El CB Gran Canaria percibe 5 millones de euros del erario público

El consejo de administración aprueba el presupuesto para la temporada 2023-24 en 10 millones

El Cabildo aporta 4 de ellos

El CB Gran Canaria percibe 5 millones de euros del erario público

El CB Gran Canaria percibe 5 millones de euros del erario público / LP/DLP

David Rodríguez

David Rodríguez

La vida continúa igual en el CB Gran Canaria. Por mucho que se haya vendido que hay una vida nueva en cuanto a la gestión de la entidad con el nuevo grupo que lo gobierna, la verdad es que el club sigue a flote gracias a la aportación del dinero público. Cinco de los diez millones con los que está presupuestado la Sociedad Anónima Deportiva dependiente de la Fundación Canaria del deporte, llegan directametne del erario público. Es decir, de su bolsillo.

«El presupuesto representa un aumento con respecto al aprobado para la temporada 2022-23 en un incremento porcentual del 13,17% (1,2 millones de euros), con una reducción de la aportación del Cabildo en un 12,5% (500.000 euros). Basándonos en un rigor presupuestario, tomando como base el presupuesto ejecutado del ejercicio anterior».

Este es el párrafo con el que el consejo de administración del CB Gran Canaria defiende la aprobación de su presupuesto económico, cifrado en 9.941.074 euros.

Es obvio que la aportación del Cabildo ha disminuido respecto a la pasada temporada, pues el ente insular tuvo que salir al rescate del club después de que la gestión de Enrique Moreno al frente de la entidad cerrase un último curso con pérdidas que se elevaron a los 1,9 millones de euros. Récord en la historia del club y que de por no ser por la intervención de la Fundación Canaria del Deporte, cualquier otro club se hubiera visto obligado a entrar en causa de disolución.

También argumenta el club que la ratio de la cobertura presupuestaria respecto a la subvención del Cabildo es del 40,2%, «el tercero más bajo en los últimos diez años».

Todo ello teniendo en cuenta que los periodos comprendidos entre el 2013 y el 2019, la aportación del Cabildo se movió en torno a los 3,2 millones de euros. Una cantidad que parecía un canon fijado por la repetición durante siete años y con pequeñas variaciones monetarias.

Todo ello dentro de una estrategia financiera en la que se incluye 1.010.000 euros por parte de Dreamland, el socio patrocinador que da nombre al club y que incluye la aportación acordada para la temporada pasada y la actual. Es decir, medio millón por cada uno de los seis años que firmó la firma controlada por el Grupo Newport.

Cabe reseñar que esta aportación, satelizada por la intervención de los propios entes públicos, es equiparable a lo que percibe por patrocinadores públicos.

La ayuda que acordó el Gobierno de Canarias con el club para suavizar el impacto del covid-19 todavía deja 872.264 euros en las arcas del Gran Canaria, que unido a 150.000 euros que el Patronato de Turismo cede a la entidad, hacen un total de 1.022.264 millones de euros. 12 mil euros más de lo que da Dreamland este año.

Otro de los aspectos que tienen una variación notoria respecto a temporadas anteriores es la que se destina a los salarios de los jugadores de la primera plantilla, un 15,5% más cara.

De los 4,1 que se estimó que costaría el equipo de la pasada campaña y que finalmente costó 4,4 tras el cierre de las cuentas, esta temporada el presupuesto está fijado en 4,8 millones.

El Gran Canaria argumenta que las renovaciones «al alza de jugadores clave como Brussino, Shurna y Salvó, garantiza la columna vertebral del grupo dos años más».

Cabe reseñar que el presupuesto que tiene estimado como ingreso por participación en la Eurocup este año se fija en 130.000 euros, o lo que es lo mismo, si llega a cuartos de final. ¿Poca ambición para el vigente campeón o cautela?

Finalmente, se perciben 805.000 euros por las ventas de Balcerowski y Khalifa; y todavía hay que pagar 46.500 euros por las deudas de Katsikaris y al abogado José Sintes, que fue demandado por el club por el proceso concursal de Evemarina, que fue copatrocinador del club gracias a la intervención de Lisandro Hernández y que entró en proceso concursal en 2009.