Sistema de financiación autonómico | La propuesta catalana

La Generalitat usa el régimen fiscal de Canarias para justificar el ‘cupo’ catalán

El Govern esgrime el «caso particular» de las Islas y su mayor «poder tributario» entre los argumentos para reclamar la «soberanía fiscal» de Cataluña

Apretón de manos de Pedro Sánchez y Pere Aragonés, presidente en funciones de la Generalitat, al comienzo de la última Cumbre Hispanofrancesa.

Apretón de manos de Pedro Sánchez y Pere Aragonés, presidente en funciones de la Generalitat, al comienzo de la última Cumbre Hispanofrancesa. / Efe

El singular Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias es uno de los principales argumentos con que la Generalitat intenta justificar el encaje jurídico de su plan para establecer un cupo a la vasca para Cataluña. La propuesta para la reforma del Sistema de Financiación Autonómico (SFA) elaborada por la Consejería de Economía del Govern –en realidad es parte de la hoja de ruta con que la Generalitat pretende alcanzar la «soberanía fiscal»alude en varias ocasiones a las peculiaridades del Archipiélago como ejemplo de «tratamiento singular», lo que de facto apoyaría su tesis para un trato a Cataluña también particular. Las Islas y los dos territorios forales –Navarra y País Vasco– son así parte fundamental del argumentario con que el Govern y los independentistas –la Generalitat está en manos de Esquerra Republicana (ERC), que es la verdadera autora de esta Propuesta de financiación justa para Cataluña– quieren convencer de la pertinencia y la justicia de sus aspiraciones. Su premisa es que si hay regímenes especiales en Navarra, Euskadi y Canarias, puede y debe haberlo también en Cataluña. Eso sí, en las 90 páginas del documento no hay ni rastro del fondo de la cuestión, es decir, de por qué las Islas cuentan con un REF que no solo está recogido en la Constitución Española (CE), sino que se aplica al amparo de la Unión Europea. Ni rastro, en definitiva, de los condicionantes de la lejanía, la insularidad, la fragmentación del territorio o el pequeño tamaño del mercado interior que tanto limitan el desarrollo del Archipiélago. Condicionantes que, claro, en modo alguno sufre Cataluña.

Los técnicos de la Consejería de Economía del Govern mencionan la existencia de «tratamientos singulares importantes»: el «modelo foral» –Navarra y País Vasco– y «dentro» de las comunidades de régimen ordinario, «el caso de Canarias, que cuenta con un poder tributario más amplio que el resto de territorios de régimen común». En consecuencia, la Generalitat mezcla el REF, que obedece a las características y condiciones propias y únicas del Archipiélago y que tiene, cabe insistir, el total apoyo de Bruselas, con el SFA. Es justo esto, desligar el REF de los fondos ordinarios del sistema de financiación, lo que tanto le costó a Canarias conseguir y lo que, visto el desconocimiento generalizado, habrá que volver a explicar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) de cara a la próxima reforma del SFA. Sea como sea, la propuesta del Govern insiste en esgrimir las peculiaridades isleñas como pretendido sostén de su petición de un cupo catalán que daría al traste con el principio de solidaridad interautonómica.

La Generalitat recuerda que en Canarias no hay IVA sino IGIC y también impuestos especiales sobre hidrocarburos y tabaco. Y recuerda también que la recaudación por los tributos del REF se queda en las Islas. Así que el Govern arrima el ascua a su sardina al hacer hincapié en esto último, en que «tanto los ingresos del IGIC como de los especiales no entran a formar parte de la cesta de impuestos del modelo de financiación, que se somete a un reparto vía los distintos fondos del sistema». Es decir, que se pretende equiparar el hecho de que los dineros del Bloque de Financiación Canario se queden en el Archipiélago –por la insularidad, la fragmentación, la lejanía...– a la pretensión de que Cataluña tenga una fiscalidad a la carta en virtud de la cual esta región retendría lo que allí se recaude para usarlo a discreción. Se acabaría eso de que fondos públicos obtenidos en la rica Cataluña acaben sufragando colegios, carreteras o infraestructuras en comunidades pobres, léase Extremadura, Andalucía o, sin ir más lejos, Canarias.

Además, la propuesta despacha en unos pocos párrafos la cuestión no precisamente baladí de que los regímenes navarro, vasco y canario están en la CE. Sencillamente, el Govern entiende que no se precisa una reforma constitucional «para poder aplicar en Cataluña un modelo de financiación singular».

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