Mariano de Santa Ana¶
Escritor, ex consejero de Educación Cultura y Deportes del Gobierno
canario, catedrático de Filología Española en la Universidad
de La Laguna, Juan Manuel García Ramos es un destacado experto
en literatura hispanoamericana. Mariano de Santa Ana¶
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-¿Está todo dicho ya sobre Cien años de soledad?¶
-No, porque es una novela infinita como las novelas clásicas.
Como dice Álvaro Mutis, el inconsciente colectivo de ese gran
continente americano que habla español está simbolizado de manera
magistral en esa novela y por lo tanto las lecturas serán siempre
posibles y renovables.¶
-¿Qué representa frente a la obra de otros autores que han mapificado
el imaginario latinoamericano como Alejo Carpentier o Carlos
Fuentes?¶
-Alejo Carpentier y Carlos Fuentes han intentado también abarcar
en distintas obras ese mundo tan complejo y cromático pero la
metáfora más completa que se ha hecho es Cien años de soledad,
sin duda, porque como ha dicho el mismo Carlos Fuentes ahí está
el descubrimiento de América, la conquista y la colonización
y el siglo XX. Está el compendio de lo que lo que ha sido ese
continente desde que fue conocido por Europa.¶
-Usted imparte un cuatrimestre sobre Cien años de soledad en
la ULL, ¿puede hablarnos sobre ello?¶
-Llevo algunos años con una asignatura que se llama Textos hispanoamericanos
contemporáneos y dedicamos las clases a leer Cien años de soledad.
Consagramos un día a cada uno de los veinte bloques textuales
que tiene la novela y lo analizamos todo, lo pretextual, es decir
el origen de la novela, todo lo que ha contado Gabriel García
Márquez en Vivir para contarla, el primer tomo de sus memorias,
hasta lo intratextual, es decir, lo que sucede dentro de la obra
como estructura propia; lo intertextual, esto es, como dialoga
con otros libros, por ejemplo con algunos de los mismos Fuentes
y Carpentier a los que alude, y hasta lo transtextual, todo lo
que el libro provoca luego como discusión sobre la interpretación
que hace de América. Hacemos una lectura global y la verdad es
que nos lo pasamos muy bien.¶
-En Cervantes y García Márquez, incluido en su libro Tres ensayos,
traza paralelismos entre El Quijote y Cien años de soledad, ¿qué
parangones establece?¶
-Para empezar, a mi entender, El Quijote y Cien años de soledad
son las dos grandes obras de la lengua española. Como dice Dasso
Zaldívar, uno de los biógrafos de Gabriel García Márquez, Cien
años de soledad es además la novela más bella escrita en español.
El Quijote es quizá la novela más inteligente, pero para mí la
más bella es Cien años de soledad. En el ensayo que cita lo que
hago es trazar una serie de afinidades entre esas dos grandes
obras. Por ejemplo creo que en cuanto a montaje el papel que
cumplen el gitano Melquiades y sus manuscritos en Cien años de
soledad es muy comparable a la autoría de Cide Hamete Benengeli
en El Quijote. También hay una explotación del humor en ambas
fábulas, uno se ríe mucho leyéndolas y los amores desgraciados
de El Quijote se parecen mucho a los amores desgraciados del
coronel Aureliano Buendía. Los dos son además dos héroes que
salen a batallar fuera de sus casas y siempre salen derrotados
-las tres salidas de Don Quijote y las 32 guerras que pierde
Aureliano Buendía-, y, por supuesto, la creación de espacios
míticos que parten de la realidad, Macondo de Aracataca y La
Mancha literaria de La Mancha real.¶
- Macondo forma parte de una larga tradición de espacios literarios
que en el siglo XX incluye a Yoknapatawpha...¶
- Yoknapatawpha, el espacio mítico que crea Faulkner; Santa María,
de Juan Carlos Onetti; Comala, de Juan Rulfo; Región, de Juan
Benet... Son espacios propios creados por autores donde la experiencia
de la existencia humana es metafórica y totalizadora. Son topos
artificiales con una base real, alteraciones literarias de espacios
reales en los que se ha vivido como el México profundo de Rulfo,
la vinculación entre Uruguay y Argentina de Onetti, el sur de
Estados Unidos de Faulkner o Aracataca y una parte de Colombia
para García Márquez.¶
-Gabriel García Márquez, como usted mismo, es un escritor con
un perfil político nítido. ¿Se puede hacer una lectura política
de Cien años de soledad?¶
-Desde luego. Ahí está el siglo XIX y la gran frustración de
los proyectos de los liberales y los conservadores en América
Latina que llegan hasta nuestros días y siguen debatiéndose.
Hoy el alineamiento de los liberales sería lo que significan
en parte Castro y Chávez y el de los conservadores lo que representa
Calderón en México. Nunca se resolvió el problema político de
América Latina tras su independencia. Los latinoamericanos creían
que emancipándose de España Latinoamérica iba a ser un paraíso
pero ha sido un infierno hasta nuestros días.¶
-¿Cien años de soledad devoró a García Márquez?¶
-Con Cien años de soledad García Márquez llegó a un punto donde
no podía decir más ni decirlo tan bien, y todo lo que ha escrito
posteriormente es algo secundario. Salvaría El general en su
laberinto, que me parece una interesantísima rebiografía de Bolívar,
y El amor en los tiempos del cólera, pero creo que en novelas
como Memoria de mis putas tristes hay un agotamiento de la fórmula.