Educación decide eliminar el nombre de Tomás Morales de un instituto capitalino en un momento en el que, de manera paradójica, su figura y su obra merecen una renovada atención crítica que insiste en proyectarlos más allá del estricto ámbito de la lírica isleña, en el amplio marco del modernismo español.

En este contexto, es significativa la edición el año pasado de Las rosas de Hércules en Letras Hispánicas, a cargo de Oswaldo Guerra. El gran proyecto poético de Tomás Morales alcanza una amplia difusión en esta conocida colección de la editorial Cátedra, de marcado carácter didáctico y gran circulación entre estudiantes. La edición del poemario completo permite superar los reduccionismos a los que a menudo abocan las antologías y muestra toda la complejidad de este escritor. "Hay, por tanto, otras vertientes en la obra de Morales por descubrir y que sólo en los últimos años se han ido señalando, en las que el tema del mar no deja de ser sino una pieza más en el ambicioso proyecto del autor", escribe Guerra en la introducción del libro.

Junto a los poemas del mar aparecen otros, muestras de una lírica más intimista o cantos a la ciudad comercial, que completan el perfil del poeta.

En 2010 apareció el sexto tomo de la Historia de la literatura española coordinada para la editorial Crítica por José-Carlos Mainer. El propio Mainer, uno de los especialistas en la Edad de Plata de las letras españolas, se encargó de este volumen, subtitulado Modernidad y nacionalismo y que abarca el periodo 1900-1939. Dedica una amplia exposición a Tomás Morales, en quien destaca que "prefiere exaltarse ante los ecos mitológicos, la explosión biológica de los fondos oceánicos y, al fin, cantar la pugna de los hombres y las olas que culmina con la construcción de las naves, todo en una armoniosa invitación al vitalismo".

Mainer compara la Oda al Atlántico con "otros descubrimientos marinos del momento", como El cementerio marino de Valery, y concluye que la composición del canario "no hace, ni mucho menos, mal papel junto a ellos". El análisis de Morales, como el de Alonso Quesada y Saulo Torón, integran el capítulo El ocaso del modernismo; simbolismo y meditación, lo que da la idea del autor de inscribir a estos poetas en la última etapa del arco modernista español.