Canarias será la región menos atada al dinero de los bancos durante la próxima década

El ‘think tank’ Fedea ve al Archipiélago como la comunidad mejor preparada para cumplir el objetivo de deuda impuesto por Bruselas en cualquier escenario fiscal

Fachada del Banco de España, en Madrid.

Fachada del Banco de España, en Madrid. / Efe

Canarias cerró 2023 con una deuda pública de 6.518 millones de euros, según los datos del Banco de España (BdE). Una cuantía que a simple vista puede parecer astronómica pero que, sin embargo, le da a la Comunidad Autónoma un enorme margen de maniobra que para sí quisieran regiones ultraendeudadas como la valenciana, la castellanomanchega o la murciana. De hecho, las Islas y Madrid son los dos únicos territorios de régimen común –todos menos las forales Navarra y País Vasco– que cumplen el objetivo de deuda impuesto por Bruselas, en virtud del cual el débito público de las autonomías no debería sobrepasar el equivalente al 13% del Producto Interior Bruto (PIB) de cada una de ellas. En Madrid equivale al 12,6% de su PIB y en el Archipiélago, al 12,2. Es más, Canarias es la única comunidad –ni Madrid puede presumir de ello– en condiciones de seguir reduciendo su nivel de endeudamiento durante todos los años de la próxima década incluso sin necesidad de ajustes ni planes de control. Es, en definitiva, la menos encorsetada y dependiente del dinero de los bancos.

Así se desprende del estudio La deuda pública de las regiones españolas, que firman los investigadores Carmen Marín y Diego Martínez, de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Lo primero que debe tenerse en cuenta es que el endeudamiento, es decir, que un Estado o un territorio cualquiera recurra a los mercados financieros para obtener fondos con los que cubrir una eventualidad o el coste de una infraestructura o instalación públicas, no es algo negativo per se. Los problemas vienen cuando se acumulan operaciones de deuda sin control que comprometen los presupuestos futuros de ese país o región. No en vano, esos fondos que se obtienen en los mercados hay que devolverlos, y hay que devolverlos, como cualquier préstamo, con intereses. Cuanto mayor sea la deuda, más dinero e intereses habrá que consignar, en detrimento de la sanidad, la educación o la justicia, en los presupuestos.

Las Islas se ajustaron el cinturón para bajar su débito mientras otras autonomías gastaron a espuertas

El caso es que a las comunidades autónomas, a todas, no les quedó más remedio que endeudarse de forma masiva durante los años de la Gran Recesión (2008-2014), cuando los ingresos públicos se desplomaron y el gasto se disparó por una sociedad cada vez más desempleada y depauperada. Había que buscar dinero hasta debajo de las piedras para atender a los ciudadanos. Sin embargo, en los años posteriores a la Gran Recesión ocurrió que mientras que regiones como Navarra o Canarias empezaron a controlar sus niveles de deuda, otras como Cataluña o la Comunidad Valenciana, por ejemplo, continuaron endeudándose a espuertas. Por eso el debe del Archipiélago equivale hoy al 12,2% de su PIB y los de Cataluña y Valencia alcanzan ya, respectivamente, el 31 y el 42,2%. Más que duplican y triplican el tope del 13%.

Los investigadores de Fedea hacen una prospectiva de cómo evolucionará el débito público de cada autonomía en cuatro escenarios distintos. En el primer escenario, el más «conservador», esto es, sin ajustes ni medidas particulares para reducir la deuda, el debe del conjunto de las 17 regiones españolas, que hoy equivale al 22,2% del PIB nacional, habrá crecido más de dos puntos en 2034, hasta superar el 24%. En Canarias, en cambio, el actual 12,2% habrá caído en 6,1 puntos, hasta situarse en una cuantía equivalente al 6,1% del PIB isleño, lo que sería el nivel de endeudamiento más bajo de entre las 15 comunidades de régimen común. Esto, cabe insistir, tomando como base el saldo público estructural de 2023 para el resto de la década.

En el segundo escenario, el «reactivo», en el que cada año se produciría una disminución del déficit estructural equivalente al 0,25% del PIB, es decir, en el que se tomarían medidas para corregir los desequilibrios fiscales generalizados –no es el caso de Canarias–, la deuda pública del Archipiélago habrá caído en 2034 al 4,5% del PIB regional, hasta 7,7 puntos menos que al cierre de 2023 y el nivel más bajo de todo el país, incluidas las forales Navarra y País Vasco. De hecho, ese 4,5% implicaría volver a los bajísimos porcentajes de endeudamiento anteriores al estallido de la Gran Recesión en 2007.

El debe público canario se reduce de aquí a 2034 en cualquier escenario planteado por Fedea

Los escenarios C y D son más técnicos, pero en esencia se caracterizan por que los cálculos prospectivos de la deuda de cada territorio se hacen a partir del saldo estructural medio de las 17 comunidades autónomas –caso del escenario C– y a partir del saldo estructural promedio de cada región entre 2014 y 2023 –escenario D–. El saldo estructural es el déficit o superávit achacable en exclusiva a las decisiones discrecionales de ingresos y gastos del gobierno de turno. De modo que para calcular el saldo estructural de Canarias en el ejercicio de 2020, por ejemplo, no se tendrían en cuenta los ingresos y gastos extraordinarios a los que dio lugar la crisis de la covid, ya que estos obedecieron a una circunstancia sobrevenida ajena a la política fiscal y presupuestaria. Pues bien, las Islas se ven perjudicadas en el escenario C por el hecho de que el saldo estructural medio de las 17 comunidades es peor que el suyo, pero aun así, la deuda habrá bajado en 2034 al 9%, 3,2 puntos por debajo del 12,2 registrado al término de 2023. En el escenario D, el que considera la evolución del saldo propio del Archipiélago, el débito se situaría en 2034 en un -2,9%, es decir, que Canarias no debería ni un euro.

La menor dependencia de la financiación externa que hoy disfrutan las Islas no es, recuerdan los investigadores, fruto del azar, sino de los esfuerzos y el control que se hicieron cuando en otros territorios se gastaba a manos llenas y se recurría para ello al endeudamiento masivo. «La principal diferencia entre regiones se explica por el diferente punto de partida. Las regiones con menores niveles de deuda –Canarias, Navarra, Madrid y País Vasco– pueden mantener el objetivo del 13% incluso con déficits primarios en el escenario base y también en los otros dos, e incluso en un período corto de tiempo –cinco años–. Esto ocurre porque estas regiones ya cerraron 2023 con la deuda por debajo del objetivo».

Suscríbete para seguir leyendo