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Memoria histórica | Una herida sin cicatrizar

Tenerife, la gran losa de los desaparecidos del franquismo

En Gran Canaria se han exhumado los cuerpos de 38 represaliados, en dos pozos de Arucas

Tenerife, la gran losa de los desaparecidos del franquismo

Cuevas, simas, pozos, tapias de cementerios, el fondo del mar... A pesar del gran número de personas desaparecidas, víctimas de la represión franquista en Tenerife, a día de hoy no se ha conseguido alumbrar en la Isla ningún resto humano de aquella época, a diferencia de Gran Canaria, donde se han exhumado los cuerpos de 38 desaparecidos en los pozos del Llano de Las Brujas, en 2008, y de Tenoya, en 2017, ambos en Arucas. O en La Palma, donde se encontraron 13 personas en Fuencaliente,–cinco en 1994 y ocho en 2006-2007–.

En la actualidad, la búsqueda activa continúa en Gran Canaria. En el tercer trimestre de este año los arqueólogos del Cabildo insular retomarán los trabajos en la Sima de Jinámar, que ya cuenta con un diagnóstico de riesgos y seguridad, elaborado hace un año por el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria. De momento se desconoce el número de desaparecidos que pueden encontrarse en el interior de esta chimenea volcánica de 80 metros de profundidad. En los primeros descensos se hará un análisis de las infraestructuras necesarias para realizar los trabajos y determinarán las áreas en las que se llevará a cabo la búsqueda. Si bien, hay que convocar a un concurso público para realizar las excavaciones y, además, hay que salvar el escoyo de la basura acumulada. Por esto, el proceso será lento, pero el Cabildo ha mostrado su firme compromiso con esta búsqueda.

Este mismo año se llevarán a cabo otras dos exploraciones en dos pozos aruquenses: el de los túneles de Arucas y el de la Vuelta del Francés, ambos declarados Bien de Interés Cultural (BIC). En una primera fase se harán catas en el exterior, con el fin de localizar casquillos de balas u otros materiales que indiquen que puede haber desaparecidos en el interior de los pozos; y, a continuación, se iniciará la exploración.

El pasado 25 de septiembre de 2020 se constituyó la Comisión Técnica de la Memoria Histórica, órgano consultivo, técnico y asesor en la materia que cuenta con la participación de las administraciones públicas, las universidades y las asociaciones para la defensa y recuperación de la memoria histórica, y ene se encuentro se presentó un borrador del protocolo de exhumaciones, identificación y conservación de restos de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la represión franquista, que sólo se ha reunido en dos ocasiones.

Listas con nombres

Los sectores conservadores de la clase política, empresarial y de la iglesia católica tinerfeña elaboraron antes del golpe una serie de listas con nombres de miembros activos de las organizaciones republicanas y obreristas, que debían ser neutralizados en los momentos iniciales del golpe militar, para evitar una posible resistencia popular. Es por ello, que en ese recuento de víctimas, el perfil que destaca es el de jóvenes de 30 años miembros de organizaciones obreras o partidos republicanos.

Se han relacionado personas desaparecidas, ejecutadas extrajudicialmente o muertas como consecuencia de torturas en prisión, y aquellas asesinadas en consejos de guerra, en su mayoría hombres jóvenes, en torno a los 30 años y miembros de organizaciones obreras o partidos republicanos. Entre ellos se ha determinado una especial preeminencia de miembros del sindicato anarcosindicalista de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), aunque también hubo víctimas del Partido Socialista, el Partido Comunista y la Izquierda Republicana. Y no solo trabajadores y campesinos, sino también integrantes de la pequeña y mediana burguesía.

La mayoría de los asesinados eran de Tenerife, pero también existe un número importante de personas naturales de otras islas de la provincia occidental y de la península, lo que sitúa a esta isla como «punto de centralización» de la represión franquista en las islas occidentales.

Según los testimonios recuperados y otros nuevos recabados, la represión no terminó en el asesinato de estas personas, sino que además se extendió a sus familias, que padecieron acoso e indefensión y que motivó una parte sustancial de la emigración producida en la posguerra.

Realizado entre noviembre de 2020 y abril de 2021 por las arqueólogas de la Universidad de La Laguna (ULL) Nuria Álvarez Rodríguez y María Laura Bencomo Fernández, la investigación se indica que si bien el número de personas desaparecidas y los asesinatos tuvo que ser “bastante superior”, solo se recogen en el estudio los datos contrastados durante el estudio, que se ha centrado en una labor de investigación histórica y documental, así como en la realización de entrevistas a familiares de las personas desaparecidas y otros informantes.

Esta indagación ha permitido actualizar los efectos de la represión franquista en Tenerife y abre nuevas líneas de investigación para hallar fosas, ya que se han estudiado las potenciales localizaciones en las que pudieran hallarse parte de las personas desaparecidas, según ha explicado la viceconsejera canaria de Justicia, Carla Vallejo.

Las investigadoras han estudiado diferentes puntos señalados por la historiografía y la tradición oral como lugares en donde se localizaban víctimas en fosas, tales como el cementerio de San Juan, en La Laguna, una fosa localizada en torno a Los Rodeos o una sepultura descubierta en el interior de una antigua cárcel en La Laguna. También en el pozo de Fuente Cañizares, en La Laguna; una cueva en el Tablero; otra en Bocacangrejo, el Pozo de los Alemanes en Arona, unas localizaciones en Valle Jiménez y San Andrés, así como las fosas en el interior del Cementerio de Santa Lastenia, que se relacionan con las personas fusiladas en la batería del Barranco de El Hierro.

Para la ejecución del proyecto, denominado Estudio preliminar para la localización de fosas en la isla de Tenerife, el consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Julio Pérez, concedió el 14 de noviembre de 2020 una ayuda directa de 15.900 euros a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Isla de Tenerife.

Se cumple así con los compromisos derivados de la Ley 5/2018, de 14 de diciembre, de memoria histórica de Canarias y de reconocimiento y reparación moral de las víctimas canarias de la Guerra Civil y la dictadura franquista. Y se refuerzan de algún modo los valores democráticos, de libertad y de justicia social para toda la sociedad española, según el consejero.

Búsqueda e identificación

El Ejecutivo regional ha señalado asimismo que seguirá emprendiendo otros proyectos enmarcados en los compromisos que se alcanzaron en la Conferencia Sectorial de Memoria Democrática constituida en marzo.

En esa conferencia se aprobó por unanimidad el reparto y distribución de 3 millones de euros para buscar y en última instancia identificar a personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la represión franquista, de los que 71.707,65 de euros corresponden a Canarias.

Se contempla, además, una partida de 5.889,51 euros para un estudio sobre posible localización de las víctimas canarias de la Guerra Civil que figuran como desaparecidas en el ámbito de la Comunidad Autónoma, así como otro proyecto, por importe de 33.826,14 euros, para la revisión y actualización del Mapa Georeferenciado de Fosas de Canarias y del Portal de Memoria Histórica de Canarias.

Dicho borrador se orienta en la misma línea que han seguido otras comunidades autónomas al incorporar un esquema técnico similar al fijado en el protocolo estatal de 2011, pero también las previsiones específicas que se contienen en ley canaria, con el objetivo de garantizar tanto el cumplimiento de la normativa autonómica como el establecimiento de un procedimiento compatible y validado por el Estado que facilite ulteriores planes coordinados de actuación.

Las investigadoras de este reciente estudio, Nuria Álvarez y Laura Bencomo, han podido elaborar una lista de 182 víctimas mortales relacionadas directamente con la represión en Tenerife, que se ha subdividido en tres criterios: los desaparecidos, que ascienden a 60; las víctimas de diversa índole, como fallecidos por torturas, asesinados por Falange o la Guardia Civil en diversas circunstancias o aquellos muertos a consecuencia de las enfermedades contraídas en prisión, que ascienden a 35; y, por último, los 68 fusilados en esta isla, probablemente el sector mejor conocido hasta el momento, dado que se conservan las causas militares que los condenaron a la pena de muerte por fusilamiento en la Batería del Barranco de El Hierro, en Santa Cruz”. No obstante, el documento añade que podrían sumarse 40 casos, de los que existen indicios de que podrían tratarse de desaparecidos, pues se encuentran, según las fuentes, en “ignorado paradero”. Para confirmarlo, consideran que sería necesaria la colaboración de familiares o informantes.

El estudio remarca que la Segunda República supuso un momento de conflictividad social sin precedentes en Tenerife.

La mar, una enorme fosa


La mar está considerada por testigos y familiares de los represaliados del franquismo en Canarias como una «gran fosa común”. Distintos testimonios apuntan al mecanismo de las sacas, es decir, sacar a la fuerza a las personas de sus viviendas y pasar a ser consideradas desaparecidas. Estas personas eran conducidas a la prisión de Fyffes o a los barcos prisión y después eran asesinadas y, en ocasiones, arrojadas al mar. «Mucha gente de la que no aparece es porque se la llevaron en los barcos entonces, para el mar», señala una persona entrevistada en un reciente estudio encargado por el Gobierno de Canarias y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife. «Los barcos estaban atracados en la bahía, los sacaban, los metían en bolsas y los tiraban al mar». Uno de los casos más impactantes se dio en Tenerife con la desaparición del alcalde de Buenavista del Norte, Antonio Camejo Francisco. «Lo sacaron de Fyffes, lo llevaron a los barcos y lo apotalaron». Este había declarado la reforma agraria en enero de 1933 y solicitar la destitución del comandante militar de Canarias, Francisco Franco, después de que este movilizara fuerzas del Ejército durante la celebración del 1º de mayo de 1936. Ese acuerdo del Ayuntamiento fue apoyado por otros de la isla de Tenerife, lo que supuso, entre otras cosas, la desaparición de destacados líderes del período como el diputado a Cortes Luis Rodríguez de la Sierra Figueroa o el concejal y líder comunista tabaquero, Domingo García Hernández, firmantes de aquella petición.

Localizaciones en Tenerife

Cañadas del Teide

  • Comprende los puntos que las fuentes orales y documentales han señalado, aunque no todos ellos han podido contrastarse como fosas donde reposen restos de víctimas. Se presupone la existencia de una fosa común en la que podrían haber sido enterradas destacadas figuras políticas republicanas tinerfeñas, caso del diputado, abogado y escritor Luis Rodríguez Figueroa o el alcalde de Santa Cruz, José Carlos Schwartz. Los posibles lugares son: Llano de Maja y sus bucios; Las fosas del Llano de Maja: Montaña Blanca; Arenas Negras; Cueva Veguero y Padre Candelaria, además de Llano de Ucanca, Pico Cabras, el antiguo cuartel de la Guardia Civil y el Sanatorio.

Pozo Los Alemanes

  • Empezó a construirse en 1924, en El Mojón (Arona). La finca la compró el alemán Jacob Ahlers y después la adquirió Antonio Domínguez Alfonso. El pozo, con un diámetro de 3 metros, se encuentra en una vaguada escondida. 

Morro Negro

  • Según las fuentes, en ese lugar de Arona fueron quemados el maestro de Arico, Manuel Solana Díaz de Lastra, y también su mujer, Pilar García.

Pozo de Las Cuadras

  • Las fuentes orales lo ubican en Arona, próximo a las gañanías de Antonio Domínguez, y lo señalan como punto a tener en cuenta en la búsqueda de desaparecidos. Hoy se integra en el desarrollo urbanístico dei núcleo turístico de Los Cristianos. 

Fosa Médico Rivera

  • Ubicado en Arico el Viejo. Se habla de la desaparición de un médico y de su entierro en este punto. 

Fuente Cañizares

  • En La Laguna, la zona de Fuente Cañizares fue una antigua área agrícola que rodeaba el núcleo urbano. Según parece, en los alrededores existían una serie de pozos que podrían haberse utilizado para hacer desaparecer a gente durante la guerra civi. Se citan los casos de Luis Rodríguez Figueroa y Cecilio Honorio de Armas Fernández. 

Cementerio San Juan

  • Se habla de 11 desaparecidos republicanos del municipio de La Laguna. Se cree que muchos fueron enterrados en el cementerio de San Juan. A saber: Cecilio de Armas Fernández; Domingo Cruz Cabrera; Manuel Luis Figueredo Rojas; Domingo García Hernández; Saturnino González Rodríguez; Vicente Hormiga Mederos; Juan José Martín Escobar; Alfonso Martín Power; Alfredo Mederos Galán; Guetón Rodríguez de la Sierra Melo y Jacinto Silvera Peña. 

Cementerio Realejo

  • En el antiguo cementerio del Realejo Alto, según parece, yacen dos desaparecidos: Agustín Rodríguez Hernández y Antonio García Hernández, detenidos y llevados presos a la prisión municipal de este pueblo. Parece ser que fueron torturados y asesinados, al menos uno de ellos de un tiro en la cabeza. Sus cuerpos fueron trasladados y enterrados en una fosa junto a una de las tapias del antiguo cementerio del Realejo Alto. 

Caleta de Interián

  • En este punto de la costa diferentes informantes han señalado que se arrojaron restos de represaliados. En la Isla Baja, la tradición señala a la mar como destino final de los opositores al franquismo, como el caso de la Caleta de Interián, en el municipio de los Silos.

Cueva Bermeja

  • Esta zona se ha relacionado tanto en testimonios personales como en algunos trabajos bibliográficos, como posible lugar de desaparición. Uno de estos casos sería el de Antonio Montelongo Morales, desaparecido al parecer en 1937, que según el testimonio de su hijo habrían sacado de prisión, conducido a Cueva Bermeja y desde allí mar adentro, a una zona conocida como La Cordillera, y arrojado al mar dentro de un saco. Otra de las víctimas sería Vicente Hormiga Mederos, quien tras su detención, entre el 18 de julio y finales de ese mes, fue recluido en uno de los barcos prisión. Según su mujer, lo habrían sacado una noche y arrojado al mar. Una sobrina del desaparecido cuenta que la familia siempre creyó que el hecho tuvo lugar en San Andrés, en la zona conocida como La Marea Negra o Mar Negra.

San Andrés

  • Este núcleo siempre se ha asociado, tanto por los testimonios orales como por trabajos de investigación, como una zona de desaparición de prisioneros tanto a lo largo de la guerra civil como después. Ejemplo muy clarificador fue el caso de un represaliado, víctima de un intento de desaparición frustrado, y cuya información se rescata en una entrevista. Según cuenta este informante, un familiar suyo, junto a otro compañero, salieron a pescar una noche, cuando escucharon la máquina de un barco. Por precaución, apagaron el motor de su lancha y vieron cómo desde el otro lanzaban al fondo del mar sacos amarrados con piedras, que comenzaron a hundirse. Una vez que el barco arrojó todos los sacos y se marchó prendieron uno de ellos y lo abrieron; en su interior se encontraba una persona aún viva. Tras charlar con él, lo llevaron en secreto la costa de Anaga, donde lo refugiaron en una cueva y le dieron de comer durante meses, hasta que finalmente se entregó. 

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