La ONU retoma el envío de suministros de ‘socorro’ a la Minurso por tierra

Han tenido que pasar casi dos años y medio para que Naciones Unidas haya podido volver a autorizar un convoy terrestre con suministros para la Misión de las ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) sin poner en peligro a los implicados. La ruptura del alto al fuego en noviembre de 2020 desencadenó enfrentamientos armados en zonas al este de la berma, en el muro de separación, donde hay desplegados equipos de cascos azules, lo que ha impedido al organismo internacional trasladar, hasta ahora, equipos pesados y combustible.

«Se han alcanzado acuerdos para el envío de un nuevo convoy lo antes posible», anunció ayer el portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, quien aseguró que la Minurso ha mantenido «discusiones con las partes implicadas en el conflicto» para abordar los asuntos sobre la entrega de suministros. Hasta ahora había sido imposible llegar a un acuerdo con la partes que permitiera proveer por tierra a los cuerpos militares por lo que desde el 13 de noviembre de 2020, tras el reinicio de las hostilidades, las provisiones básicas solo han podido llegar por avión y helicóptero.

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Retomar los convoyes por tierra permitirá reabastecer las bases de operaciones de manera segura y con regularidad y realizar patrullas en toda la zona de responsabilidad para cumplir con su mandato.

La Minurso se creó en abril de 1991 a raíz de la resolución 690 del Consejo de Seguridad de la ONU con el objetivo de apoyar los preparativos de un referéndum en el que el pueblo saharaui debía elegir entre la independencia y la integración en Marruecos, pero las diferencias sobre la elaboración del censo y la inclusión o no de los marroquíes ha impedido hasta el momento su convocatoria. El pasado mes de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó prorrogar un año más, hasta el 31 de octubre de 2023, el mandato de la Minurso en una resolución en la que anima a las partes a volver a la mesa de negociaciones «sin precondiciones».

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El texto es prácticamente similar al de años anteriores, y apoya los esfuerzos del nuevo enviado para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, que ocupa el cargo desde octubre de 2021. Precisamente estos días, el diplomático ha celebrado una ronda de encuentros por separado con los representantes de España, Estados Unidos y el Frente Polisario con el objetivo de desencallar el proceso político en la región que lleva enquistado casi 50 años.

Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, confirmó el miércoles pasado que De Mistura llevará a cabo «reuniones bilaterales» con Marruecos y el Frente Polisario antes de la próxima sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas programada para este mes.

Marruecos mantiene que la solución al conflicto en la región pasa por su plan de autonomía para Sáhara Occidental, respaldado por varios países, entre ellos España que cambió de posición tras el giro del presidente Pedro Sánchez en marzo de 2022. La otra parte, el Frente Polisario, ha rechazado esta vía y exige que el pueblo saharahui elija de manera «libre y transparente» mediante un referéndum de autodeterminación.

En 1991 ambas partes firmaron un alto el fuego bajo el control de la ONU, pero en noviembre de 2020, tras un altercado en la zona fronteriza sur del Sáhara Occidental con Mauritania, los saharauis acusaron a Marruecos de haber roto el alto el fuego y haber provocado el reinicio del conflicto armado. A partir de ese momento se retomaron los enfrentamientos armados entre ambas partes, lo que reavivó la guerra.

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