Un Granca de diez (93-65)

Los claretianos vencen al Aris Salónica y encadenan 18 triunfos consecutivos, a dos del récord histórico del torneo

Cincos jugadores aclanzan los dobles dígitos en puntuación

Dreamland Gran Canaria - Aris de Salónica

Dreamland Gran Canaria - Aris de Salónica / Quique Curbelo

David Rodríguez

David Rodríguez

Se adjudicó la décima el Gran Canaria en la fase de grupos de la Eurocup. No hay equipo que consiga toserle a los insulares y ya son 18 triunfos consecutivos del vigente campeón del torneo y se queda a tan sólo dos del récord histórico.

Poco ofreció el Aris Salónica, que duró cinco minutos metido en harina, momento en el que el Gran Canaria le inyectó un parcial 14-0 y el resto fue coser y cantar hasta el definitivo 93-65.

Cinco jugadores amarillos alcanzaron los dobles dígitos en puntuación. Roko Prkacin el más destacado de ellos con 13 puntos y 8 rebotes; acompañado de los once que firmaron AJ Slaughter, Miquel Salvó y Ben Lammers, mientras que Sylven Landesberg llegó a los diez in extremis con un último cuarto acertado.

Si ya de por sí las diferencias entre los dos clubes son abismales, el Gran Canaria no quiso dejar opción alguna a los griegos desde el inicio del encuentro. Sólo un pequeño toma y daca hasta el 11-13 con el que el Aris se mantuvo en la brega hasta el ecuador del primer cuarto dio síntomas de que lo que se iba a ver en el Arena merecía la pena.

A partir de ahí, un parcial 14-0 cimentó la brecha con el que el conjunto amarillo llegó a la conclusión de la manga con el 29-17 fiel a la distancia que existe entre los helenos e insulares, intratables en la competición sin que nadie le haya podido poner en apuros en toda la competición.

Seis triples en nueve intentos, con un AJ Slaughter entonadísimo desde el primer ataque anotando tres lanzamientos lejanos, ya demostró que el Dreamland no iba a dar concesiones en el encuentro previo al día D contra el Real Madrid el domingo. Una especie de entrenamiento para el choque importante de la Liga Endesa con el billete de la Copa del Rey a alta temperatura.

Se mantuvo por encima de la decena de puntos de ventaja el equipo amarillo durante la secuencia de la segunda entrega. Tan sólo un Vassilis Toliopoulos creía en la quimera de intentar hacerle cosquillas a los de casa y con 18 puntos en la primera parte del choque no dejó caer al abismo al Aris Salónica.

A cada canasta de los griegos se hacían sentir los más de diez seguidores helenos que se agolparon en las gradas de Siete Palmas en un día más entre semana en el que la afición local no termina de engancharse con una primera fase que se hace larga con tantos equipos de poco lustre en la Isla.

Tampoco es que el Dreamland se tome estos partidos como una invitación al espectáculo debido a la exigencia de Jaka Lakovic en cada encuentro y el pragmatismo impera en su filosofía. Tanto como para que jugadores de rotación como los jóvenes Jovan Kljajic y Rubén López de la Torre sólo jugaran 50 segundos en la primera parte a la que se llegó con 49-38 después de que precisamente el montenegrino taponara un contraataque a escasos segundo del final para los intereses del Aris.

El Gran Canaria sabía que de continuar con la seriedad defensiva demostrada en los primeros 20 minutos del encuentro, la victoria iba a llegar a su casillero. Las once pérdidas que forzaron a los jugadores de un desesperado Ioannis Kastritis le facilitaron dos cuartos plácidos en el tanteador.

Sin cambiar el rumbo

No tenía otra cosa que hacer el Dreamland que mantener el rumbo del navío y controlar a Toliopoulos en la segunda mitad. Porque más allá del alero griego, poco más se podía temer del equipo de Salónica.

A fuego lento consiguió alcanzar la doble decena de diferencia en puntuación a falta de tres minutos para la conclusión del tercer cuarto gracias al estado de forma de Roko Prkacin, autor de seis puntos de forma consecutiva para situarse en 13 de manera momentánea.

Aumentó la diferencia a falta de un cuarto, que se solventó de manera más que plácida y sólo sirvió para que la renta de puntos a favor se dilatara, incluso jugadores como Landesberg se sumaran a la mini fiesta que se gestó en Siete Palmas.

Acabaron los niños metiendo sus canastas para el definitivo 93-65 con el que el Gran Canaria dejó claro que no tiene rival en este torneo que hasta las eliminatorias da sensación de que son entrenamientos de entre semana.