Por segunda jornada consecutiva esta semana, ayer volvió a ser noche de murgas. En esta ocasión, fueron Los Melindrosos los encargados de abrir la velada en el sambódromo de Santa Catalina donde también salieron Las Traviesas, Los Moskeados y Los Chacho Tú. Les siguieron poco después Los Legañosos, Declaradas y Los Trapasones que, al cierre de esta edición todavía faltaban por pisar el escenario de estilo carioca que preside el corazón de las carnestolendas que una vez más estuvo abarrotado hasta el final, a pesar de la leve lluvia que cayó por momentos.

Globos y pancartas ondeaban en primera fila, tras la valla que separa el proscenio del público, antes de que la primera murga hiciera su entrada en el epicentro del Carnaval de Una noche en Río. Los de Copherfam salieron convertidos en el gran Freddie Mercury, chaqueta amarilla incluida, que bajó del cielo para ayudar a la concejala del Carnaval, Inmaculada Medina, a mejorar la fiesta. En su primer tema, consolidaron el "amor" entre los Nietos de Sary Mánchez y Mamelucos ante la presencia de un Michael Jackson que también fue testigo de la boda que hicieron en directo.

Para relajarse en la segunda parte de su repertorio, Los Melindrosos se fueron de pesca para reivindicar la canariedad. "Ya está bien de querer matar nuestra cultura", cantaron como crítica a la alegoría brasileña de este año. Aún así los murgueros emularon un viaje a Río de Janeiro en el que apareció, entre estrofa y estrofa, Pablo Iglesias transformado en el Cristo Redentor. En esta canción, también aprovecharon para denunciar la "muerte de los mogollones" y de la fiesta en la calle.

Desde el Polígono Cruz de Piedra aterrizaron Las Traviesas como guardianas del tiempo que iniciaron su puesta en escena con un homenaje a las víctimas por violencia de género del 2018. Las murgueras también se sumaron a la iniciativa de colaborar con la asociación Pequeño Valiente tal y como promovieron varias agrupaciones la jornada anterior. Para su primer tema, jugaron con las agujas del reloj para viajar por el pasado donde retornarían a Vox y de donde también quisieron rescatar a Juana Ramos, Yéremi Vargas o Sara Morales.

Para su segunda canción, Las Traviesas se metieron en la piel de la responsable municipal del Carnaval, Inma Medina, que desde abajo del escenario siguió la parodia sobre sus cuatro años de gestión. Las múltiples concejalas hicieron su campaña electoral en pleno escenario donde también conocieron a 'la Guaci', la novia de su hijo Daniel Calero, quien además es el maestro de ceremonias del concurso.

Ataviados como coloridos baifos entraron en tercer lugar Los Moskeados que se arrancaron en su primer tema con una retahíla de protestas en la que no faltaron menciones a los desahucios o el paro. No obstante, la infancia copó las estrofas que criticaron con dureza la muerte de niños en los mares y los abusos sexuales de miembros de la Iglesia. Asimismo, también denunciaron el bullying que sufren algunos menores en las aulas.

Para abordar la siguiente composición, los de Cruz de Piedra pasaron a ser los jugadores del Moskeados Fútbol Club que tardaron algo en empezar el partido porque el árbitro estaba "en el bar". Los murgueros, además de calentar para evitar lesiones, utilizaron esta letra para apelar a la erradicación de la violencia.

El ecuador de la noche lo marcaron Los Chacho Tú que salieron a dar la nota, de pies a cabeza, con una original y musical fantasía repleta de instrumentos obra de El Gasolina. Los isleteros se convirtieron en encuestadores para conocer la opinión del público a pie de calle sobre temas como la MetroGuagua, el sueldo de los diputados, el macromuelle de Agaete, el dinero que se destina al gasto social, o la crisis de la inmigración, entre otras cosas.

Dionisio el fisio llegó también al Carnaval para ponerlo todo patas arriba en la segunda canción de Los Chacho Tú y atender todas las dolencias, eso sí, antes de ir a su consulta puso una condición: "una ducha te das". Este profesional, que lo mismo da rehabilitación que firma una baja, atendió al mismísimo Junior Alonso y a una de las kellys de la Isla, colectivo cuyos derechos los murgueros quisieron reivindicar antes de entonar su famoso: "¿Cuál es la murga de moda?".

Los Legañosos entraron dispuestos a conquistar de nuevo a Santa Catalina. El desembarco en la tierra prometida no fue el esperado ya que eran muchos los "saqueadores" que llegaron antes que "estos conquistadores", entre ellos, "Antonio Morales" o "Fernando Clavijo". Para esta aventura, los murgueros se fueron bien preparados con instrumentos indispensables como una armadura o un catalejo "para poder mirar la costa más segura en la que desembarcar", si bien a pesar de que todas las playas son buenas en Gran Canaria, "las personas que van en silla de ruedas no se pueden bañar", denunciaron. Provistos también de un mapa de Canarias pudieron comprobar que "es el turista el que gana la conquista" con el alquiler vacacional ante el que mostraron su rechazo con una pancarta. Durante el periplo los de Carrizal también se dieron cuenta de su difícil labor ya que existen en esta tierra muchos otros como Pepe Dámaso, Viera y Clavijo, Manolo Vieira o Tomás Morales, entre muchos otros, que conquistaron ya.

Y de exploradores a herramientas que llegaron al parque gracias a Pinito la del Norte que promovió una obra para cubrir el recinto. Alicates, alambre, martillos o tuercas, se desplegaron por el escenario en el que el jefe de obras, que no es otro que el director, David Zurita, controla el uso de ciertos utensilios peligrosos como las sierras que se encarga de segar el acceso a la vivienda o a los estudios y, por ende, "cierran la puerta al joven canario". También mostró su uso el "taladro chicharrero" o el metro que sirve para medir la inteligencia y que casi no sobrevive a "Kiko Rivera". Pero... ¿Y el tornillo pa' cuándo?".

Las componentes de Declaradas salieron al escenario enfundadas en un llamativo y elegante disfraz que no obstante quedó en un segundo plano cuando arrancaron con su presentación ya que las murgueras y su director, Rafael García, decidieron hacerla también en lengua de signos como señal de integración a la comunidad sorda y el homenaje a los intérpretes que cada año hacen posible que el Carnaval tenga menos barreras. Más obstáculos en forma de dudas encontraron en su primer tema en el que no tenían claro si optar por una letra divertida o que diera caña. Al final optaron por lo segundo, empezando por los banqueros "que estafan a los abuelos" o de la justicia que está "a favor de los más poderosos". Tampoco se libró Inma Medina a quien le echaron en cara que "el Carnaval es mucho más que las plataformas que se ponen los drags".

Para su segundo tema, las de Santa Lucía decidieron irse al cine si bien la cartelera no les terminaba de convencer. Entre las propuestas, las murgueras encontraron El imperio contraataca, una película que no les daba "buen rollo" al recordarles a "la Francisca que limpia la escalera" con "la fregona en la mano como una espada láser". Tampoco lo que El viento se llevó les motivaba en exceso ya que "en Vecindario" no usan secador, "sal para la calle y será tu pelo lo que el viento se llevó", aseveraron antes de animar a colaborar con Pequeño Valiente.

Los Trapasones fueron los encargados de cerrar la segunda fase del concurso de murgas y, a pesar de la hora, los presentes vibraron con su pasacalle convertido ya también en himno carnavalero al igual que su despedida. Los últimos murgueros en pisar el escenario salieron como leñadores que no se olvidaron de sumarse a la lucha contra el cáncer infantil antes de comenzar con la actuación que empezó con un repaso por temas que quisieron rescatar del olvido. Entre ellos el caso de La Manada, las desapariciones sin resolver de Yéremi Vargas y Sara Morales, que Miguel Ángel Ramírez no pague a sus trabajadores o que la Justicia falle en contra de víctimas de abusos sexuales.

Los de Cruz de Piedra se convirtieron en padres de una adolescente para narrar, de una forma muy divertida, el momento en el que la hija les presenta en su cumpleaños al novio que para colmo "tiene una california de esas que se sube el techo". Una experiencia que cuesta digerir a los murgueros que casi le cogen cariño al chiquillo hasta que dijo que como aficionado "era chicharrero y lagartero".