El Polisario acusa a Sánchez de ceder ante Marruecos al reactivar el traspaso del control aéreo del Sahara

El delegado de la organización saharaui en España denuncia que la medida impulsada por Moncloa ante los chantajes de Rabat, basados en el flujo migratorio, viola el Derecho Internacional

Soldados del Polisario, este enero, en el Sáhara argelino.

Soldados del Polisario, este enero, en el Sáhara argelino. / LP/DLP

El viaje sorpresa a Marruecos de finales de febrero del presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, no ha estado exento de polémica. Y es que entre las cuestiones que se negociaron durante la visita, está la reactivación del traspaso al país vecino del control sobre el espacio aéreo del Sáhara Occidental, que ahora mismo gestiona la entidad pública Enaire desde Canarias. Esta medida fue rechaza ayer por el Frente Polisario, que acusa al líder socialista de atentar contra el Derecho Internacional y ceder ante las manipulaciones y chantajes de Rabat, basados en el flujo migratorio y la cooperación contra el terrorismo. 

El espacio aéreo se divide en áreas FIR (Flight Information Region, que en español significa región de información aérea). En España existen tres: Madrid, Barcelona y Canarias, y actualmente, en esta última radican las competencias sobre esta aérea africana, concretamente, en el Centro de Control de Canarias, que se encuentra en Gran Canaria. Fue lo único que mantuvo España después de la descolonización del Sahara en 1976, y tras la entrada de Marruecos en este territorio, la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO) determinó que la gestión de la zona no ocupada debía seguir comandada desde el Archipiélago, ya que, si bien la organización independentista saharaui lo considera una república, para la ONU (Naciones Unidas) es un territorio no autónomo.

48 aniversario

«España no es la dueña del espacio aéreo, no puede conceder su control a una potencia ocupante. Nos va a encontrar enfrente en caso de que eso suceda», subrayó el delegado del Frente Polisario en el país, Abdulah Arabi, durante un acto en el Cabildo de Gran Canaria por el 48 aniversario del comienzo de la lucha del pueblo saharaui por la independencia, que también contó con la presencia del delegado de la organización en las Islas, Ali Salem Sidi Zain.

La vigilancia del cielo de la excolonia corresponde al Centro de Control de Canarias

Esta cesión salió a la luz en marzo de 2023, cuando el Gobierno central reconoció que estaba en conversaciones con el país vecino sobre el control de dicho espacio aéreo, clave para que Rabat reabra las aduanas de Ceuta y Melilla, que llevan cerradas desde el lado marroquí desde 2018. En junio Madrid frenó la negociación del traspaso, pero ahora la ha vuelto a poner en marcha durante la audiencia de Sánchez con el rey Mohamed VI la semana pasada, en la que sellaron la mejor relación bilateral en décadas.

El delegado destacó que este giro del presidente del Gobierno, que se inició en 2022, y Occidente en las relaciones diplomáticas con Marruecos se basa en intereses económicos a costa de vulnerar el derecho del Sáhara a la autodeterminación. Es más, hasta que Moncloa no recapacite, eche el freno de mano y vuelva a la senda de la «legalidad internacional», la organización insiste en que no reanudará los contactos políticos. Pero, ¿en qué ha consistido ese cambio de posición?

España se ha «desmarcado» de lo pactado en la ONU sobre el derecho del Sáhara a decidir sobre su futuro a través de un referéndum, algo que había defendido hasta la llegada del secretario general del PSOE al poder, aseguró ayer el portavoz del Frente Polisario, además de mostrarse favorable a las «pretensiones expansionistas» de su vecino y a la solución de supuesta autonomía que ofrece a la antigua colonia española.

Esta opción de gobierno supone delegar en el territorio una serie de competencias administrativas y judiciales propias, así como facultades en el ámbito económico, tributario, de infraestructuras, cultural y social, eso sí, a cambio de que este acepte la integración en el reino de Mohamed VI.

Ante este panorama, Abdulah Arabi señaló que el Archipiélago se ha convertido en una plataforma de solidaridad «inmensa», que sigue al pie del cañón apoyando a la causa saharaui pese a los planes de Madrid.

Tensión en Guerguerat

La antigua colonia española se encuentra inmersa en un conflicto armado desde noviembre de 2020, cuando Marruecos violó los acuerdos de alto al fuego firmados en los años 90, al que Abdulah Arabi tildó de «experiencia amarga». En Guerguerat, zona fronteriza con Mauritania y epicentro actual de la tensión, Rabat inició unas obras para alargar cuatro kilómetros el muro que separa el área ocupada de la no ocupada, según el representante del Polisario, un movimiento que trajo de vuelta la «inestabilidad total».

La tensión radica en la zona fronteriza con Mauritania, allí se reactivó la lucha armada en 2020

«Exigimos que las Naciones Unidas y la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) actúen para revertir la situación que ha generado Marruecos y reconducirla hacia la resolución del conflicto. Nosotros preferimos la solución pacífica, pero si no hay otra opción, seguiremos en guerra para expulsar a la potencia invasora», apuntó el delegado.

Tras estas casi cinco décadas de lucha, y todavía lejos de conseguir el ansiado derecho a decidir por la «intransigencia» de Rabat, recalcó que el pueblo saharaui no está cansado, y que las generaciones venideras seguirán presionando para reclamar su libertad e independencia. A su vez, advirtió de que la «compleja situación internacional» actual está provocando que se ponga «en riesgo y peligro el Derecho Internacional».

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