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Crisis volcánica | Pasos hacia la recuperación de La Palma

El rastro del humo y la ceniza del volcán, bajo la lupa de los neumólogos

La Sociedad Española de Neumonía encarga un estudio sobre los efectos en la población

Recogida de cenizas en una de las zonas afectadas por el volcán. Andrés Gutiérrez

Fueron casi tres meses de erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma, en Canarias. En total, 85 días en los que los vecinos de la isla se enfrentaron a emisión de cenizas, gases y piroclastos. Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) han encargado al profesor y epidemiólogo de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Alberto Ruano un proyecto formado por tres estudios que analizará los efectos de la erupción en la salud respiratoria de la población afectada.

Desde Estados Unidos, donde se encuentra ahora con una estancia de investigación en la Universidad Brown, en Providence, gracias a una prestigiosa beca Fulbright para ampliar estudios sobre el efecto del radón en la salud, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública explica que quieren «hacer algo diferente a lo que ya hay disponible tanto por el tamaño de muestra como por la recogida de la información. Recogeremos muestras biológicas, pero también haremos pruebas de función respiratoria. Este conocimiento va a servir para ver en qué medida las erupciones volcánicas pueden afectar a la salud de la gente a nivel local e internacional». Aclara que, hasta ahora, no ha habido estudios como este que acaban de comenzar, ni siquiera el realizado en el área de afectación del volcán islandés que entró en erupción en 2010, el Eyjafjallajökull, y cuya nube afectó al tráfico aéreo europeo con vuelos cancelados incluso en Galicia. «El estudio islandés se produjo en una zona con mucha menos población y los datos no los recogieron de forma tan exhaustiva como nosotros», aclara el científico compostelano.

Este doctor en Farmacia añade que «desde SEPAR se entendió que era necesario diseñar un proyecto para La Palma para ver cómo esta erupción puede estar afectando a la salud de los habitantes de la isla». Recuerda que la población allí estaba muy cercana al volcán mientras que en otras zonas del mundo se muestran más alejadas del cono.

La investigación de la que es coordinador dispone de un comité de 20 personas que trabajan en el proyecto. Entre estas, además de Ruano, hay otra persona gallega, la doctora Carmen Diego, del área sanitaria de Ferrol. Este proyecto -de nombre ASHES, cenizas en inglés- se fija en cuatro grupos de población: personas muy expuestas a productos de la erupción volcánica atendiendo a aquellas que tenían acceso a la zona de exclusión (personal científico, militares, fuerzas de seguridad del estado o guías forestales) y las que se dedicaban a la limpieza, es decir, la recogida de ceniza volcánica; la población adulta en general; la población pediátrica y, por último, las personas que ya tenían una enfermedad respiratoria anterior a la catástrofe natural. Respecto a estos últimos se quiere ver si ha cambiado su salud respiratoria.

Además del compostelano Ruano, hay otras dos personas comandando el estudio pero estas desde la isla: se trata de la doctora Valle Velasco, neumóloga pediátrica del Hospital Universitario de Canarias-Tenerife; y David Díaz Pérez, enfermero especialista en patología respiratoria del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria.

En total serán elegidas 2.000 personas para participar en el estudio. Desde ahora, empezarán a contactar con personal que tenía acceso a la zona de exclusión. Respecto a la población adulta y pediátrica, van a reclutar personas en las zonas expuestas a la ceniza que serán comparadas el mismo número de individuos no expuestos en una zona más resguardada de las emisiones. Todas ellas deberán cumplir con criterios de edad además de no haber cambiado de domicilio de una zona a otra.

«Hemos hablado con las autoridades educativas para reclutar a la población infantil y vamos a poner anuncios en medios. El reclutamiento ya ha comenzado en este grupo y estamos bastante contentos de como marcha», señala Ruano. Aunque el estudio se prolongará durante cinco años mínimo, su deseo es realizar un análisis de datos a medio-corto plazo entre finales de este año y principios del próximo para dar a conocer los primeros resultados. No obstante, aclara que si se logran más fondos se podría prolongar el seguimiento durante más de un lustro.

Entre los escenarios que se van a encontrar los científicos, el científico gallego señala varias hipótesis (probabilidades). «No sabemos muy bien lo que nos vamos a encontrar porque pueden pasar varias cosas. Es posible que nos encontremos con un efecto agudo con un aumento de síntomas pero que, a medida que pase el tiempo, se normalice la función respiratoria. Otra hipótesis sería encontrarse con efectos a largo plazo”, apunta.

Sobre esto último, detalla que la «ceniza es roca volcánica pulverizada y la inhalación de esta última puede tener efectos a largo plazo. Lo comprobaremos en esta investigación». Ruano recalca que se trata de momento de «hipótesis», por eso se estudia atendiendo al grado de exposición.

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