Canarias alerta a Madrid del repunte de cayucos por la crisis en Senegal

Clavijo pide a la UE mantener los vuelos de repatriación con el país africano y reprocha a Albares la falta de previsión ante el esperado aumento de llegadas

Rescatan a 85 ocupantes de un cayuco, uno muerto, a 15 kilómetros de Gran Canaria

Rescatan a 85 ocupantes de un cayuco, uno muerto, a 15 kilómetros de Gran Canaria / Borja Suárez

Los disturbios violentos se han apoderado de Senegal por las polémicas en torno a la carrera presidencial de 2024. Los ya habituales altercados han frenado la actividad economía, que se basa en su mayoría en el pequeño comercio, la agricultura y la economía sumergida. El Gobierno de Canarias alertó el martes al Ministerio de Asuntos Exteriores de que la tensión política y social que atraviesa este país africano, junto a las actuales buenas condiciones del mar para la navegación, podrían provocar una nueva ola de llegadas de cayucos al Archipiélago a partir de septiembre, por lo que reclamó a Madrid medios humanos y técnicos para gestionar la posible reactivación del flujo migratorio.

La crisis estalló en Senegal el pasado 1 de junio, día que el líder opositor y presidente del partido Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (Pastef), Ousmane Sonko, fue condenado a dos años de prisión por «corrupción de la juventud» en un juicio por supuesta violación y amenazas de muerte a una joven de 19 años, cargos de los que había sido absuelto. El opositor denunció que todo había sido una confabulación del Ejecutivo del presidente del país, Macky Sall, con el objetivo de eliminar su candidatura a la Presidencia. 

La sentencia desató disturbios en la capital, Dakar, y en otras ciudades como Ziguinchor, los más graves de los últimos años en Senegal, con al menos 600 detenidos, múltiples daños materiales y 16 muertos según las autoridades, 24 según Amnistía Internacional y 30 según la oposición. De hecho, ante las protestas, las autoridades nunca se atrevieron a ejecutar la orden de ingreso en la cárcel, la policía se ha limitado a arrestar a Sonko en su domicilio.

Escenario incierto

En medio de las revueltas, y ante el rechazo masivo que despierta entre la población, Sall anunció a principios de julio que no optaría a revalidar el cargo, que ocupa desde 2012, por tercera vez en los próximos comicios. Pero el fin de la era Sall no ha calmado las aguas en el país. La condena de dos años de prisión para el líder opositor deja al postulante a presidente con más apoyo popular inhabilitado, y si a eso se suma que la coalición que ostenta actualmente el poder también se ha quedado sin candidato, el escenario político de cara a las elecciones cada vez es más incierto.

Ante esta situación, en una conversación telefónica que tuvo lugar en la tarde del martes, el presidente canario, Fernando Clavijo, apercibió al titular de Exteriores, José Manuel Albares, de que el Gobierno senegalés «no tiene la posibilidad de controlar» las salidas de embarcaciones en su territorio y apuntó que varios observadores ya han avisado de que las autoridades del país estarían, en cierto modo, haciendo la vista gorda porque los viajes clandestinos, realizados en su mayoría por jóvenes, son una vía para aligerar la tensión social en las calles de la capital, Dakar, y en las principales ciudades.

Subrayó la necesidad de que la Unión Europea (UE) mantenga abierta la negociación con el Ejecutivo de Sall para que no se oponga a aceptar vuelos de repatriación, que derivan de vuelta a su país de origen a las personas que arriban a España y que no regularizan su situación. El presidente expuso a Albares que, con los comicios senegaleses a la vuelta de la esquina, «todo apunta» a que el país se va a resistir a nuevos traslados. En los últimos meses ha sido más flexible y ha permitido el aterrizaje de dos vuelos con personas migrantes debido a las amenazas de sanción por parte de la UE.

Elevan a 123 los migrantes rescatados a bordo de un cayuco rescatado a 50 kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria

Elevan a 123 los migrantes rescatados a bordo de un cayuco rescatado a 50 kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria / Elvira Urquijo

A los desórdenes violentos en Senegal hay que añadir los de Sudán y Gambia, una realidad que España ha puesto sobre la mesa ante sus socios europeos con el fin de aprovechar la presidencia española de la UE para cerrar el reglamento común con el que gestionar grandes crisis migratorias, que está actualmente en proceso de desarrollo.

Ese reglamento fue uno de los temas centrales de la reunión informal de ministros europeos del Interior organizada en Logroño la pasada semana. En la UE «hay prisa», admite un alto ejecutivo del equipo del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no solo por estar en la recta final de la legislatura europea; también porque quedan dos presidencias, la española hasta diciembre y la belga hasta julio, antes del turno de Hungría, cuyo gobierno es un escollo para acuerdos en inmigración.

El jefe del Ejecutivo isleño reprochó a Madrid la «inexistencia» de una previsión ante la «más que esperable» llegada de cayucos por las buenas condiciones del mar que se dan en verano. Demandó «información real y veraz» sobre los trabajos de preparación de la red de acogida que impedirá que se vuelvan a repetir situaciones de colapso en el sistema, y puso de ejemplo la vivida en el muelle grancanario de Arguineguín, donde unas 2.000 personas migrantes fueron retenidas por las fuerzas de seguridad a finales de 2020. «No queremos volver a sufrir algo así, pero la realidad es que tampoco sabemos si el Gobierno de España está negociando con Senegal para aumentar las patrulleras en su costa y así dificultar, sino impedir, la salida de cayucos», remarcó Clavijo.

Hasta el 15 de julio, han arribado este año a las costas isleñas 7.590 personas de forma irregular. Durante el comienzo de la época estival, en el último mes y medio, entre el 31 de mayo y el 15 de julio, han llegado 3.184 migrantes, el 41,95% del cómputo total de 2023 hasta la fecha. Una tendencia que el Gobierno de Canarias prevé que irá al alza más allá de septiembre por la tensión en Senegal y las buenas condiciones para la navegación.