Como si de uno de sus videoclips se tratara, la cantante estadounidense Madonna presentó este jueves fuera de concurso en el 68 Festival Internacional de Cine de Venecia una muy coreografiada y musical segunda película como directora, "W.E.", todo un canto a la liberación femenina.

La ´reina del pop´, cuya vida está llena de romances y fracasos sentimentales, pone imágenes a la historia de la estadounidense Wallis Simpson, cuyo amor por Eduardo VIII le llevó a este a abdicar al trono inglés en 1936 y a quien plantea como ejemplo de búsqueda de la felicidad femenina.

Durante casi dos horas, un metraje quizá excesivamente largo para la trama, Madonna presenta la historia de Simpson en paralelo, ya en la época actual, con la de Wally Winthrop, una joven neoyorquina obsesionada con el personaje de la esposa de Eduardo VIII y quien será también reflejo de la lucha femenina al tener que superar un matrimonio en el que sufre maltrato físico y psicológico.

Venecia se rinde a Roman Polanski

Por otra parte, la crítica ha recibido con grandes aplausos la última película de Roman Polanski, "Un dios salvaje", fantástica historia que se sostiene sobre los hombros de cuatro enormes actores: Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly.

Winslet, Waltz y Reilly homenajearon hoy a Polanski, ausente del Festival, al que atribuyeron todo el mérito en el estupendo resultado de una película que funciona como un mecanismo de relojería y en el que cada frase y cada movimiento está estudiado hasta el más mínimo detalle.

"Es una historia increíblemente compleja en los detalles", explicó Winslet en la rueda de prensa de presentación de la película, que compite en la sección oficial de Venecia.

Una historia sobre dos parejas que se enfrentan tras una pelea de sus hijos, de 11 años.

Y en la que, al desarrollarse casi en su totalidad en el salón de la casa de una de las parejas, hace que el trabajo de los actores sea aún más importante que en otros filmes.