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"Cuando escribo saboreo los aromas y respiro adrenalina, no puedo frenar"

Christian Santana Hernández, escritor y filólogo, presenta su nuevo trabajo literario, una continuación de la saga 'Trazos del destino'

Christian Santana Hernández, en la Biblioteca Insular. QUIQUE CURBELO

¿Qué aporta Artistas del odio a la saga Trazos del destino tras la publicación el pasado año de la primera parte, Artistas del odioTrazos del destinoLa ratonera de Van Gogh

Para empezar, ahonda más en las pasiones humanas. El lector verá la evolución de los personajes y quedará sorprendido por ciertas actitudes de estos.

El personaje principal, Arthur Christmas, evoluciona en esta segunda parte, ya no es tan ingenuo... ¿Hasta qué punto diría que las circunstancias moldean su carácter?

A Arthur le pasa lo que le pasaría a cualquier persona. Son las circunstancias las que determinan nuestra forma de comportarnos y, en ocasiones, seríamos capaces de cualquier cosa, porque por mucho que lo neguemos somos más básicos de lo que creemos.

Dice siempre que tiene la voluntad de que el lector viaje con sus novelas y aquí vuelve a hacerlo. ¿Cómo elige los escenarios? ¿Tienen estos rincones algún significado para usted más allá de servir de contexto a su historia?

En realidad, se trata de un viaje físico, pero a la vez interior. Profundizar en esas habitaciones de nuestro subconsciente a las que, por temor, no nos atrevemos a pasar. En lo que respecta a los escenarios, ha sido la propia trama la que me ha llevado hasta ellos. Yo, al igual que el lector, estoy atrapado por la trama y por eso la inercia me ha llevado a esos lugares que, por supuesto, como bien dice, tienen especial significado para la historia. Aunque también para otras historias que no puedo desvelar, porque aún queda una tercera parte de la trilogía.

¿Cuando se sienta a escribir un capítulo de estas novela suyas sabe cómo empieza, pero tiene previsto cómo va a acabar o la inspiración le va marcando el ritmo de la narración?

Jamás sé ni siquiera cómo empieza. Tengo una idea, pero quizás al final ni siquiera la empleo. Me siento y escupo sangre, respiro adrenalina, huelo el sudor, y saboreo los aromas. Todo fluye al 100%, y a eso no se le puede poner freno.

¿Cómo hace para evitar que los saltos en el tiempo, que son una de sus características más patentes, no dejen fallos de 'script' en el hilo temporal?

Pensamos y sentimos sin orden, por mucho que nos guste planificar las cosas, y yo soy el primero que lo intenta. Hasta tal punto que Stefan y Carsten, mis dos hermanos alemanes, que también aparecían en La ratonera de Van Gogh, me dicen que soy más alemán que ellos. Pero quiero que el lector se sienta perdido y tan frágil como Arthur, que le cause rabia no llevar las riendas y que luche para coger el timón. Para mi objetivo dominar el tiempo lo es todo. Quizás es una de las principales dificultades para el lector, pero también para mí.

Imagine que pudiera usted llevar las aventuras de Arthur Christmas a la pantalla de cine. ¿Qué actor sería, y si se anima, ponga rostro a los otros personajes?

Si tuviera que imaginar a un actor pensaría en mis favoritos: Darín, Depp, Penn, pero debo tener los pies en la tierra. Es más, si soy un novato que comienza a andar lo justo sería que fuera alguien desconocido quien se metiera en la piel de Arthur. Todos tenemos mucho que aprender, sobre todo yo, y todos nos debemos ayudar, especialmente si se trata de ser creativos, porque el mayor valor de una sociedad son precisamente las personas.

Da la impresión de que disfruta metiéndose en la mente de sus personajes y adapta los diálogos a sus caracteres, pero hay uno en concreto que destaca por su desfachatez: Dumont, el policía corrupto. ¿Es más divertido 'hacer' de malo, como dicen muchos actores, pero en su caso, a través de las páginas de su novela?

Dumont es un Yago. En el fondo, nos cae bien porque tiene esa lado oscuro que nos seduce, que nos resulta incluso morboso y, por supuesto, su lenguaje es diferente, como él. La literatura siempre ha hecho que los malos sean especial y Dumont no iba a ser menos.

¿Podría escribir sobre la condición humana sin conocer a William Shakespeare como lo conoce?

Podría, pero lo haría de pena, porque sin leer las obras de William Shakespeare siempre nos faltará una parte esencial del conocimiento.

¿De quién ha aprendido más a la hora de escribir?

He aprendido más de mi padre. Él y mi madre son las dos personas a las que más admiro y quienes me inculcaron el amor por la literatura. Desde muy pequeño sentí que la Cultura es clave en la vida de cualquier persona, porque ellos así me lo demostraron.

¿Escritor que se dedicó a la política o político que hace de escritor?

Ambas cosas. El escritor como el político es una persona de carne y hueso; y la política es un oficio hermoso, porque no hay nada más placentero que ayudar a las personas.

Hay algunas menciones al fútbol en su trilogía. ¿Se atreve a decir quién ganará la liga?

Por supuesto, el Atlético de Madrid.

¿Qué nota le pondría a Artistas del odio

Dejemos que sea el lector quién responda a esta pregunta.

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