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CB Gran Canaria

La sentencia de Katsikaris, un «varapalo» para el club

Castellano, consejero de Deportes, desconoce si se va a recurrir el fallo que condena al Granca a pagar 328.200 euros al entrenador

Francisco Castellano -a la izquierda en la primer fila-, junto a Enrique Moreno viendo el Gran Canaria-Barça en el Arena. | | ANDRÉS CRUZ

Casi una semana después de conocerse que la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) estimaba como despido improcedente la resolución unilateral del contrato que unía por una temporada más al CB Gran Canaria con el técnico griego Fotis Katsikaris, se conocían ayer las primeras reacciones de la cúpula dirigente del Granca sobre este nuevo torpedo a la línea de flotación de la maltrecha economía de la entidad claretiana.

Francisco Castellano, consejero de Deportes del Cabildo -institución propietaria del club- y a su vez vicepresidente del Consejo de Administración del Granca, calificaba como un «varapalo» la decisión del TSJC favorable a los intereses del entrenador griego. Además, apuntaba que todavía no se ha decidido si se recurre el fallo por el que se le debe abonar al heleno, actualmente dirigiendo al Unicaja Málaga, 328.200 euros.

«Soy muy respetuoso con los dictámenes judiciales. Evidentemente se está valorando por parte de los servicios jurídicos hacer un recurso o no, una posibilidad que tenemos; estaremos a lo que los servicios jurídicos nos recomienden», explicaba Francisco Castellano a la pregunta de un periodista de la Televisión Canaria durante un acto oficial al que acudía ayer el consejero.

El vicepresidente del Gran Canaria, a continuación, defendía la decisión de rescindir el año más de contrato que tenía Fotis Katsikaris con la entidad claretiana: «Desde el minuto uno yo defendí que se había obrado bien por parte del club. Creo que el contrato así lo recogía. Contemplaba la posibilidad de no renovar un año más, en tanto en cuanto no se había dado una de las cláusulas que estaban en el contrato, o sea, el club, el Cabildo, no se inventó ningún motivo para la no continuidad de dicho entrenador, si no que se interpretó el propio contrato. Es una cuestión de interpretaciones. Un juzgado nos dio la razón -el Juzgado de lo Social Número 7 de Las Palmas de Gran Canaria-, otro juzgado la razón al demandante, al propio entrenador, y estaremos a la expectativa de las recomendaciones jurídicas. Pero en cualquier caso es un varapalo si al final tenemos que hacer frente al pago; evidentemente es un varapalo».

Hasta el 25 de junio de 2020, el club tenía la opción de resolver el segundo curso de contrato del entrenador el de la 20-21-, siempre que el equipo no quedara entre los ocho primeros clasificados de la Liga Endesa. La pandemia cambió el escenario, y la competición modificó el formato por una fase final de 12 equipos -la decisión se le comunicó a Fotis en la madrugada del día que el se jugaba el pase a las semifinales por el título-.

La defensa del griego argumentó que con las circunstancias extraordinarias -la pandemia y el nuevo formato liguero-, impensables en el momento de la redacción del contrato, esa cláusula era de imposible cumplimiento. Además, el club intentó que la exigencia pasara de acabar entre los ocho primeros a los cuatro primeros, o sea entrar en semis de la fase final.

Otro revés a las arcas


Si finalmente el Gran Canaria debe apechugar con el fallo judicial que le condena a pagar más trescientos mil euros a Fotis Katsikaris por su despedido improcedente, las arcas de la entidad claretiana se quedarían temblando después de varios ejercicios económicos negativos, y con una situación actual nada halagüeña en medio de un periodo marcado por la crisis propiciada por la pandemia. Cabe recordar que el Cabildo tuvo que hacerse cargo del déficit que dejó la entidad en el ejercicio anterior, una cantidad nada despreciable: 1.753.000 euros. A eso hay que unir que esta campaña no hay un patrocinador principal tras la marcha de la firma Herbalife, que aportaba a las arcas más de 600.000 euros anuales. | M.O.

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