La Provincia - Diario de Las Palmas

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Katrin Steffen

"Universo Manrique' es una experiencia de inmersión en todos sus contextos"

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Cuatro plantas. El genio de César Manrique brotó ayer a través del sótano y de las tres plantas superiores del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM). En esta serie de imágenes, a la izquierda, una visitante de la galería observa varias fotografías en las que aparece el artista. En la foto del centro, en primer término, sobresale una prenda de la colección de César Manrique y al fondo varias personas disfrutan de la exposición. Sobre estas líneas, la maqueta del BMW 730i que diseñó en 1990 para la colección Art Cart -en la que antes también participaron Andy Warhol o Frank Stella- de la compañía alemana. juan castro

Universo Manrique no se configura como una exposición retrospectiva al uso, sino que plantea una inmersión en los múltiples imaginarios y conceptos de un artista total. ¿Cómo se articula esta ambiciosa relectura del relato poliédrico de Manrique?

Para mí, lo más importante es que Universo Manrique refleja un relato del conjunto de este artista total que, más allá de sus distintos medios y lenguajes, promovía una idea muy singular y específica de lo que significa el arte como herramienta para lograr cambios. Para Manrique, el arte servía para la vida y para crear espacios para la felicidad colectiva. Entonces, a partir de esta idea, en el proceso de búsqueda del concepto que vertebrara la exposición, me preguntaba cómo la habría planteado el propio Manrique, que siempre quiso trabajar para un público amplio. En este sentido, yo no podía plantear una exposición fría, tradicional o cronológica, así que quise mostrar su universo en su conjunto, con una propuesta accesible y atractiva que albergara distintos recorridos, temperaturas y pequeñas sorpresas inéditas.

Esta vocación totalizadora, que Manrique glosa en el concepto Arte-Naturaleza/Naturaleza-Arte, se mueve entre muchos binomios, como los conceptos de isla mítica-real, ser humano-entorno o arte-acción. ¿Cómo se reagrupan en este muestra?

El reto era precisamente cómo transmitir estos aspectos en un recorrido emocional e, incluso, sensual, que brindara un relato de los contextos en que se desarrollan todas estas ideas. En este aspecto, la idea de trabajar con proyecciones audiovisuales nos permite escucharlas en la voz del propio Manrique y acceder a su pensamiento de forma directa, sin filtros, lo cual me parece fundamental. Además, esta misma herramienta reivindica la importancia de escuchar, que creo que es algo que se ha perdido hoy en día. Sus testimonios permiten al visitante entender mejor todas sus facetas, que van más allá del polifacetismo y que se inscriben en ese concepto ambicioso inspirado en la defensa de la belleza natural de Lanzarote, que era el leimotiv Arte-Naturaleza/Naturaleza-Arte.

¿Cómo se concreta ese contexto en el que se fraguan las ideas, tanto desde el punto creativo como activista, de Manrique?

En este sentido, su discurso se fragua a partir de dos polos: por un lado, bajo el peso de la dictadura, que restringe el campo para la expresión libre desde el arte, donde se inscribe su discurso sobre la libertad, el pensamiento libre y la importancia de tomar la palabra; y por otro lado, el activismo sostenible que desarrolla a partir de los años 60, en el contexto del consumo y la construcción masiva en las ciudades. Y entre estos dos polos, Manrique desarrolló un discurso fundamental sobre la importancia de desarrollar la sensibilidad y poder expresarse libremente, que hemos tratado de plasmar en esta exposición.

El resultado es una experiencia inmersiva vehiculada por muchas emociones distintas, desde su correspondencia íntima o su vertiente más lúdica a su efervescencia creativa o su denuncia contra la estandarización o masificación de las islas.

La idea era crear una experiencia de inmersión en el mundo de Manrique, pero destacando a su vez los contenidos, que son fruto de una investigación y selección intensa y exhaustiva a lo largo de dos años. En realidad, dos años no es mucho tiempo para investigar a una figura como Manrique, que te traslada a muchos contextos diferentes y te demanda que te sumerjas en todos para comprender el conjunto. Por ejemplo, en los años 50, en España, el cambio de estética que comportó la llegada del modernismo y el cambio en la arquitectura juega un papel crucial en la apertura al gusto y Manrique promovió este cambio de estética y lenguaje en las islas. Y este escenario tiene que recontextualizarse en la isla de Lanzarote, un territorio muy pobre que percibe en el turismo la posibilidad de un cambio hacia un sistema económico, que puede mejorar la calidad de vida. Sin embargo, esto conlleva a su vez la idea de destrucción del paisaje, que Manrique denunció a lo largo de toda su vida, sobre todo, en la década de los años 80, con el hiperdesarrollo del turismo y la especulación urbanística. En este sentido, el relato de Manrique es una historia de lucha y de belleza, lo cual, para mí, fue un reto, pero también una fascinación. Y lo sigue siendo, porque su legado es un universo infinito en el que profundizar.

La muestra atesora alrededor de 200 obras de pinturas, bocetos, dibujos, collages, esculturas, interiorismos, pinturas murales e intervenciones arquitectónicas o sus casas. Sin embargo, ¿es mayor la selección que el descarte?

Manrique no se termina nunca y, aunque fue realmente complejo conciliar todas las facetas y lenguajes de su universo, al final hemos conseguido representarlo en esta amplia selección, que es fruto de numerosas colaboraciones y archivos. En este sentido, creo que esta exposición cumple con su objetivo de totalidad. Para mí, el proceso ha sido muy enriquecedor y, una vez inaugurada la exposición, seguiré explorando y profundizando en este mundo apasionante, que siento que me ha marcado la vida y por el que siento una profundad gratitud.

En este sentido, la exposición se plantea como una invitación a trazar tu propio recorrido dentro del Universo Manrique, como si sus capas infinitas permitieran deshojar su mundo hasta donde el espectador desee llegar.

Exacto, una de las claves de esta exposición es que no importa por dónde comiences el recorrido y que puedes dedicarle el tiempo que estimes a cada apartado. Por ejemplo, puedes ver una de las películas y, luego, disfrutar de su pintura matérica o de sus cartas. Se trata de una exposición modular que recrea este apasionante universo de Manrique, con todas sus capas e interrelaciones. En este sentido, el asombro es quizás la emoción más importante de la exposición, porque es parte de la esencia de su obra, como sucede en trabajos como el Mirador del Río, donde, en principio, no ves nada hasta que, de repente, se abre la naturaleza de manera espléndida. Manrique te guiaba siempre hacia una emoción fuerte que te permite entender el significado del entorno y lo peligroso que es destruirlo desde el punto de vista medioambiental e identitario. Por eso, nunca comprendió que el ser humano consintiera las aberraciones urbanísticas que sufrió su isla de Lanzarote.

Con todo, ¿en qué medida siguen vigentes sus ideas en torno al arte como acción y conciencia?

Absolutamente, la destrucción del territorio y la pérdida de identidad en aras del desarrollo del turismo es un tema que sigue siendo muy actual, porque vivimos unos tiempos de consumismo y masificación exacerbado que, además, va a más. En este sentido, me gustaría que esta exposición invitase también a la reflexión, tanto sobre el paisaje, porque somos responsables últimos de nuestro territorio, como en torno al arte y la educación como motor de cambio social.

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