Un homenaje multidisciplinar recordó anoche la figura de José Antonio Otero, poeta y director durante 15 años del Centro de Arte La Regenta. Cuando se cumplen dos años de su fallecimiento, en noviembre de 2005, artistas y amigos se reunieron en el centro museístico, dependiente del Gobierno canario, para recordar el legado dejado por Otero. No fue una conmemoración al uso, sino la celebración de la creación y la aportación de nuevos elementos agitadores al arte, como seguro responde a la voluntad de este poeta canario.

Otero, presente. El acto arrancó con la presentación de la edición del poemario póstumo de José Antonio Otero titulado Tararí Tarará, en la que intervino el profesor de la ULPGC Dan Munteanu. Editado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno, la publicación contiene 142 poemas escritos por el autor en Valsequillo, entre 2000 y 2004.

El volumen consta de 1.000 ejemplares impresos sobre papel Guardapat de 135 g, encuadernados en tapa dura y tela editorial, acabado de imprimir el 6 de febrero de 2008, coincidiendo con el LXII aniversario del nacimiento del poeta. El propio Otero dejó concluido y preparado para imprenta la publicación, encomendando a su hijo Pedro el trabajo último para que viera la luz. Ocurrió ayer.

Carlos Gaviño y Amador Luis trabajaron en el cuidado diseño del poemario, que junto a la especial escritura de los versos de Otero, se deja acompañar con armonía por 22 ilustraciones a color de Marta Vega, reproducidas a plana entera. Cuenta con el prólogo escrito por su amigo, periodista y músico Guillermo García-Alcalde, quien intervino en la presentación. Al igual que la directora general del Libro, Archivos y Bibliotecas de Canarias, Blanca Quintero, quien dirigió unas emotivas palabras de reconocimiento al poeta, ante un aforo repleto.

En el lugar se dieron cita su viuda Margarita Cabrera y los dos hijos; el alcalde Jerónimo Saavedra; las concejalas Teresa Morales, Nardy Barrios y María Isabel García Bolta; Pepe Macías; Martín Chirino, Elvireta Escobio, Hilda Mauricio, Pepe Dámaso, Carmenza de la Oz, Francis Naranjo, Mela Campo, Rafael Monagas, Felipe Landín, Gelu Barbu, Federico Castro, Carmen Rodríguez, Alejandra Sanjuán, Yolanda Arencibia, Maximiano Trapero, Alfonso Crujera, Saro León y Antonio Pérez, entre otros.

Poco después, un vídeo repasó la vida del escritor y gestor cultural. Los hijos de Otero Ruiz, Pedro y José Antonio, evocaron a su padre. La sala guardó un profundo silencio cuando amigos íntimos del homenajeado leyeron varios de sus poemas, recogidos en Tararí Tarará.

En el transcurso del acto se presentaron las piezas musicales Eterno 18 y Volumen Otero, compuestas por Falcón Sanabria y Guillermo García-Alcalde, con letra del propio poemario de Otero, incluida en el libro Tararí Tarara. Fueron interpretadas por la soprano Dácil Vega y el pianista Sergio Alonso. Las partituras fueron entregadas a la viuda y los dos hijos del homenajeado.

En el nutrido programa se presentó una performance de la artista Concha Jerez en homenaje a Otero, denominada Carta a un amigo robado. La creadora multimedia, presente en la sala, concibió la obra en recuerdo al poeta.

Una muestra de poemas, objetos y escritos inéditos de Otero, expuestos en vitrinas, acompañada además de obras artísticas de sus amigos, completó el acto de homenaje. Este espacio, articulado en luminotecnia y motivos escenográficos por el arquitecto José Luis Gago, tiene obras de Joserromán Mora, Juan José Gil, Leopoldo Emperador, Paco Sánchez, Juan Luis Alzola, Marta Vega, Ernesto Valcárcel, Sira Ascanio, Juan López Salvador, Hildegard Hahn, Carlos Matallana, José Antonio Otero hijo y Antonio Zalla, de éste último autor, fallecido recientemente, se cede Conversación de dos amigos.

El poeta, ensayista, novelista y crítico destacó por una rica obra, entre la que destaca Ancla de aire (1982), Atlántida (1991), Mohicano (1993) y Sedimentos (1995).