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CANARISMOS

Las desgracias nunca vienen solas

Esta frase proverbial sentencia lo que parece ser, según el saber popular, un aserto incuestionable

Las desgracias nunca vienen solas

Esta frase proverbial sentencia lo que parece ser, según el saber popular, un aserto incuestionable. Se trata de una idea conclusiva que se pronuncia cuando sobreviene una dificultad a la que siguen otras calamidades o disgustos. A veces se expresa con aire sentencioso y cuasiprofético o agoreo, es decir, antes de que acontezca la sucesión de eventos negativos, incluso en ocasiones en un tono de displicencia solapada por parte de quién no sufre el mal (en cuyo caso podría ser intercambiable por un impasible: "Esto es así"). Aunque se trata de un proverbio de uso general en castellano, es también recurrente en las islas. Benito Pérez Galdós echa mano de él en Ángel Guerra: "Estaba de Dios que el día fuera trágico. Nunca viene sola una desgracia, y parece que el Hado las envía en cuadrilla para que no se pierdan por el camino".

Expresiones similares son: "Andan los males unidos", que cita Miguel de Cervantes en alguna de sus obras ("Andan los males unidos, / sin un momento apartarse; / los bienes, por acabarse, / en mil partes divididos", La Galatea, V); o "bien vengas mal, si vienes solo" que en sus diversas versiones registra el refranero sefardí y otros paremiólogos y autores de la tradición castellana como el propio Cervantes o Correas: "Bien vengas mal si vienes solo. Los males suelen venir acompañados" (dado que con frecuencia los problemas y desgracias vienen todos juntos, ya es una alegría si se consigue que solo haya que hacer frente a un contratiempo); o esta otra que recoge el propio Quijote: "Pero, como suele decirse que un mal llama a otro, y que el fin de una desgracia suele ser principio de otra mayor [?]" (Q, I-XX- VIII). Indagando en los antecedentes más mediatos del proverbio hay quien ha querido ver en esta última expresión ("Un mal llama a otro") una traslación de la locución latina Abyssum abyssum invocat ( Un abismo llama a otro abismo), metáfora a la que se recurre en el Libro de los Salmos ( Salmo 42) y de manera similar en otros pasajes bíblicos, como la historia de Job que cuenta fue sometido a duras pruebas soportando todo tipo de males y desgracias, una tras otra. Si bien esta idea de que los males van encadenados entre sí se asoció al concepto del pecado en el ámbito religioso antiguo y medieval, la tradición y el folclore popular la han hecho suya para justificar los males y desgracias que azotan al hombre, atribuyéndolo quizás a una fuerza desconocida que obra inexorable sobre los dioses, los hombres y el acontecer de las cosas.

Pero se registran también otros refranes en la tradición castellana o más específicamente en el refranero popular canario que si no expresan la misma idea, sí tienen un sentido similar o asociado. "A perro flaco todo son pulgas", que se aplica a cuando la mala suerte y las desgracias se ceban con los más débiles y desafortunados; o la versión genuinamente isleña que dice: "A burro viejo, todo son mataduras", que advierte sobre las dolencias y males de las personas mayores para quienes en la vejez todo suelen ser achaques. "Cuando uno está salado, hasta los perros lo mean", refrán que se dice en tono de lamento y resignación cuando sobrevienen y se han de soportar muchas desgracias seguidas? Aunque el pobre y el desvalido siempre encuentran alivio en quienes padecen una situación similar, o como se suele dice: "para un talla vieja nunca falta un jarro sin asa".

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