Para unos, Diario de un escritor, de Fiódor M. Dostoievski pasa por ser una de sus mejores obras; para otros, el intento de justificar sus opiniones libres e independientes sobre la realidad social a la vez que contribuía a sufragar la anárquica economía familiar. No obstante, nadie ha dejado de reconocer en su obra a un perspicaz observador y cronista de su época. En Diario de un escritor, publicado por entregas en la revista El Ciudadano, Dostoievski se muestra tal como es, sin máscara ni disfraz, con pensamientos apropiados e inapropiados. A través de sus páginas vemos a un hombre creyente que crea personajes que no creen en nada, que bien podrían ser su reverso. También vemos a un hombre con una visión apocalíptica de las cosas que no le impiden preocuparse por los niños en el seno de la familia rusa.