Parlamento de Canarias | La Cámara designa a los senadores por la Comunidad Autónoma

La alegría de tener ya a los senadores

Santiago Pérez se ha abierto un canal en Youtube y seguirá asesorando sobre estratagemas para no entregar decretos a la oposición

Pleno del Parlamento de Canarias. Entre otros asuntos se verán los nombramientos de los representantes de la Comunidad Autónoma en el Senado. | 25/07/2023 | Fotógrafo: María Pisaca Gámez

Pleno del Parlamento de Canarias. Entre otros asuntos se verán los nombramientos de los representantes de la Comunidad Autónoma en el Senado. | 25/07/2023 | Fotógrafo: María Pisaca Gámez / María Pisaca Gámez

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

El celebrado ayer es el último pleno semiprotocolario de la nueva legislatura. Los plenos semiprotocolarios son los plenos –digamos– prepolíticos. El Parlamento se está dotando del instrumental reglamentario para realizar su trabajo. Ayer, entre otras cosas, fueron elegidos los tres senadores que corresponden a la Comunidad Autónoma. Los tres, según la tradición, fueron votados por sus respectivas fuerzas políticas, que corresponden a los tres principales grupos parlamentarios, José Antonio Valbuena por el PSOE, Pedro San Ginés por CC y María Australia Navarro por el Partido Popular. El recuento lo inspeccionó la secretaria segunda de la Mesa, Patricia Hernández, desmintiendo así ese grosero bulo según el cual no sabe nada de números. Estaban contentísimas sus señorías, que seguirán siendo senadores aunque se celebren nuevas elecciones generales en diciembre. Han sido elegidos durante cuatro años.

Tal vez el que resplandecía más era Valbuena porque mientras San Ginés y Navarro no habían tenido contrincantes en sus propios grupos, el exconsejero de Transición Ecológica tuvo varios competidores, el más sonado –con perdón– Santiago Pérez. El señor Pérez llegó a esgrimir para justificar su continuidad en la Cámara alta que en el grupo socialista estaban muy contentos con él. Como si existiera el grupo socialista en un Senado ya disuelto o si las simpatías que causara en Madrid pudieran presentase como una razón de peso. La dirección del PSOE cree que la deuda ya está saldada. Por lo demás no hay que preocuparse. Santiago Pérez se ha abierto un canal en Youtube y puede seguir grabando música sudamericana o asesorando gratis et amore a Yeray Gutiérrez sobre estratagemas para no entregar los decretos que firma a la oposición que los demanda. Todo por el socialismo. Todo por la libertad. Lo de María Australia Navarro es un reconocimiento prejubilatorio. Reconozco que me fastidia la marcha de Pedro San Ginés. Su forma de apoyarse en el escaño como quien está a punto de pedir un Johnny Walker blue a un camarero invisible hubiera marcado tendencia en muy poco tiempo.

El recuento lo inspeccionó la secretaria segunda de la Mesa, Patricia Hernández, desmintiendo así ese grosero bulo de que no sabe nada de números

Por cierto, un conato de novedad. El PSOE registró en la Mesa una propuesta de reforma del reglamento de la Cámara para impedir «la designación de los senadores y senadores autonómicas con procedimientos judiciales abiertos y evitar su aforamiento». Es un poco confuso, y por eso los socialistas lo precisaban un poco más: si es aceptada su reforma, no podrá votarse como senador autonómico aquel diputado contra el cual el Ministerio Fiscal ya haya dirigido una acusación formal en un procedimiento penal por un delito de naturaleza pública (sic). Si se te acusa formalmente la Fiscalía en el ámbito civil o administrativa, al parecer, no debe pasar nada. Paralelamente, en las redes sociales, el PSOE repetía una y otra vez una triada maligna: Miguel Zerolo, Fernando Clavijo, Pedro San Ginés. Quizás no sea superfluo señalar que si esta reforma reglamentaria hubiera sido aprobada hace una década no hubiera impedido que Zerolo y Clavijo fueran elegidos senadores autonómicos. El primero, en el momento de ser elegido senador por el Parlamento, no tenía una acusación formal dictada por la Fiscalía; Clavijo nunca la recibió, es decir, jamás resultó acusado por el Ministerio Fiscal de delito alguno, y menos aún fue procesado. Es realmente curioso que el portavoz Sebastián Franquis y sus compañeros estar acusado por la Fiscalía deba impedir ser designado senador, pero no viceconsejero del Gobierno de Canarias. Por ejemplo.

El expresidente Ángel Víctor Torres no asistió al pleno. Los sofás azules, en los que encaja sus triunfales glúteos el Gobierno, habían pasado a la derecha de la presidenta de la Cámara. Me lo comentó una joven periodista que no se explicaba la razón. Le hablé de los orígenes de la denominación de derecha e izquierda en la asamblea nacional francesa en los tiempos de la Revolución. Me lanzó una mirada perdida, como si se hubiera tomado un frasco de Anís del Mono, y yo confirmé por enésima vez que me he equivocado de oficio y bien merecido tengo todo lo que me pase. Fernando Clavijo no llevaba corbata, pero sí unos pantalones chinos, y parecía relajado, como en un spa sin gota de agua. Su vicepresidente, Manuel Domínguez, en cambio, parecía ligeramente nervioso, y ya a las once de la mañana le estaba creciendo la barba. El resto del Gobierno tenía breves pero insistentes conversaciones pobladas de sonrisas, menos Poli Suárez, habitualmente simpático y hasta jacarandoso en el pasado, pero al que ahora se le ha puesto una terrible cara de consejero de Educación al borde del precipicio. Con un rictus de intranquilidad y profundas ojeras asentía gravemente a todo lo que le comentaban amigos y no amigos. Suárez sabe, sin duda, lo que le espera nada más llegar septiembre, especialmente por parte del STEC, Comisiones Obreras y UGT, que van a probar su capacidad de resistencia en el potro del conflicto educativo. No van a tener piedad. Su objetivo estratégico es el desarrollo de la Ley Canaria de Educación y la mejora de salarios y condiciones laborales, para lo cual no es necesario un Pacto Canario por la Educación, que se les antoja la ocurrencia de un consejero que no conoce la situación de la educación pública. Antes que en Sanidad o en Servicios Sociales será la Consejería de Educación –es decir, la gestión de Suárez y su equipo– la primera diana para la oposición dentro y fuera del Parlamento.

En cada pleno, finalmente, se supone que deberá contarse con la nota de color de Vox. Nicasio Galván, el pequeño orador de la ultraderecha que gasta pulidos modales y sonrisa de gárgola, tomó la palabra para protestar por el aumento de las comisiones parlamentarias, un crecimiento que deriva automáticamente de las doce consejerías que tiene el Gobierno de Fernando Clavijo, frente a las diez de su predecesor. A Galván le parece un incremento escandaloso. Nadie le hizo nicasio. Será muy interesante conocer si en el futuro el señor Galván y los suyos harán público el gasto de la asignación que recibe el grupo parlamentario de Vox. Les apuesto que no lo vamos a saber.

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