“La muestra de que somos un equipo es que le hemos dado el último tiro a un jugador que no había anotado en todo el partido”. Con estas palabras definió Rasheed Sulaimon el sentimiento que refleja el Bourg-en-Bresse para poder competir ante los equipos a la postre superior que ellos, tal y como se esperaba que demostrase el Granca en su visita al penúltimo equipo del Grupo B y que salió con una cura de humildad al caer ante los galos por 78-76 y sellar una semana negra en Europa.
Cura de humildad porque el choque se resolvió en dos esferas totalmente contrapuestas. Si el Bourg anotó la canasta ganadora a través de Calvin Harris, la única suya en todo el encuentro, el Granca desaprovechó la oportunidad de mantener su liderato continental porque la última bola se la jugó ¿quién si no? Dylan Ennis, que erró un triple liberado que hubiera supuesto la décima victoria claretiana. Equipo contra individualidades.
Cualquiera que mire la estadística de Ennis podrá ver que anotó 18 puntos, unos números que valdrían para elevarlo a la estrella de cualquier equipo. Otra cuestión es cuando se acude a la estadística cada semana y se ven la cantidad de lanzamientos que hace por encuentro. En Francia fueron 11 triples intentados, de los que anotó cuatro (36%); Seis tiros de dos, en los que transformó dos (33%); y tan solo dos tiros libres metidos de siete intentos, de los cuales de sus últimos cuatro solo sumó uno.
El día de su presentación como jugador amarillo dijo que era un jugador al que le gustaba asumir los tiros finales. Un clutch player como se dice en el argot baloncestístico. De momento, en lo que va de temporada, cada vez que se le ha entregado la bola para ganar en los finales apretados, no ha respondido. Le queda por mejorar.
García al mando
Se plantó en la sala de deportes Ekinox el Granca con las ausencias de Porfirio Fisac y Sergi García “por indisposición de ambos”, tal y como comunicó el club amarillo. Todo hace presagiar que han podido contraer el virus, pero hasta que no haya pruebas definitivas no se podrá confirmar que los dos efectivos del equipo están afectados por el covid-19.
En esas, Víctor García tuvo que hacerse con las riendas del conjunto insular y revivir las sensaciones que vivió en el derbi insular, cuando el segoviano fue expulsado por sus constantes críticas a los árbitros. El ayudante refleja los valores de la institución claretiana y es de los que siente el escudo en el pecho.
Un sentimiento de pertenencia que también palpa Javi López en su elástica. El canterano, avalado por García, disfrutó de la oportunidad de minutos que le brindaba la baja de García, que no tuvo la oportunidad de despedirse del club desde la pista. El joven forjado en las filas del Canterbury saltó más que enchufado al parqué para demostrar que tiene que tener un rol importante en la rotación insular.
En su participación en el primer cuarto anotó 8 puntos, con dos triplazos marca de La Vega de San José. En pocos segundos hizo más que todas las oportunidades que tuvo García con su contrato de dos meses y que lo gastó sin pena ni gloria en Siete Palmas.
Con el acierto del base, acompañado del dominio de Pustovyi en la zona, el Granca alcanzó la máxima diferencia del encuentro en el segundo cuarto con el 34-47. Todos los claretianos sumaban, desplegaban un juego coral y se divertían en una cancha en la que el ambiente festivo no cesó en ningún momento fuera como fuera el marcador (cuánto hay que aprender por fuera).
El principio del fin
Del +13 a favor del Granca, pasando por el 40-50 con el que se cerró el descanso, la charla técnica de Legname sirvió para que sus jugadores y sobre todo Rasheed Sulaimon creyese en la victoria tras volver del vestuario. Un parcial 9-0 de salida y cinco minutos de sequía insular sirvió para que los franceses se pusieran por primera vez en el marcador y cambiar la tónica del partido por completo.
Ya el espíritu de Fisac contagió a García, que por mucho que intentara tranquilizar a sus jugadores, se dio rienda suelta a la anarquía con la que se gobierna este Granca. Y en esa ausencia de conceptos y jugadas, Ennis es el jugador que mejor se desenvuelve. La pide y la pide, y se acabó cualquier plan de ataque que no sea él.
Anotó once puntos entre el minuto 27 y el final del encuentro, pero la concentración de balón que tuvo en sus manos debió desesperar a sus compañeros, que ya fueron otros totalmente distintos a los de la primera parte, esos que daban sensación de continuar líderes en Europa.
Volvieron a cometer los errores groseros que le castigaron en Venecia. Y si en Italia fueron 25 pérdidas en total, muchas de ellas con balones que se pasaban directamente a la pintura desde la bombilla, esta vez en Bourg-en-Bresse fueron 16 los que cayeron en las manos del rival francés. Con estos registros, competir se hace muy complicado.
“Solo hemos concedido 26 puntos en la segunda mitad, estoy muy orgulloso de mis jugadores por el trabajo defensivo”, indicó Legname tras el pitido final y con la victoria en su bolsillo. Porque manejó el marcador a su favor en el último cuarto a la perfección, sin dejar que el Granca reaccionara y labrando su quinta victoria desde la defensa.
Canasta de Harris, fallo de Ennis, 78-76 y el Gran Canaria que se queda sin opción de reaccionar hasta el 6 de marzo con el parón de las ventanas FIBA. Regresará Fisac a Zaragoza y volverá la Liga Endesa, que ahora parece que es mejor hábitat para los claretianos.
