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El Granca se pierde en Europa

El Herbalife cae ante Andorra y suma su tercera derrota en el ‘Top 16’ en un día atroz en el triple

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Herbalife - Morabanc (Eurocup) EFE

¿Acaso podía salir algo mal cuando dependía un partido de un triple y solo habías anotado tres de 29 lanzamientos hasta el momento? Evidentemente, sí. Y eso que el balón lo tuvo en las manos en dos ataques distintos la pieza más fiable que tenía el Granca hasta el momento en ataque: AJ Slaughter. Pero ni eso le valió para poder forzar la prórroga y agarrarse a seguir con vida en la Eurocup. Porque el Granca cayó ante el MoraBanc Andorra (63-66) y presentó su dimisión en el Top 16 de la competición europea. Y es que aunque le queden tres partidos por delante, las cuentas rozan lo imposible para un Granca que ha vuelto a las andadas.

El equipo de Porfi Fisac acumula seis derrotas en los últimos siete partidos y algo peor: recuerda al equipo sin alma del primer tramo de la temporada. A eso le sumó ayer otro muro con el triple. Lanzó 31 y solo metió tres. Un pésimo 9.7% de acierto. Un auténtico dolor para los ojos. Ni recuperar a Matt Costello le alivió al Granca, un equipo que no transmite nada más allá de cierta lástima.

De entrada, se llevó un 0-7. Más frío era difícil entrar a un partido. Casi tuvieron que pasar tres minutos hasta que el Granca vio por primera vez un puñado de puntos en el aro del Andorra: tres gracias a un 2+1 de AJ Slaughter, el aire en ataque del Herbalife (3-7, min.3).

En esas, el Gran Canaria sonrió. Lo hizo al ver a Matt Costello de nuevo en el parqué, fuera de circulación desde hace un mes y medio. Una alegría para un equipo que se ha acostumbrado de nuevo a andar entre penas. Todo en un partido lento hasta el momento, de poco acierto, de pocas florituras. Un escenario donde el Andorra seguía por delante ante un Granca lastrado por los errores propios (7-11, min. 5).

El regreso de Costello

Carburó algo el Granca, Costello sumó sus primeros puntos y Sean Kilpatrick puso por primera vez al Herbalife por delante en el marcador (15-14, min. 8). Una tendencia que continuó hasta el final de cuarto, con una buena aparición del pívot de Michigan. Sergi García comprimió el asunto con un triple sobre la bocina que contó con la complicidad de la defensa del Granca. Un clásico (18-17).

No cambió mucho la historia en el segundo cuarto. El partido era un dolor, una migraña. Ritmo escaso, puntaje triste y porcentajes pobres. Las mismas caras de desesperación de casi toda la temporada empezaban a salir. Y eso que el Granca seguía por delante (22-20, min. 13). Clevin Hannah se encargó de darle la vuelta al marcador (22-23, min. 14) y el partido entró en una fase de alternativas en el luminoso del Arena. Aquello era un correcalles mal hecho. Había más negro que color. El cuadro pirenaico intentaba volar y el Granca se perdía en los arreones de espíritu que le iban entrando, en un juego cada vez más individual. Y ahí Dimsa tomó el mando para colocar cuatro puntos seguidos y revolcar el marcador (29-28, min. 17).

Por momentos parecía que el tema iba de ver quién de los dos lo hacía peor. Un momento de lucidez, por pequeño que fuera, podía disparar a Gran Canaria o a Andorra. En la esquina, con menos de medio minuto por jugar, Javier Beirán clavó el primer triple del día para el Herbalife. Antes de ese tiro de tras, el Granca había intentado 14. Ninguno entró. Un auténtico drama (32-31, min. 20). Como la defensa que acompañó al siguiente ataque del Andorra o la última jugada claretiana (32-33).

Visto lo visto era fácil de mejorar la segunda mitad. Con poco, además. Pero el Granca sumó su decimosegunda pérdida en poco más de 20 minutos y demostró que, de entrada, salió igual o peor que al inicio. David Jelinek clavó cuatro puntos del tirón y AJ Slaughter se vio obligado a responder en el marcador (35-37, min. 22).

Un electrónico que se paró. Y no porque Granca y Andorra se empeñaran en no anotar sino por problemas técnicos en la mesa. Minutos musicales en Siete Palmas y vuelta al ruedo sin demasiados cambios. Al Herbalife ni siquiera le valía seguir al mando del rebote para anotar, para encontrar cierta fluidez. Con un poco de Slaughter, los claretianos empataron el partido (39-39, min. 25).

Paulí y Gielo –con dos triples seguidos– se inspiraron desde el 6,75. El Granca se aferró a Costello para seguir en la pelea y ahí estaba (45-48, min. 28), pero Gielo estaba desatado. Asestó otra puñalada en el perímetro y elevó al Andorra a seis de ventaja (45-51, min. 28).

Más aún cuando Gielo parecía imparable. Clavó su cuarto triple en cuatro ataques. Como si Reggie Miller le hubiera poseído. Y con el día que llevaba en ese aspecto el Herbalife, peor asunto aún. Intentó responder de la misma manera y lo que se llevó fue un 2/22 en triples. Costello, Kilpatrick, Okoye… Nadie era capaz de anotar. Diez minutos y la cosa estaba 47-54, siete arriba para el Andorra.

El MoraBanc salió al último cuarto con la intención de finiquitar el partido y se puso a ello. Tocó la barrera de los diez de ventaja (47-57, min. 32) y el Granca siguió con su pesadumbre. Cuando menos parecía que podía pasar, el Herabalife reaccionó, acortó la renta y se puso a cinco puntos. Volvía a estar ahí (53-58, min. 34).

Sin manos

Un conato de remontada que se encargó de apaciguar Hannah y el propio Granca, que siguió igual de fallón en el triple, con tiros abiertos, claros, casi hasta sencillos para lo que se le presupone a un jugador profesional. Con todo eso, el Granca estaba ahí. En un parcial de 12-3, labrado poco a poco, los de Fisac estaban a un mordisco del Andorra. Más aún con una técnica a Ibon Navarro que dejó al Herbalife a un punto del MoraBanc (60-61, min. 38).

Albicy, en ese ataque, sumó otra pérdida más. Lo previsible. Al lado contrario, Hannah volvió a darle vida al Andorra con cinco puntos que volvían a disparar a los suyos (60-66, min. 28). Slaughter apretó el partido con un triple, pero erró las dos oportunidades que tuvo para mandar el partido a la prórroga y pasó lo que se esperaba.

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