Es, sin duda, uno de los discos más esperados del año. La cantante inglesa, tras el experimento de Throwing Shade y un par de singles de interesante dance experimental, sorprende con este agradable y versátil álbum debut, en el que puede moverse por terreno propios del pop inglés de guitarras ( In visións) como transitar por el spoken-world en la línea de Anne Clarke ( Zone 1 to 6000) o incluso introducirse por el terreno del dream-pop de Cocteau Twins ( Feels so right). Destacar, sin embargo, el tratamiento cuidado y exquisito de las guitarras que en casos como New new eyes o Eternal passions traen a la memoria a los Durruti Column.
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