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Crisis volcánica | Un año de la erupción de La Palma

Niveles de oxígeno menores al 13% impiden aún la vida en Puerto Naos

Las Administraciones plantean cambiar el estatus de los desalojados al de afectados para que puedan acceder a más ayudas

Los técnicos, Enrique Rodríguez y Jordana Rodríguez, trabajan en la medición de gases nocivos en el barrio de Puerto Naos. | | KIKE RINCÓN/EUROPA PRESS

Puerto Naos y La Bombilla siguen sufriendo las emanaciones de gases desde el subsuelo que provocan concentraciones de oxígeno inferiores al 13% y que hacen incompatible con la vida el volver a ocupar muchos de los espacios de estos dos núcleos turísticos.

Lo peor de esta situación es la incertidumbre que siguen viviendo los más de 1.000 vecinos desalojados y el centenar de empresarios también afectados por las restricciones provocadas por esta situación natural del proceso de desgasificación de las coladas del Tajogaite.

La perspectiva no es buena, ya que es imposible calcular temporalmente la duración de este proceso, lo que genera más dudas en vecinos, autoridades y empresarios, conscientes de que la situación actual puede alargarse durante incluso años, como ya han advertido muchos científicos.

Mientras que la situación mejora, los equipos de acompañamiento permiten seguir abriendo algunos locales, garajes y bajos de edificios, comprobando en todos ellos los niveles de CO2 y otros gases.

Zona de playa de Puerto Naos, La Palma. | | KIKE RINCÓN/EUROPA PRESS

Dos especialistas del cuerpo de bomberos insular son los encargados de enfundarse en sus equipos de protección, y con respiradores autónomos se adentran en cada uno de esos rincones que son peligrosos para cualquier otra persona que acceda sin la equipación oportuna. No tarda en comenzar a emitir un pitido intenso el aparato medidor que portan en sus manos, llegando incluso a sacar a tres palomas muertas de uno de esos garajes en la zona conocida como Playa Chica.

El técnico de emergencias Rafael García explica que el protocolo de actuación en estos casos siempre obliga a que sean estos especialistas los primeros en entrar en cualquier instalación. En el caso de que las cifras de concentraciones de gases sean compatibles con la presencia humana, se permite el acceso para realizar tareas de limpieza.

En estas últimas mediciones se han detectado desplazamientos de oxígeno de un 18% con más de 100.000 partes por millón la emanación de CO2, y con un 13% de oxígeno en los garajes.

En Puerto Naos hay otras zonas, destacó García, que «tienen bastante emanación de gas y tienen concentraciones de 270.000 partes por millón de CO2».

Este técnico explicó que la salud de las personas comienza a correr riesgo cuando la concentración de oxígeno está por debajo del 21%. «Sobre el 17% puede haber perdida de conocimiento, dependiendo de la situación del estado físico de la persona», lo que terminaría por provocar la muerte.

Acceso controlado

Carmen Castro es la propietaria de uno de los bares de primera línea en la avenida de Puerto Naos. En la visita que ha realizado al establecimiento los gases «están un poquito altos comparándolos con hace dos semanas», cuando también contó con el servicio de acompañamiento para proceder a la limpieza del mismo. Entonces pudo permanecer en él durante ocho horas, el tiempo máximo permitido y aconsejado por las autoridades sanitarias y de la emergencia.

Pero la situación actual que se sigue viviendo en esta zona de exclusión hace que Carmen ya medite en reiniciar su actividad lejos de Puerto Naos. «Mi familia y yo dependemos de lo que es el sector turístico y estamos planteándonos abrir en otro lugar», se lamenta la empresaria. Reconoce que no se puede luchar contra la naturaleza, pero sí contra la situación de incertidumbre que vive actualmente, ya que se desconoce hasta cuándo van a seguir emanando gases peligrosos en esa zona del Valle de Aridane.

De allí salieron el 19 de septiembre, «dejando todo como está», ya que el volcán «nos pilló trabajando» en aquel mediodía de domingo, destaca Carmen Castro.

Durante este año desde el inicio de la erupción «te vas acostumbrando a la situación», aunque la empresaria reconoce que «la cabeza da muchas vueltas y hay que ocuparla en algo» y por eso es que ya ha decidido intentar emprender en otro lugar de la Isla, aunque desea que siga siendo en el Valle de Aridane ya que está «muy arraigada a este lugar».

Respecto a la situación que siguen provocando las emanaciones de gases, Carmen Castro se muestra confiada en la información facilitada por los equipos de emergencia. «Yo confío en ellos», recalca, aunque también apoyará la concentración que se celebrará el próximo domingo en las cercanías de la zona de exclusión, «sin tener que entrar en el barrio porque está prohibido».

Desde que comenzara la emergencia, desde las administraciones competentes se han gestionado un total de 18.328 solicitudes de acceso a la zona de exclusión. De ellos, más de 600 corresponden a este litoral, y en las ultimas semanas un total de 180 a las calles Los Lajones, Maresía y Atardecer. Comerciantes han sido 55 los que han pedido acceso, un total de 62 las que han recibido charlas informativas realizadas por el Cuerpo Nacional de Policía y 18 las que se han formado con los equipos de respiración autónoma para realizar los acompañamientos.

Por el momento, al menos públicamente, nadie se atreve a prever un futuro cierto para estas zonas de exclusión. Las peores perspectivas apuntan a que podrían pasar años hasta que de nuevo se puedan ocupar estos espacios. Por eso, las administraciones también comienzan a preparar el panorama social y territorial para ese extremo.

La primera de las actuaciones fue anunciada por la consejera de Emergencias, Nieves Rosa Arroyo, quien considera que el próximo mes de diciembre, en caso de que la situación de las emanaciones de gases persista, debe reconocerse a las personas desalojadas de la costa del Valle de Aridane como afectados de la emergencia, con la consiguiente llegada de indemnizaciones y mayores ayudas.

«Si seguimos con estos niveles tan altos de gases habrá que tomar medidas con las personas y con las viviendas», apuntó.

El inicio entre 2008 y 2013

El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) calcula que el ascenso del magma desde fuentes profundas del manto bajo la isla de La Palma y que acabó desembocando en la erupción en Cumbre Vieja comenzó entre 2008 y 2013. Posteriormente, en 2020, hubo «otros aportes importantes» de magma, sostienen varios investigadores del Involcan en un artículo publicado en Geophysical Research Letters, una de las principales revistas científicas internacionales de la Sociedad Geofísica Americana. Los autores de este trabajo son Eleazar Padrón, Nemesio Pérez, Pedro Hernández, Hirochika Sumino, Gladys Melián, Mar Alonso, Fátima Rodríguez, María Asensio-Ramos y Luca D'Auria. Estos explican cómo la emisión de helio-3, liberado desde las profundidades del manto terrestre y presente en los gases burbujeantes de un manantial mineral frío rico en CO2, en el interior de La Caldera de Taburiente, mostraron ser los primeros indicadores geoquímicos que reflejaban cambios en la actividad magmática bajo la isla. | Efe

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