones. La aspereza inicial dejó espacio incluso para que Barragán tendiera la mano al Gobierno para consensuar medidas que relancen a Canarias.
