Los restos del poeta Leopoldo María Panero, fallecido el 6 de marzo de 2014 en el centro hospitalario Juan Carlos I, dependiente del hospital Doctor Negrín, podrán recibir sepultura después de que el juzgado de Primera Instancia número 4 de Las Palmas de Gran Canaria haya declarado como legítimos herederos a sus primos hermanos Juan José, María Rosario, María Luisa y Paulino Alonso Panero y Odila García Panero. Así lo confirmaron ayer fuentes familiares.

Las cenizas del poeta, que vivió los últimos años en la capital grancanaria, están custodiadas por el hospital grancanario desde que el escritor falleciera en el centro de Salud Mental, donde tenía su residencia.

El fallo judicial pone fin a cuatro años de espera por parte de la familia para dar sepultura al poeta y hacerse cargo de los derechos de autor del escritor, ya que Panero no tenía descendientes ni ascendentes directos y tampoco dejó testamento.

La familia intentó recuperar las cenizas del escritor, encuadrado dentro de la poesía contemporánea, en el grupo de los Novísimos, así como sus objetos personales pero la gerencia del hospital se negó a ello hasta que hubiera un heredero legal. No obstante, ello no fue óbice para que su prima María Rosario Alonso Panero recibiera, en nombre de la familia, el título de Hijo Adoptivo que le entregó el Ayuntamiento a Leopoldo María Panero en 2016.

Desde esa fecha, la familia comenzó a recabar la documentación necesaria para que el juzgado les reconociese como legítimos herederos. Una batalla que ahora termina. La intención de la familia es enterrar al poeta en el panteón familiar que esta tiene en Astorga (León), de donde era natural el padre del poeta, el también escritor Leopoldo Panero.