La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Baloncesto Real Madrid-Barcelona Lassa (final, contracrónica y análisis)

Svetislav: el auténtico MVP

El entrenador serbio, en solo nueve días desde su regreso al club catalán para sustituir a Sito Alonso, consiguió cambiarle la cara al Barça y darle el título de la Copa del Rey 2018

Svetislav Pesic, técnico del Barcelona Lassa, levanta el título mientras mira al fondo de los hinchas azulgranas. QUIQUE CURBELO

Con la llegada del tercer cuarto, una de las voluntarias de la Copa del Rey de Gran Canaria desfilaba por las escaleras del Arena de Siete Palmas con un taco de papeles. En ellos estaban impresos las instrucciones para designar al MVP del torneo copero. Cada periodista acreditado debía introducir el código de su credencial para el evento en un dominio web de la ACB. Al hacerlo se desplegaba una pantalla para elegir al hombre de la competición. El listado desplegaba a todos los nombres de los jugadores del Real Madrid y FC Barcelona, los dos equipos de la final. Por norma, ganaría aquel que recibiera más votos del equipo que finalmente lograra ser campeón.

El trofeo lo ganó Thomas Heurtel, director del Barça en la pista durante todo el campeonato. Pero esta será recordada como la Copa del Rey de Svetislav Pesic, el auténtico MVP [aunque sus siglas signifiquen Most Valuable Player, Jugador Más Valioso en castellano]. El entrenador serbio, nacionalizado alemán -ganó el Eurobasket de 1993 con la selección germana y entrenó a Alba Berlín y Bayern Múnich-, dio la vuelta a un equipo desahuciado, triste, que vagaba por todas las pistas de España y Europa sin alma, sin orgullo y sin valor.

No le faltó nada de esos ingredientes a su equipo. Mezcló todo eso hasta tal punto que consiguió tumbar al Real Madrid, dictador de las últimas ediciones de la Copa del Rey, con cuatro entorchados consecutivos, hilados con mano de hierro y una autoridad total, sin casi oposición. Ayer fue su Barça el que consiguió dominar al Real Madrid, domarlo con un látigo férreo, exprimiendo sus debilidades y con conceptos claros.

Para empezar en su rotación. Acumuló minutos en su gente de confianza. Aleksandar Vezenkov, Phill Pressey ni olieron la Copa del Rey sobre el parqué y Petteri Koponen y Juan Carlos Navarro pasaron más tiempo en la banda que en pista. Montó su pequeño sanedrín en torno a la figura de Thomas Heurtel. Sobre él orbitaron Pau Ribas, Víctor Claver -al que tuvo en su etapa en Valencia-, Rakim Sanders, Ante Tomic y Pierre Oriola. Un grupo compacto, firme, sobre el que cimentar un colectivo generoso.

También en la intensidad del Barça, demostrada desde el primer día del torneo. Por ejemplo, al Baskonia le sacó 15 rebotes en el partido de cuartos de final, al Granca lo condenó a base de pérdidas hasta acumular 17, y al Real Madrid le sacó 16 rebotes más en toda una final. La gestión del partido y de sus puntos, sus ataques largos y bien hilvanados, su poderío en el bloqueo directo y la fiereza para defender las líneas de pase marcaron su libreta.

El pasado 9 de febrero, tras la destitución de Sito Alonso, Svetislav, con sus 68 años, se plantó en Barcelona para intentar cambiar el rumbo del equipo azulgrana. Nueve días después alzó en Gran Canaria la Copa del Rey 2018. Hacía algo más de trece años que Pesic había abandonado el Barça, club al que dio su primera Euroliga de toda su historia, por diferencias con Valero Rivera, director general de las secciones del club en aquel momento. Volvió para hacer las cosas a su manera y devolverle de nuevo al escudo del Barça el lustre que dicta su historia, pero también el talento de su plantilla. Porque visto lo visto, lo tiene. Una cuestión que no deja lugar a muchas dudas, como que esta Copa del Rey será la Copa de Svetislav Pesic.

Compartir el artículo

stats