El deejay y productor Stacey Pullen, uno de los capos del tecno de Detroit que desde la década de los 90 se ha significado como uno de los firmes alumnos de la vieja guardia del género como Juan Atkins, Derrick May o Kevin Saunderson, es uno de los artistas internacionales que participan en la octava edición de Eólica. Pullen asiste al festival por segunda vez, y se le reserva el cierre del escenario Plastic a partir de las 4.00 horas de la madrugada. "Me siento bendito y agradecido por el éxito que he logrado", afirma el deejay en vísperas de su visita a la Isla.

Orgulloso de ser "una leyenda de Detroit" que no deja de progresar y "seguir aprendiendo", Pullen asegura que su show en Eólica va más allá de cualquier sesión de club: "Mi actuación dará que hablar durante varios años". Sobre la música que llevará a Pozo Izquierdo poco cuenta, y habrá que esperar a su salida a escena para comprobar qué es lo que trae en su maleta: "Siempre pincho música nueva, porque es mi trabajo", apunta Pullen.

La formación clásica, el jazz y la ópera, entre otros estilos, han contribuido a enriquecer el trabajo del estadounidense, que ha montado su propio sello discográfico para dar salida a sus producciones y a las de otros artistas. Cuando se le pregunta por el futuro y los proyectos que tiene entre manos, pide "el reto sostenible de la longevidad, ser capaz de tener éxito durante veinte años más".